Recortes de Prensa Jueves 8 Agosto 2024
Fuerzas ucranianas destruyen equipamiento ruso en una operación de desembarco al sur de Jersón
La operación fue ejecutada por efectivos de la unidad Artán del GUR y del Centro Naval de la inteligencia militar ucraniana
EfeKiev. el mundo. 8 Agosto 2024
Fuerzas especiales de la inteligencia militar ucraniana (GUR) llevaron a cabo este martes una operación de desembarco en el cabo de Tendra al sur de la región de Jersón, a través del Mar Negro. Allí, destruyeron un vehículo blindado anfibio ruso y otras unidades de material militar, según reveló el propio GUR en un comunicado.
Las fuerzas ucranianas implicadas en la operación también destruyeron equipamiento radioelectrónico del enemigo y fortificaciones que habían sido construidas en esa lengua de tierra que se adentra desde la Ucrania continental en el Mar Negro por las tropas rusas que ocupan la zona.
"Durante los combates, los invasores rusos sufrieron bajas entre su personal. El número exacto está siendo establecido", se lee en el comunicado del GUR, que agrega que las fuerzas ucranianas lograron completar la misión, efectuada por la noche, sin ninguna pérdida.
Según explica la inteligencia militar ucraniana, el cabo de Tendra se extiende a lo largo de 65 kilómetros en la parte septentrional del mar Negro y tiene 1,8 kilómetros de ancho. Esta lengua de tierra está situada cerca de la península de Crimea, también ocupada por Rusia.
Un vídeo publicado junto al comunicado muestra a los combatientes ucranianos avanzar sobre el agua en lanchas y motos de agua para después entrar a pie en el cabo blandiendo sus armas. En la última parte del vídeo se escuchan las ráfagas de disparos de los combates con los militares rusos.
todos los ojos están puestos en Kursk
Una incursión inédita: ¿estamos ante la ofensiva más importante de Ucrania desde 2022?
Ucrania ha lanzado una ofensiva fronteriza y ha avanzado cerca de 25 kilómetros hacia el interior de Rusia, conquistado más de 300 km² y varios municipios
Fermín Torrano. Región de Donetsk; M. Redondo. EC. 8 Agosto 2024
Titan frena en seco y apaga las luces del todoterreno. Una nube de polvo envuelve el coche. Su compañero Oleksiy enciende el sistema antidrones en la parte trasera del vehículo, dejando el fusil a un lado. Rodeados de vegetación en una noche oscura sin nubes, el conductor se ajusta las gafas de visión nocturna, agarra la radio y avisa antes de pisar el acelerador: "Estamos en camino". Los grillos cantan de nuevo unos kilómetros más tarde. O por fin el silencio permite escucharlos, mientras nos colamos entre la maleza para alcanzar la posición de mortero. Los traslados ocultos bajo el manto la noche son cada vez más habituales. Docenas de drones rusos acechan desde el aire. Al menos en el este de Ucrania, porque obstinado en conquistar la región de Donetsk, objetivo imposible en los últimos 10 años, el Kremlin se ha dejado abierta la puerta de casa. Y Ucrania se ha colado hasta la cocina. Las fuerzas ucranianas están penetrando hacia el interior de Rusia en la región de Kursk. Una brecha de más de 25 kilómetros de profundidad y 300 km² capturados. Dos días después de comenzar el asalto en suelo ruso, hay una conclusión clara: los esquemas previos de la invasión han volado por los aires. La maniobra no se asemeja a ninguna anterior. Este no es un movimiento propagandístico ni una incursión de rebeldes rusos, como la del mayo pasado. Por el momento, se han confirmado las bajas de una decena de blindados, dos helicópteros, un sistema antiaéreo y un avión de combate. Además de un centenar de prisioneros. Los números reales son una gran incógnita, aunque serán mayores. Las autoridades ucranianas guardan silencio y los soldados involucrados tampoco han filtrado imágenes, algo poco habitual en esta guerra. La información, disponible a cuentagotas, proviene de canales rusos buscando responsables ante el avance del ejército ucraniano que ya ha obligado a evacuar algunas poblaciones. Un asalto que Vladímir Putin calificó este miércoles de "provocación a gran escala".
Horas antes, el Ministerio de Defensa de Moscú dijo que "300 militantes ucranianos" de la 22ª brigada mecanizada de Ucrania lanzaron el ataque, apoyados por "11 tanques y más de 20 vehículos blindados de combate". En realidad, se especula que varios grupos de diferentes brigadas están involucrados. Vitaly S., oficial de prensa de la 22 brigada ucraniana, ha declinado hacer comentarios, "por el momento", al ser preguntado por El Confidencial respecto a la operación de Kursk.
Este periódico ha comprobado de manera independiente que parte de esta unidad militar, desplegada en el Donbás desde hace más de un año, fue trasladada a la región de Sumy en primavera. La de esta semana es una operación planificada, lanzada tras detectar escasa presencia rusa en la zona. La participación de equipos antiaéreos, escuadras de drones y vehículos de recuperación de blindados, también lo confirma.
¿Cuál es el objetivo?
