Recortes de Prensa Lunes 15 Julio 2024

Rusia reivindica la conquista de otro pueblo en la región de Donetsk

Henar Andrés. el mundo. 15 Julio 2024


El Ministerio de Defensa de Rusia ha informado de que sus fuerzas han tomado el control del pueblo de Urozhaine, en la región de Donetsk.


El municipio cayó bajo control ruso al comienzo de la guerra en Ucrania en febrero de 2022, pero el ejército de Kiev había recuperado el asentamiento cerca del río Mokri Yaly durante su contraofensiva en julio del año pasado.


Aunque las autoridades ucranianas han afirmado que los combates aún continúan en la zona, el blog militar DeepState reconoció el domingo la captura de Urozhaine por parte de Rusia tras lanzar "asaltos masivos en el sur del pueblo".


7:55

Moscú derriba 22 drones ucranianos

Rusia ha informado este lunes que ha derribado esta madrugada 22 drones ucranianos en el oeste del país y la península de Crimea.


"Durante la última noche (...) los sistemas de defensa aérea de guardia destruyeron e interceptaron 22 drones", indicó el Ministerio de Defensa en Telegram.


Quince de los drones fueron derribados sobre la región fronteriza rusa de Briansk, seis sobre Crimea y uno sobre Lipetsk.


7:45

Rusia conquista el pueblo de Urozhaine

El Ministerio de Defensa de Rusia informó el domingo de que sus fuerzas habían tomado el control del pueblo de Urozhaine, en la región oriental de Donetsk.


"Como resultado de acciones exitosas, el grupo de fuerzas 'este' ha tomado el control de la localidad de Urozhaine, en la región de Donetsk... y están llevando a cabo operaciones de limpieza y desminado", dijo el Ministerio de Defensa ruso en Telegram.


El ejército de Ucrania dijo que los combates aún continuaban en la zona, mientras DeepState, un popular blog militar ucraniano, informó sobre la captura de Urozhaine, diciendo que las fuerzas rusas habían lanzado "asaltos masivos en el sur del pueblo". Describió la pérdida como un "colapso de la defensa" cuya causa tendría que ser investigada.


La bala del fango y la izquierda del bulo

FRAN CARRILLO. okdiario. 15 Julio 2024


Estados Unidos es una nación creada a lo grande desde que rompieron, con rebeldía cantonal, las cadenas británicas, cuando gritaban, como aquel discurso célebre del abogado de Virginia Patrick Henry, «dame la libertad o dame la muerte». Esa ruptura contra aquellos que sometían a impuestos sus vidas, fue el principio de una autogestión gloriosa. Todo se engrandece, como hipérbole constante, desde que la Constitución firmada en Filadelfia enmarcara el we the people como ley sagrada e inmutable. Y en esa democracia consagrada desde el poder limitado, se han acostumbrado en cada época a sufrir magnicidios de tremenda repercusión interna y externa. No son pocos los presidentes que han sido asesinados o estuvieron a punto de serlo, y a menudo por cuestiones nunca aclaradas, que han dado lugar a teorías de todo tipo sobre quienes son los que gobiernan realmente el país más poderoso del mundo. Siempre me pregunté cómo en una nación tan obsesionada con la seguridad, los presidentes caminan tan inseguros.


Decimos esto porque han intentado asesinar a Donald Trump. Hasta aquí, la noticia, impactante, lamentable y consecuente con la espiral de odio y deshumanización al que la izquierda woke en todo el mundo lleva sometiendo al personaje desde que se postuló a candidato por primera vez en 2015. Una década de constancia en el ataque personal por parte de los diversos terminales de la maquinaria mediática antiprogreso que representa el zurderío en el orbe. Ya por aquel entonces advirtieron, con tono apocalíptico en sus editoriales escritos y orales, de una inminente tercera guerra mundial, catástrofes que dañarían nuestra seguridad y modo de vida y una era de retroceso sin igual. Nada de eso, como pueden observar, ha sucedido, y bajo la administración Trump ningún conflicto bélico ex novo se provocó en el mundo. Su discurso, histriónico y beligerante, de epítetos permanentes y llamadas a la acción, es la justificación que usa el establishment demócrata y sus filiales siniestras en Europa para certificar lo que siempre representaron: una internacional del odio, el rencor y la violencia contra todo lo que no sea izquierda y represente la libertad, la democracia y el verdadero progreso.