Los verdaderos planes de Kiev son una verdadera incógnita, y algunos analistas apuntan que tanto estratégicamente como militarmente, la operación no tiene sentido porque supone un derroche de recursos que se necesitan en otros frentes. Sin embargo, otros apuntan a que la incursión puede ser un intento de desviar a las unidades rusas de las líneas del frente para aliviar la presión sobre las tropas ucranianas. "Los rusos ya se ven obligados a retirar reservas y unidades activamente comprometidas de otros frentes, incluido el de Járkov, para frenar el avance de los ucranianos", explica el experto en inteligencia de código abierta (Osint) Uri, a El Confidencial. Otra de las teorías apunta a que esta operación podría ejercer una presión interna sobre Vladímir Putin al demostrarle que sus tropas son vulnerables y capaces de ser derrotadas. Incluso que pueden estar llegando al límite de su capacidad para seguir con la guerra. La tercera estrategia apunta a unos acuerdos de paz que todavía parecen lejanas, pero en las que Ucrania podría tener muy buenas cartas. "Si sus esfuerzos tienen éxito, pueden capturar y ocupar tierras rusas que podrían usarse como moneda de cambio en las negociaciones", añade Uri.
La información preliminar sugiere que las fuerzas ucranianas han capturado cerca de 10 municipios, además de la estación de medición de gas de Sudzha, crucial por ser la vía principal que permite el tránsito de gas ruso hacia Europa. También han tomado la vía de ferrocarril que nutre logísticamente las posiciones de Moscú en la primera línea de Járkov. Otras hipótesis afirman que Kiev buscaría llegar hasta la central nuclear cercana a la ciudad de Kursk, lo que impediría el uso de aviación por parte de Rusia. El momento de la incursión es otro de los factores que ha cogido al gran oso por sorpresa. Nueve meses después de empezar su ofensiva de Avdiivka, Rusia mantiene la iniciativa en el campo de batalla a base de bombas guiadas, blindados y asaltos de infantería. El progreso en dirección hacia Pokrovsk, la penetración en Niu York y Toretsk y los asaltos sobre Kurájovo y Chasiv Yar han tensionado la línea ucraniana. La pérdida de posiciones bien apuntaladas desde hace diez años ha puesto sobre la mesa la posibilidad real del colapso defensivo.
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El problema a gran escala se entiende mirando posición por posición. La estrategia es simple: abrumar las defensas a base de carne y metal hasta obligarlas a retroceder. Y aunque Moscú ha sufrido 70.000 bajas (heridos y muertos) entre mayo y junio, según un informe de la inteligencia británica, termina funcionando. Tanto que algunas brigadas ucranianas han alzado la voz públicamente, con duros reproches a compañeros de trinchera y altos mandos. Lentamente y desangrándose, Rusia avanza. "La moral está baja porque no hay rotaciones", reconoce Artem, miembro de la Brigada Presidencial de Ucrania. "Físicamente podemos, pero mentalmente es complicado seguir peleando sin descanso. Nos superan 10 a 1 en hombres y munición". Esa falta de personal fue la que provocó críticas y dudas al ver la luz las primeras informaciones sobre la operación ucraniana en Kursk. Si las brigadas están exhaustas y faltan soldados en el Donbás, ¿por qué no nutrir a las brigadas con estas reservas? El Kremlin ha movilizado la práctica totalidad de sus efectivos a la primera línea, dejando enormes huecos en sus fronteras, según los propios medios rusos. Y Kiev ha asestado el golpe en el momento más crítico. "No sé cómo de bien preparada estará la operación, pero si tenemos éxito estaremos en una mucho mejor posición para la negociación. Es una decisión interesante", explica Genio, comandante de batallón, luchando en el frente de Pokrovsk. "Tenemos que matar a tantos rusos como podamos. Han traído muchos males y desastres a mi país y a mi pueblo. Y deben pagar por ello". Bajo anonimato, un soldado de la 24 Brigada, encargada de defender la castigada Chasiv Yar, reconoce que puede servir de ayuda. "Estos ataques siempre restan algo de presión a la línea del frente en nuestro territorio. Las tropas rusas ya se están moviendo a la región de Kursk. Y no va a ser seguro para ellos". "Mi gran esperanza es la central nuclear de la zona. Si podremos tener control sobre ella, la cambiaremos por la nuestra (ocupada) en la región de Zaporiyia".