Lo peor de que hayan intentado matar al candidato favorito para ocupar la Casa Blanca a partir de noviembre es lo que ha venido después: la avalancha de justificaciones a lo acontecido, la histeria contra la persona y el ataque bochornoso a la deontología periodística se sucedieron cada hora, con la CNN como cabeza ejecutora de la ignominia que en España tuvo de altavoces de la miseria intelectual a La Sexta, La Ser, El País, Público y el Diario, por citar pseudomedios de extrema izquierda contrarios a la verdad, la transparencia y el rigor informativo. No les daré la publicidad que no merecen, pero sí citaré aquí algunas de las perlas reflexivas que estos profesionales del bulo, sujetos que activan la verdadera máquina del fango, esputaron en honor a la bilis moral que representan: balbuceantes, culparon a Trump de ser el responsable por el clima social creado, de ser un tipo al que le viene bien el atentado porque «aprovechará lo sucedido», de que «lamentablemente, ahora ganará las elecciones» (sic) e incluso algunos denominaron «incidente» al intento de magnicidio y hablaron de dos víctimas, el autor del disparo y alguien que estaba en el público asistiendo al mitin. Todos sabemos que la respuesta de estos medios de comunicación de ultraizquierda, que dominan el cotarro y las mentes de los pobres consumidores, hubiese sido diferente si la víctima respondiese al nombre de Joe Biden.


Pero esta es la guerra real que estamos librando. Donde la cochambre profesional, graduada en la facultad de Ciencias Zurdas de la Información, se erige en custodio de la verdad y acude invitada al Congreso a hablar de bulos, desinformación y pseudoperiodismo, quizá porque son auténticas autoridades en la materia. Esa jauría de juntaletras domina de manera tribunera cada uno de los espacios políticos y culturales mientras se dan palmaditas presuntuosas como guardianes de la dignidad y la decencia, excretando por el camino titulares miserables. Nos quieren convencer de que el peligro es la ultraderecha para que no veamos y comprobemos que la amenaza real para la libertad, la seguridad y el progreso es la izquierda de siempre, la que deshumaniza a todo lo que no sea su universo woke de censura y cancelación, de agenda impuesta e impuestos esclavos. Son la progre inquisición que, en el caso de Trump, han elevado a categoría de muñeco de piñata, multiplicando los discursos de odio contra él hasta que han puesto su vida en manos de un loco sin acierto. Un grave ataque a la democracia e intento de influir en plena campaña que, sin embargo, puede fortalecer su candidatura y favoritismo de cara a las elecciones. Para dolor mandibular del fango mediático de quienes ayer perpetraron la infamia periodística más escandalosa desde el 11M. Veinte años después, los mismos siguen desinformando con idéntica libertad.


Trump vive, la lucha empieza

HUGHES. gaceta. 15 Julio 2024


LA SEGURIDAD. Podría ser el día para criticar a la prensa (lo será) pero quedémonos con un periodista. Minutos después del atentado («intento de atentado», «aparente atentado», «evacuación de Trump tras ruido», «caída» o simple «confusión en tiroteo») Gary O’Donoghue, un veterano reportero ciego de la BBC, entrevistaba a un testigo que afirmaba haber visto algo sospechoso minutos antes del mitin. Alguien armado trepaba por un edificio. Trump empezó a hablar cuando nunca debió subir a ese estrado. La seguridad fue avisada, pero reaccionó tarde. Voló la cabeza del tirador después de los disparos.


LA BALA. Porque fue un tirador y su bala rozó la oreja de Trump, que recibió el impacto en el mismo momento en el que giraba su rostro. Ese típico gesto suyo en el que mira a un lado mientras habla le salvó la vida. La bala iba dirigida a la base de su cráneo pero sólo pudo rozar su oreja.


Fue un tirador preciso, hubo una víctima al menos entre el público (un deplorable, casi con total seguridad) y es seguro que como mínimo se puede hablar de negligencia policial. Del tirador se sabrán cosas pero ya nunca podrá hablar. Algo quedará en el misterio, como tantas veces antes.


LUCHAD. Trump sintió el disparo, palpó su sangre, se agachó y fue rodeado como un biombo por el servicio secreto. Salió de la consternación muy rápidamente para sacar su puño y repetir al público: «Fight! Fight!«. «Luchad, luchad». Se fue agitando el puño con una euforia que no conocíamos: la de quien sale de un atentado. Ha habido muchos magnicidios, pero de la persona que se salvaba sólo conocíamos una figura tambaleándose, alguien temblando siendo retirado. Trump se rehízo, pidió hablar, pudo dirigirse al público, lanzar un mensaje y mover con rabia su puño. Su energía era una mezcla de euforia, rabia, alivio y pasión. Era un gesto casi deportivo, como si hubiera embocado en el campo de golf. Celebraba haber ganado un combate a la muerte y animaba a otro combate. De verdad, ¿conocemos el gesto de alguien en una circunstancia así? ¿No es, en cierto modo, un gesto nuevo en la historia que a la vez declara el final de algo? Había en él, ensangrentada su cara, una grandeza de ileso Julio César.


LA POLARIZACIÓN. Será la culpable oficial. Los medios tardaron horas en hablar de atentado. No era suficiente con los antecedentes históricos, la sangre, la evidencia de los disparos, tampoco las palabras recientes de Biden sobre Trump, ni la década de estigmatización de los medios. Tampoco las voces de quienes pensaban que esto pasaría porque la escalada anti-Trump ya había agotado sus posibilidades periodísticas, políticas, institucionales y judiciales. En los Estados Unidos y en sus correas de transmisión europeas, los titulares se iban formando muy poco a poco, como si evolucionaran celularmente, como lentas conjeturas de espaldas a la realidad: Trump cae, aparente atentado, ruidos alarmantes… Reconocer el intento de magnicidio será algo que cueste, y cuando suceda, la culpable será la polarización. Trump será un poco culpable de haber calentado la bala que rozó su cráneo.


ESPAÑA, AY. Dos televisiones nos informan esta noche: el 24 Horas de TVE y La Sexta, que tiene como analista a Ramoncín. En semejante noche, no es posible detenerse a describir los disparates allí repetidos, pero esa televisión, con sus cosas, al menos estaba informando. No había nada más y las portadas de los periódicos repetían los titulares americanos. Intentando uno, y sin darse cuenta, El País escribió su propio epitafio: «Aparente atentado». Eran remisos a construir una frase tan sencilla como «intentan asesinar a Donald Trump». Pudo ser un accidente de caza, bien es verdad, y, en cierto modo, cuesta conceder a Trump de repente la dignidad de la víctima o la grandeza del magnicidio. ¿Cómo hacerlo después de tantos años falseando la realidad?


Las comunidades autónomas, en la senda de la intervención económica

JOSÉ RAMÓN RIERA. el debate. 15 Julio 2024


Es preciso recordar que en marzo y en septiembre el gobierno español tiene que enviar a Bruselas los compromisos de déficit y de deuda bajo el Protocolo de Déficit Excesivo. En marzo es el compromiso sobre el año y en septiembre es una actualización de los datos y de los compromisos.


El enviado en marzo y me consta que no se pactó ni con la comunidades, ni con las Corporaciones Locales fueron que las comunidades debían de dar un superávit en sus cuentas de 769 millones y las Corporaciones Locales (Ayuntamientos y Diputaciones) debían llegar a 31 de diciembre de 2024 con un superávit de 3.635 millones.


Estas cifras suponían que las Comunidades Autónomas debía mejorar sus estados financiero y contables en 14.023 millones de euros y las Corporaciones Locales en 4.898 millones. Pero a su vez la Administración Central del Estado se permitía el lujo de presentar un empeoramiento neto con la Seguridad Social de 11.485 millones.


La primera vez que vis estas cifras fui consciente de que María Jesús Montero con la aquiescencia del resto del equipo económico de La Moncloa y por supuesto con la aprobación del Jefe Supremo, estaban preparando algo y muy serio.


Al principio pensé que lo que pretendían eran simplemente justificarse con Bruselas de que la culpa del déficit iba a ser responsabilidad de gobiernos autonómicos y locales y así poner el ventilador en Bruselas a funcionar culpando al Partido Popular y Vox de incapacidad para gestionar por ser los responsables del no cumplimiento de los objetivos «acordados» para el ejercicio 2024.