El colador rojo de Vladímir
No todo lo ocurre se entiende desde el frente. Más allá del resultado, la incursión ucraniana en Kursk tiene una lectura geopolítica. Putin se está quedando sin líneas rojas. Primero fueron los HIMARS, después el territorio anexionado "legalmente" por Rusia que Ucrania reconquistó y este año con la destrucción sistemática de refinerías rusas. Sin olvidar el envío de Leopards, Patriots, ATACMS o los recién llegados cazas F-16. Barreras de temor levantadas ante la posible respuesta nuclear del mandatario ruso que han ido cayendo una detrás de otra con el paso de los meses. Ahora que Ucrania invade verdadero suelo ruso por primera vez en diez años, queda por ver si la última línea roja resulta como todas las demás: una amenaza incumplida. "Los riesgos para Kiev ya han pasado", asegura el opositor ruso Ilya Ponomarev, al que el Kremlin intentó asesinar hace unos días en su casa de Kiev. "Qué queda, ¿el ataque nuclear? Putin no es tan estúpido. Sabe que sería suicida". Es un mensaje con doble dirección. Europa y Estados Unidos continúan apostando por la política de contención, en lo que muchos, como Ponomarev, ven una pelea "con las manos atadas a la espalda". El último caso ocurrió a principios de este mismo verano. La inteligencia ucraniana detectó varias docenas de aviones rusos en la base aérea de Morozovsk, en el sur del país, y Kiev solicitó emplear misiles ATACMS, difícilmente interceptables, para destruirlos. Sin embargo, Washington prohibió su uso, según reveló Forbes. El argumento: esta munición tan solo puede utilizarse en territorio ocupado por Rusia y no en el interior de sus fronteras. Semanas más tarde, Ucrania terminó golpeando el aeródromo con sus propios medios, pero la recompensa fue mucho menor; un avión destruido y dos dañados.
Ahora, mientras Rusia evacúa a sus ciudadanos ante el rápido avance de Ucrania —más de la mitad de km² que Rusia ha logrado en la dirección de Pokrovsk en seis meses y medio—, Kiev decreta la evacuación obligatoria de 6.000 personas en la región fronteriza de Sumy. El tiempo confirmará si estamos ante la operación ofensiva más importante de Kiev desde otoño de 2022, cuando Ucrania reconquistó Járkov y Jersón, o ante un órdago por una mala mano cuyo resultado es impredecible. Hombres como Titán, Olekshy o Grinch son la punta de lanza. Civiles reconvertidos en soldados profesionales por la invasión de un país que puede empezar a sufrir la guerra en el interior de sus fronteras.
Ucrania cree que la ofensiva rusa "agotará" a sus tropas en dos meses y confía en un contraataque
El jefe de la inteligencia militar apuesta por preparar una contraofensiva a partir de octubre
Lucía Gutiérrez. Madrid. la razon.
Ucrania se aferra a la esperanza de que las tropas rusas, que desde hace semanas empujan con fuerza en el frente este, comiencen muy pronto a mostrar síntomas de agotamiento ante un nivel de bajas y de gasto de material excesivo incluso para los estándares del Kremlin. Y se atreve incluso a poner fecha: a finales de septiembre o principios de octubre el ímpetu ruso habrá acabado, y será el momento del contraataque ucraniano.
El vaticinio lo ha realizado ante un grupo de periodistas el jefe de la inteligencia militar de Ucrania (GUR), Kirilo Budánov, quien sostiene que el "agotamiento" de las tropas enemigas hará que la ofensiva termine, o al menos se ralentice notablemente, en un plazo máximo de dos meses.
En ese tiempo, Moscú ha conseguido un goteo de conquistas de pequeñas poblaciones que le han permitido extender la línea del frente, mientras Kiev ha intensificado los ataques aéreos en territorio fronterizo ruso.
Según las declaraciones de Budanov recogidas por varios medios rusos, la previsión de la inteligencia ucraniana es que en un plazo máximo de dos meses termine la "ofensiva principal" de Rusia, y se entre en una nueva fase en la que Kiev aspira a poder sacar ventaja del nuevo armamento enviado por Occidente, en especial los aviones de combate F-16.
"Sabemos que después de la caída de la ofensiva y de una breve pausa, habrá nuevos intentos de ataque por parte del enemigo. Y nos estamos preparando para ello", subrayó Budanov en la conversación ante periodistas organizada por Forbes Ucrania.
"Podemos esperar y ver, y entonces pasarán cuatro o cinco meses y todo se repetirá nuevamente, o podemos ser proactivos", dijo Budanov, que apuesta por una respuesta contundente de sus tropas.
La España inviable de Pedro Sánchez
Pedro Corral. okdiario. 8 Agosto 2024
Nada descubro si afirmo que Pedro Sánchez es un continuo desmentido de sí mismo. Al modo quevediano, érase un hombre a una mentira pegado, érase una mentira superlativa… Lo es en todas y cada una de sus declaraciones, como aquella del 25 de mayo de 2010 en el Congreso, siendo un simple diputado zapaterista, ante una iniciativa de Rosa Díez sobre la financiación autonómica.
«Nosotros no vamos a aceptar -dijo Sánchez entonces- que se enmiende a la totalidad un éxito colectivo de nuestra historia democrática como es la España autonómica». La cita, como apreciará el lector, no aguanta un segundo la confrontación con el pacto con ERC para investir al nefasto Salvador Illa, mediante la instauración de un «concierto económico solidario» (sic) para Cataluña, en la que ésta recaude y gestione el 100% de los impuestos generados en la región.
Lo que venía a decir Sánchez es que no iba a aceptar una «enmienda a la totalidad» de la España autonómica salvo que la propusiera él mismo, como acaba de hacer al dinamitar la caja común como los golfos apandadores. Curiosa metáfora la de ERC, sobre lo de tener en sus manos «la llave de la caja», cuando si la revientas, como postula Sánchez, no hace falta llave ninguna: sólo precisas tener el saco para llevarte el botín.