Ahora lo que estoy convencido es que detrás hay una posible involución política, porque si el déficit de la Comunidades Autónomas no se cumple, Hacienda puede decidir la intervención de una comunidad autónoma y tomar el control económico de la misma, que es lo mismo que decir que sin necesidad de aplicar un 155 de la Constitución puede paralizar cualquier decisión de los presidentes autonómicos mediante el mecanismo de pago a proveedores y acreedores incluido los salarios de los empleados públicos.


El 1 de julio de 2012 Manuel Llamas, actual director Ejecutivo del Instituto Juan de Mariana y ex Viceconsejero de Economía y Hacienda de la Comunidad de Madrid, publicaba un artículo en Libre Mercado que se titulaba: ¿Cómo y cuándo puede ser intervenido una comunidad autónoma? Qué iniciaba así: «Ocho comunidades autónomas han entrado en riesgo de intervención. Tras el Consejo de Política Fiscal y Financiera (CPFF) que tuvo lugar el jueves, Hacienda lanzó un primer aviso a dichas autonomías por incumplir la senda presupuestaria marcada en sus planes económico-financieros (PEF) y, por tanto, desviarse del objetivo de déficit público».


Antes de anticipar más posibilidades, es importante saber como se ha cerrado el último mes de la Contabilidad nacional del conjunto de las comunidades para luego, poder seguir con las conclusiones.


Lo primero que sorprende es el crecimiento de los ingresos por los impuestos de las comunidades, que solo lo hace un 3,0 %, lo cual parece dar a entender que esta fuente de ingresos, que crece menos que la inflación, está agotándose, si a esto le añadimos que las Transferencias de Montero las tiene congeladas y no suben más que un 0,8 %, resulta que los ingresos de las 17 comunidades solo crecen un 1,6 %.


Los gastos por otra parte lo hacen un 6,3 %, con un crecimiento de los salarios de un 5,9 %, la partida más importante de gasto de las comunidades. Los intereses de la deuda están disparados y crecen un 27,9 % y va a ser una losa importante a finales de año. Las subvenciones también se han disparado con una subida del 15% y las prestaciones sociales crecen un 5,4 %, juntos con un 6,6 % los otros gastos.


En definitiva a cierre de abril se ha producido un déficit de casi 8.000 millones que puede llegar a superar los 24.000 millones a finales de 2024.


Si esto llega a producirse, el gobierno puede perfectamente acusar a las comunidades del incumplimiento del pacto de déficit (que no han pactado) y proponer a Bruselas un plan para evitar que esto continúe y llevar a delante una intervención económica de todas las comunidades que más hayan disparado su déficit y entre las que por descontado se meterá a Madrid a Andalucía y quizás a la Comunidad Valenciana y por supuesto no estará Cataluña, simplemente por su «singularidad»


De acuerdo que en estos momentos no tengo ninguna prueba de que esto vaya a pasar, pero estamos en un escenario que se podría dar en el momento en que las comunidades superen el déficit de 13.254 millones que dieron en 2023.


Desde aquí les pido a los dos partidos de la derecha que empiecen con una campaña en Bruselas de que con ellos no se ha pactado nada de las cuentas de 2024, que Hacienda a pesar de recaudar un 8,2 % más que el año pasado solo les ha transferido por valor de un 0,8 % y que lo que pretende en definitiva, es culpar a las comunidades de la responsabilidad del déficit del Estado. Aviso a navegantes.


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La amenaza de Vox

Óscar Monsalvo. vozpopuli. 15 Julio 2024


Finalmente Vox cumplió su amenaza y ha roto los pactos de gobierno autonómicos con el Partido Popular. El tiempo dirá si ha sido un acierto político o un error estratégico, un gesto motivado por los principios o una decisión forzada por la necesidad. Probablemente haya sido un poco de todo, y además sabemos que en realidad nunca es el tiempo quien habla.


El asunto de fondo no es tan complicado. En Vox saben que sólo pueden crecer alejándose del PP. En primer lugar, porque Vox ocupa el espacio de la derecha conservadora, espacio al que el PP ha renunciado. Y en segundo lugar, porque en el PP creen que sólo pueden crecer acercándose al PSOE. Es decir, ocupando el espacio de la izquierda progresista, algo que les empuja inevitablemente a escenificar gestos y muecas de desaprobación -incluso asco- hacia quienes hasta no hace mucho eran considerados sus aliados políticos naturales.