Sí, el botín, porque es el fruto del esfuerzo de todos los catalanes y no catalanes que pagan sus impuestos allí, los que apoyan la secesión de Cataluña y los que abogan por una España unida. Porque no tributan los territorios, tributan las personas y las empresas, y la igualdad y la solidaridad entre españoles no puede borrarse de un plumazo con un golpe de mano al margen de la Constitución y la ley.
Aquella declaración de Sánchez en defensa del modelo autonómico, que se revela hoy tan impostada a la luz de sus actos, se producía en los años en que su jefe Zapatero le había dado ya el primer golpe de mazo a la España constitucional con su famosa arenga a los rupturistas: «Apoyaré la reforma del Estatuto que apruebe el Parlamento catalán».
De ahí vino el no menos célebre sudoku del desaparecido Pedro Solbes, cuando reconoció como ministro de Economía y Hacienda el quebradero de cabeza que, para la elaboración de los Presupuestos Generales del Estado, suponía la disposición adicional tercera del nuevo Estatuto. A saber, que la inversión del Estado en infraestructuras en Cataluña se equiparara a la participación relativa del PIB catalán en el del Estado.
Solbes hablaba entonces de la imposibilidad de cuadrar el círculo de los presupuestos del Estado por el hecho de tener que garantizar a Cataluña el desembolso de una cantidad no superior a 6.000 millones de euros. Imagínense, pues, qué monstruosidad de sudoku acaba de crear Pedro Sánchez al acordar con sus socios independentistas de ERC que Cataluña se quede con la totalidad de los tributos estatales ingresados en la región: más de 53.500 millones en 2023.
En caso de que este monstruo cobre definitivamente vida, en contra de todos los preceptos constitucionales y legales vigentes, es claro que devorara toda posibilidad de viabilidad de España en muy corto plazo. Hablamos del funcionamiento de sus servicios públicos, como sanidad, educación o transportes; de las oportunidades de modernización y competitividad, y generación de empleo y riqueza, en un momento tecnológico clave; de las respuestas necesarias a retos ya urgentes como el envejecimiento de la población, la paralización de la Justicia o la inseguridad…
Hasta ahora el desafío secesionista enfrentaba a algunos ante la tesitura de reconocer o no la viabilidad de una Cataluña independiente. El paso que ha dado Sánchez confirma que lo que no será de ningún modo viable es España en su conjunto. El precio de la rendición fiscal ante los independentistas será el colapso de la nación, inevitable incluso bajo el disfraz de un falso modelo federal, pues nada más contrario al federalismo que la desigualdad y la insolidaridad.
Ese falso federalismo es el que trata de colarnos Sánchez por el patio trasero de la Moncloa donde, aparte de la promoción de negocios familiares, se están descuartizando todos los principios de la convivencia democrática, empezando por la actuación de un gobernante que cree que su voluntad está por encima de la ley, e incluso de la Constitución. ¿Cómo no va a romper la igualdad entre los españoles el que actúa como si él estuviera por encima del resto de los mortales, y no sólo cuando vuela en el Puma o el Falcon?
Hasta en esto del federalismo encontramos que Sánchez desmiente a Sánchez. El 19 de noviembre de 2014, abogaba en el pleno del Congreso por una reforma constitucional «para recomponer consensos hoy rotos en la vida pública española». Lo decía el que admite hoy que las cúpulas del PSC y ERC desmonten en un cuarto oscuro cuatro décadas de la mejor España contemporánea, como quien desmonta un coche para obtener una peonza.
La reforma constitucional que propugnaba Sánchez pasaba «por avanzar del Estado autonómico al Estado federal». Insistió en ello el 24 de febrero de 2015, también en el Congreso, al asegurar que esa reforma supondría «cambiar el Senado y convertirlo en una verdadera Cámara territorial, clarificar competencias, mejorar la financiación autonómica, aumentar la cooperación, corregir duplicidades y reconocer las singularidades de todos los pueblos y territorios de España sin menoscabar la igualdad entre españoles».
En su opinión entonces, había que «rechazar con total contundencia el independentismo que nos llevaría a la inestabilidad y a la ruptura de nuestra convivencia de toda la vida». Hoy, sin embargo, Sánchez está promoviendo la inestabilidad y la ruptura de la convivencia, por la vía de la supresión de la igualdad y solidaridad entre españoles, para seguir en la Moncloa gracias al independentismo por un puñado de votos.
Como advertirá el lector, en su propuesta de reforma constitucional Sánchez hablaba de «mejorar» la financiación autonómica, no de dinamitarla. Ahora que se propone destruirla, se le olvida proponer la reforma constitucional que hace una década defendía sólo para «mejorarla». Sin duda, en el proyecto de caudillaje que representa Sánchez, el nuevo sistema habrá de ser impuesto por las bravas, fuera de todo cauce constitucional, al conjunto de los españoles.
Cuando el sudoku de Solbes, se dijo que las cuentas públicas ya no eran las cuentas del Estado, sino las de las autonomías. Hoy, con el monstruoso sudoku de Sánchez, las cuentas del Estado son las de una panda de oportunistas decididos a sacar la mayor tajada del pastel de todos los españoles en su propio provecho.
Menudo papelón el del PSOE. Para unos dirigentes socialistas el objetivo es mantenerse en el poder, para otros es poder mantenerse, como demuestran los Espadas y Lobatos de Andalucía o Madrid. Casi nadie rechista al caudillo de Ferraz, mientras ven cómo se derrumba todo a su alrededor aplastando a los españoles y sus esperanzas de mejorar sus vidas para ellos y sus hijos, vivan donde vivan.
Y luego se ríen de que digamos que si Venezuela…
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El circo catalán no deja de sumar pistas
EDITORIAL. libertad digital. 8 Agosto 2024
Este jueves Cataluña va a tener otro de sus días históricos, esos momentos que parecen más habituales allí que en casi ningún otro punto del planeta, en los que la política y los medios de la región engolan la voz e intentan hacernos creer, quizá porque ellos mismos lo creen, que está sucediendo algo muy importante que recordarán las generaciones futuras.
Pero como suele suceder en esa parte de España, lo histórico acaba siendo más bien grotesco, las grandes decisiones se toman en conciliábulos tan lamentables como la militancia de formaciones políticas radicales y sectarias –ora las CUP, ora ERC–, las repúblicas duran ocho segundos, las movilizaciones no triunfan en días de playa y los prohombres se sacrifican viviendo a todo trapo en un exilio hacia el que partieron en el maletero de un coche.
Precisamente, este jueves vuelve tras años huyendo de la Justicia el presunto delincuente Puigdemont, una presunción muy cercana a la certeza porque todos vimos en directo como cometía, siempre presuntamente, numerosos delitos. El expresidente de la Generalidad parece buscar un recibimiento como el de Fernando VII cuando todavía era el Deseado, pero lo más probable es que, fiel a su estilo y al de Cataluña, acabe convirtiendo todo en una charlotada.
Puigdemont estará en el exterior del Parlament y quizá hasta se produzca su detención mientras en el interior y entre grandes aspavientos se suspenda la sesión con el acuerdo, entre otros, de algunos que le odian con toda su alma y que reanudarán la investidura en cuanto puedan. Todo teatro e hipocresía.
Cataluña se enfrenta a serias dificultades políticas, económicas y sociales, fruto de décadas de imposición nacionalista y gobiernos disparatados, pero quizá todavía le ocurre algo más grave, que es su descomunal problema de autopercepción: una parte de la sociedad catalana se contempla en el espejo y ve al faro de Occidente, la región más culta, competente, poderosa y hábil en los negocios, la nación sin parangón en buena parte de Europa y no digamos de España. Está claro que se ven y se creen superiores, ya que sin ese sentimiento de superioridad no desearían desembarazarse de la rémora que se supone que es para ellos el resto de España.
La realidad, por supuesto, es que si alguna vez existió esa Cataluña más culta, emprendedora y capaz hace mucho que falleció ahogada bajo toneladas de nacionalismo paleto, autocomplacencia y esperpento. Y este jueves podremos volver a contemplarlo en ese circo en el que se ha convertido la política catalana al que vuelve, cabría decir por fin, su más famoso equilibrista.
Lo peor de todo, no obstante, no es tanto que la política en Cataluña sea un espectáculo circense, sino que una vez más el show lo pagamos el resto de españoles. Es cierto que esto no es una novedad: así viene ocurriendo como mínimo desde Cambó, pero también lo es que gracias a Pedro Sánchez y los suyos el precio nunca ha sido más alto.
Una afrenta a la Justicia, un ultraje a la Nación, entre el prófugo Puigdemont y el ausente Sánchez
Editorial. vozpopuli. 8 Agosto 2024
Una humillación a la Justicia. Una burla al Estado de derecho. Un ultraje a la Nación. Pedro Sánchez ha consentido que el retorno de Carles Puigdemont, prófugo desde hace 2.500 días, haya derivado en un inconcebible esperpento, tan inopinado como indigno. El delincuente más reclamado por los tribunales se permitió el lujo de protagonizar un mitin anunciado con 24 horas, en pleno corazón de Barcelona y ante un despliegue policial de primer orden sin sufrir contratiempo alguno.
El líder de Junts se encaramó en un atril primorosamente dispuesto con la colaboración del Ayuntamiento socialista ante la inacción clamorosa de los Mossos d'Esquadra, que mostraron la misma pasividad que en la jornada del referéndum ilegal de 2017. Las excusas al respecto difundidas por la Consejería de Interior hablaban de que cualquier tipo de intervención en ese momento habría derivado en una reacción violenta por parte de los concentrados, con grave riesgo para la integridad de las personas. Montaron luego una 'operación jaula' con el inequívoco objetivo de escenificar la búsqueda de un evadido en paradero no tan desconocido.
Lo extraordinario de todo lo ocurrido durante esta inasumible jornada es que el protagonista se esfumó nada más concluida su perorata. Tal y como llegó, se fue, como un improvisado Houdini, con una libertad de movimientos tan sospechosa como incalificable. Concluida su deposición ante el escaso público, los diputados allí presentes abandonaron la zona y se dirigieron hacia la Cámara para cumplir con la agenda de la asunción del candidato Illa como si no hubiera pasado nada. Esta es la Cataluña surrealista, en la que las astracanadas más impensables se convierten en monótona realidad.