Pero la realidad es que no, Vox y el PP no son aliados naturales. No sé si alguna vez lo fueron, pero desde luego no lo son. Y no lo son por la sencilla razón de que Vox y el partido al que se quiere parecer el PP no pueden ser aliados naturales. Hasta hace poco reaccionábamos con escándalo cuando algún dirigente del PSOE reconocía que se sentía más cerca de un partido como Bildu que de los de derechas. Pues bien, deberíamos ir acostumbrándonos a que dirigentes del PP establezcan comparaciones parecidas entre Bildu -al fin y al cabo establecido mediáticamente como un partido progresista- y Vox. Va a llegar. Sé que suena a hipérbole, pero lo veremos dentro de no mucho. Ya hemos visto un avance, de hecho. Mikel Lezama, la gran esperanza joven del PP vasco, era muy claro en una entrevista del año pasado. “Estoy encantado con que EH Bildu participe y se someta al juego democrático, que es lo que siempre hemos querido. ¿Por qué no íbamos a votar a favor de una propuesta buena para Gipuzkoa que parta de un partido que está dentro de las reglas democráticas?”.


El propio Feijóo, hace dos años: “Con los actuales representantes de Bildu no me veo dialogando”. Con los actuales; con los siguientes, quién sabe.


La ruptura definitiva con Vox se iba a producir tarde o temprano, y lo que había hasta hace dos días era una convivencia indeseada y desagradable


Hay que leer y escuchar a Feijóo, a Moreno Bonilla, a María Guardiola. Son el PP que triunfa, el PP realmente existente. Aspiran a ser socios del PSOE, a recuperar el socialismo bueno, a darles de vez en cuando el relevo manteniendo sus políticas y sus discursos. La ruptura definitiva con Vox se iba a producir tarde o temprano, y lo que había hasta hace dos días era una convivencia indeseada y desagradable. Tal vez en Génova no esperaban que la amenaza se materializase tan pronto. Es normal. Cumplir una promesa debe de resultar incomprensible en el partido que iba a acabar con Madrid Central y luego bueno, parece que se ha quedado buen día. Tiene que ser difícil de entender una decisión así -renunciar a sueldos y cargos- en un partido sin criterios claros ni principios firmes en cada una de las cuestiones esenciales, centrado en la gestión vacía y en la inacción absoluta.


Tal vez en Génova no terminaban de creerse la posibilidad, pero ya tenían preparados los argumentos para la sincronizada. El principal lo hemos escuchado incesantemente estos días: “Vox no tiene corazón y no cree en la solidaridad interterritorial”. Apelar a este tipo de motivos es un recurso útil y bien conocido. Su principal ventaja es que no hay que pensar mucho y se puede aplicar fácilmente a cualquier situación. Si hubieran roto los pactos por las pensiones habrían puesto en circulación que “no tienen corazón y no creen en la solidaridad intergeneracional”. Si hubiera pasado con las leyes de género, “no tienen corazón y niegan la violencia machista”. Aborto: “no tienen corazón y no defienden la libertad de la mujer”. Política lingüística: “no tienen corazón y no aceptan la diversidad”.


Todas ésas -inmigración, seguridad, pensiones, aborto, español en las escuelas, política territorial- son cuestiones centrales para el electorado de derechas. Todas ésas son cuestiones en las que hay una coincidencia casi absoluta entre PP y PSOE. Argumentos y premisas que antes eran normales pasan a ser anatema si los enuncia Vox. Argumentos y premisas que eran ridículos cuando los enunciaba el PSOE pasan a ser sensatos por el mismo fenómeno. Si mañana Abascal dijera que el sol sale todos los días, el PP tendría preparada alguna cita de Hume.


Por culpa de Vox tenemos Sánchez para rato, dicen los análisis cortoplacistas. Acaban de autodestruirse como partido, dicen también. Puede que sea así. Pero esos análisis suelen dejarse algo más importante: si el PP llega solo al Gobierno tendremos PSOE para rato.


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