Este es el único objetivo político de Pedro Sánchez: colocar a su peón en la cúspide del poder de Cataluña para consolidar, de esta forma, su farisaica política de la 'pacificación', la 'convivencia' y el 'entendimiento' con los independentistas
La única explicación razonable a cuanto ha sucedido en estas horas aún sin solución, pasa por la inevitable sospecha de un pacto entre la Moncloa y Puigdemont, con la anuencia del Gobierno de la Generalitat, para dar satisfacción al fugado y evitar así cualquier intento de boicot a la ceremonia de investir a Illa como president.
Un acuerdo que salvaguarda el único objetivo político de Pedro Sánchez: colocar a su peón en la cúspide del poder de Cataluña para consolidar, de esta forma, su farisaica política de la 'pacificación', la 'convivencia' y el 'entendimiento' con los independentistas, un embuste que no resiste ningún tipo de análisis pero que funciona como una patada a seguir en una legislatura sin mayores horizontes.
En la España sanchista se incumplen las leyes, se desprecia el ordenamiento jurídico, se degrada a las Fuerzas de Seguridad, se hace mofa de los tribunales y se deshonra cuanto encarnan y representa los valores que distinguen un régimen democrático de otro con resabios caribeños
Sánchez no sólo concedió el indulto a los golpistas catalanes sino que, en respuesta a sus exigencias, anuló el delito de sedición, rebajó el de malversación, diseñó una ley de amnistía a la medida de los delincuentes y, finalmente, ha acordado entregar la llave de la caja común de la Hacienda, en un ataque a solidaridad nacional y una embestida letal a la España del equilibrio y la convivencia autonómica. Ahora, con este obsceno montaje del retorno de Puigdemont, culmina esta deriva de cesiones a las fuerzas políticas a las que debe su continuidad en la Moncloa y corona la ofensiva de colonización de las principales instituciones del Estado. De ahí su silencio durante todos estos agitados días. De ahí el mutismo clamoroso de su Gobierno, impávido ante cuanto está ocurriendo. Es decir, cómplices de la enrevesada añagaza.
En la España sanchista se incumplen las leyes, se desprecia el ordenamiento jurídico, se degrada a las Fuerzas de Seguridad, se hace mofa de los tribunales y se deshonra cuanto encarnan y representan los valores que distinguen un régimen democrático de otro con resabios caribeños. En noviembre de 2019, Pedro Sánchez prometió que 'traería a Puigdemont y lo entregaría a los jueces". Ha hecho todo lo contrario. Ha permitido que regrese por su pie, que protagonice un espectáculo desafiante y grotesco y que, cuando se le antoje, ya irá a rendir cuentas ante el juez. Si ello entra en sus planes.
Urge una reactivación cívica y moral de los resortes más activos de una sociedad que se muestra tediosamente pasiva ante esta escalada brutal contra los cimientos que hasta ahora han propiciado un marco de convivencia y de progreso que está a dos minutos de precipitarse a un insondable precipicio.
El retorno de la fregona
Alfonso Ussía. el debate. 8 Agosto 2024
«Avuí», ocho de agosto, está previsto el retorno de la fregona de Waterloo a España. Un retorno de rendición, por que serán los otros separatistas catalanes, los de ERC, los impulsores de su entrega a las autoridades españolas. Un poquito de agitación, un receso de dos días en el Parlamento de Cataluña, la fregona ante el magistrado Llerena, y a vivir que son dos días. El resultado final, Illa presidente de la Generalidad con el apoyo de ERC. Quizá la gente no se ha enterado todavía que Puigdemont es un separatista de segunda. El separatista camuflado es Illa, como el PSC, el partido político catalán que más aborrece a España y a todo lo español.
Alberto Fernández, que es un gran político, como demuestra la gran inquina por su trayectoria y sus palabras que le han dedicado los subordinados directos de Feijóo, no ha dudado en aventurar que Sánchez, con Illa y Marta Rovira en sus papeles de actores principales, serán los responsables de la voladura del Estado. También lo ha dicho Felipe González, y Guerra, y Page, demasiado tarde. Pero del desarrollo de nuestra descomposición nacional tendremos asuntos que tratar y llorar en el inmediato futuro.
Hoy, la noticia es el retorno de la fregona. Se lo advertí. De haberse quedado y enfrentado a la acción de la Justicia, ya estaría indultado. El presidente del Parlamento de Cataluña que también ha contribuido a engañarle, estuvo en la cárcel, como Turull, otro de los suyos, y como Junqueras, su peor enemigo. Marta Rovira, no. La chica se fugó de España, pero no eligió como ardiente mujer de las izquierdas, Cuba, Venezuela, Nicaragua o Corea del Norte para su autodestierro. Eligió Suiza, la calvinista y chocolatera, la multimillonaria, la banquera, la sosegada y aburrida Suiza, quizá la nación con más nazis del mundo. Sucede que nadie les obliga a reconocerlo. Allí coincidió con la rojísima Anna Gabriel, la exiliada axilada, la del flequillo bonete, fugada de una Justicia que no la había reclamado para nada. Formará parte de mi futuro libro «Antología de Héroes de Cataluña. De Godó a Gabriel», que no me va a editar Planeta.
Hoy, Puigdemont se va a encontrar con algunos vítores y bastantes Mozos de Escuadra obligados por la superioridad a detenerlo y llevarlo hasta el Tribunal Supremo. Sánchez encontrará la forma de violentar de nuevo las leyes y devolverlo a Gerona. Porque el futuro de Puigdemont no es Barcelona, sino Gerona, de donde no debió salir. Y en unos meses, su mito se habrá desmoronado, mientras Illa, el socialista de las mascarillas, asumirá todas las reivindicaciones del separatismo catalán de izquierdas, mucho más radicales y antiespañolas que las del retornado paleto gerundense.
Cataluña siempre está de bronca entre los catalanes que quieren ser más catalanes que la sardana, que la inventó un músico de Jaén. Se odian. Antaño eran dos bloques aparentemente bien avenidos. Los ultraderechistas de Pujol y los ultraizquierdistas de Barrera, y posteriormente, de Oriol Junqueras. Pero se metieron los de la CUP, los Comunes, los verdes, los morados y los de Negreira, cuyas fechorías con el Barça entran en el pacto para alegría de un tipo apellidado Tebas. Y todos ellos están contra la fregona, al que le restan un par de días para entrar en los pozos del olvido. Bella metáfora ésta de los pozos del olvido. Es de mi creación.
Ni Puigdemont, ni Junqueras están capacitados para conseguir que España se desintegre.
Con Sánchez, Illa y la helvética llorona se bastan y se sobran.
Ellos son los peligrosos.
La fregona, un ridículo del ayer, amén de delincuente.
Un autogolpe sin disimulo
Juan Carlos Girauta. el debate. 8 Agosto 2024
No es que la banda de Sánchez proclame que detesta la democracia liberal y que acabará con ella. No confiesan en sus ruedas de prensa que consideran la Constitución, más que papel mojado, papel higiénico. Pero casi. Sin decir expresamente «estamos dando un autogolpe del siete», sus actos están a la altura. O a la bajura. A Juan Carlos Campo —gran jurista, pero en el ajo— se le escapó en su día que estábamos en una «crisis constituyente», desliz mayúsculo solo comparable al del Jefe del Estado Mayor de la Guardia Civil cuando, en lo peor de la pandemia, comunicó formalmente que trabajaba para minimizar las críticas al Gobierno. Creyendo que lo arreglaba, el general Santiago aclaró un par de días después que en realidad perseguían bulos. Como ellos decidían qué era bulo, en realidad se reafirmaba: ahogaban las críticas a la gestión de la pandemia. O sea, las críticas a la peor gestión de Europa, la del monstruo Simonilla, Simón e Illa. El uno se ha convertido en el meme favorito para glosar la infravaloración de un peligro. El otro —la vida es así de injusta— puede ser presidente de la Generalidad cuando usted lea esta columna.
La «crisis constituyente» de Juan Carlos Campo fue una confesión. Ni había ni hay ningún proceso constituyente en marcha. Ello, unido al uso de la palabra «crisis» (nunca legitimadora, pero a menudo justificativa), permitió vislumbrar el sucio fondo del autogolpe. Campo es hoy miembro del Tribunal Constitucional, algo reprobable teniendo en cuenta su relación con muchos de los graves temas que se someten a su consideración. Campo (como Pumpido) debería abstenerse por norma, toda vez que fue ministro de Justicia de Sánchez. Quiero ser respetuoso al señalar que en su intimidad (sagrada) se fundían el Legislativo y el Ejecutivo, pues la naturaleza y el amor son ciegos y desconocen a Locke (padre de la división de poderes) y a Montesquieu (que redujo esos poderes de cinco a tres).
El desparpajo, más una insensata convicción de impunidad, han propiciado que la banda de Sánchez hablara de más en otras ocasiones. Consignaré tres obscenidades más entre las que me vienen a la mente. El entonces ministro de Nada Miquel Iceta contó en varias ocasiones que iban a devolver la vigencia a las cláusulas del Estatut declaradas inconstitucionales por el TC, y que lo harían vía leyes orgánicas. Conviene recordarlo cuando la banda se dispone a descerrajar la caja única. Devolver vigencia a lo inconstitucional, y decirlo, no está al alcance de cualquiera, espadones sin espada. Desdiciéndose cantaron las bondades de la amnistía, en sí misma un indicador de cambio de régimen. Por fin, el jefe de la banda vende el concierto fiscal para Cataluña como «un paso en la federalización de España», siendo esto lo que lo haría no ya bueno sino «magnífico». El Estado federal será o no deseable, pero es ajeno a la Constitución, una y otra vez violada por la banda con ostentación. No pararán hasta matarla.
El independentismo gana batallas, pero está muerto
Teresa Giménez Barbat. okdiario. 8 Agosto 2024
Según la leyenda, el Cid ganó una batalla después de muerto. Y al independentismo le pasa lo mismo y con varias. En la tónica a la que nos tiene acostumbrados, Sánchez, el Gran Prevaricador, le ha ofrecido una línea roja más por el consabido puñado de sus votos traidores. Un premio de los gordos: el «Concierto Económico». Los del procés, como cuando doña Jimena ató al Cid a su caballo, Babieca, con un palo (como dicen aquí, «para que el cadáver se quedase tieso y la sola presencia del fiambre sirviera de ánimo para su ejército y de terror para los enemigos»), siguen chantajeando con un poder que realmente ya no existe. La «república catalana», amigos, lleva tiempo también fiambre. Otra cosa es que Pedrisco (copyright de Sosa Wagner) desmantele toda España para seguir tirando en el corto plazo. El único que le importa.
La realidad sociológica de Cataluña está mudando de piel. Y por eso resulta tan patético leer cosas así en X (traduzco del catalán): «Me he dado de baja en un gimnasio porque daban alguna clase en español. Hagámonos valorar como pueblo. Parece que en Cataluña no hay ningún gimnasio que dé las clases 100% en catalán y nadie se queja. ¿Cómo desea salvar el catalán así? Hagámonos respetar. En el gimnasio y donde haga falta. La lengua propia de Cataluña es el catalán, y merece el mismo respeto que cualquier otra lengua».
¿»Pueblo»? ¿Qué «pueblo»? En mi gimnasio de Cerdanyola casi nadie habla en catalán. Ya sabemos que esta pequeña ciudad catalana es del tipo obrero (antes también se decía xarnego). Pero hasta hace muy poquito, en pleno procesismo, se esforzaban todos un montón. Ahora se la refanfinfla. A la que no aprietas a la gente (¿recuerdan? «Apreteu, apreteu») hacen lo que les sale de las narices. «Cataluña sería un Estado Fascista, de lo más parecido a la Alemania del 36, si en todos sus gyms solo se hicieran clases en catalán. ¿No te has enterado de que en el Parlamento hay mayoría españolista? Sigue buscando tu gym, nazi.», le suelta uno también en X. Y llora otra: «En general todo se hace en castellano, yo hace ya más de 20 años, cuando todavía hablar catalán era guay… no como ahora… Que ya me levanté y me fui de una entrevista de trabajo colectiva en una Universidad de Barcelona, por esta razón… porque habían decidido hacerla en castellano…».
Imagínate, ¡habían decidido hacerla en castellano! ¿Por qué sería? ¿Acaso porque la mayoría no entendía, como se dice vulgarmente, un pijo? Otro tuitero la reconviene por su desprecio al castellano: «Siendo el castellano también idioma oficial y siguiendo tu lógica del respeto, no veo coherente tu demanda de excluir cualquier otra lengua y pedir un 100% de catalán en el gym». Hasta que alguien da un mordisco de realidad recordándole que «en Barcelona es misión imposible, casi todos los profes son argentinos».
Jajaja. Es verdad, y mucho cubano, por lo que yo conozco. En realidad ocurre como en la Seguridad Social: pocos médicos son de aquí. Y es que de aquí ya no hay nadie. Escribí una vez en este mismo diario: «La realidad en Cataluña son las tasas reproductivas negativas, su índice de natalidad en declive. Que volvamos al bucle del referéndum y de la independencia es una muestra clara de que a esos que se emocionan y lloran el 11 de septiembre no les mueve más que el corto plazo de su butxaca.”
Pero parece que empiezan a despertarse. Aún hay quien recorre a la consabida denuncia de que hay que luchar contra el castellano por «su posición de dominio gracias a la dictadura española». Pero sin esperanza. Como le respondí yo misma (en broma, claro) a la que se quejaba de que hubiera ¡alguna! clase en castellano: «En mi gimnasio empiezan hacerlas en amazigh. El castellano tiene los días contados. ¡Por fin!».
Cocomocho en la pista central
Pablo Planas. libertad digital. 8 Agosto 2024
No es que no le importe que los catalanes acaben a palos, es lo que pretende.Imagen de archivo de Carles Puigdemont con su abogado Gonzalo Boye. | Europa Press
Puigdemont busca pelea. Se la tiene jurada a ERC desde el mismo instante en que tomó posesión del cargo de presidente de la Generalidad, en enero de 2016. En aquel momento asumió la dirección de un gobierno nombrado a medias por Oriol Junqueras y Artur Mas, un personaje todavía más gafe y nefasto que el mismo Puigdemont. Aquellos consejeros se tomaron a Puigdemont por el pito del sereno. Lo trataban como a un paleto, como un fusible con los días contados en política, una marioneta del antedicho Mas y de otros "genios" de la política mundial como David Madí o Xavier Vendrell, el exterrorista y exconsejero de la Generalidad que se está forrando en Colombia por ser amigo de Petro.
Estos fenómenos formaron un grupo de pijos que se hacía llamar el "Estado Mayor", el verdadero gobierno catalán que pegó el golpe de Estado sin mancharse las manos y sin arriesgar nada. Para eso ya estaban los canelos de Junqueras y Puigdemont y los Jordis, los jefes de la ANC y Òmnium, esas bandas separatistas que durante casi una década se adueñaron del espacio público. Puigdemont les hacía caso a todos y en todo. Era y es una especie de dron extraviado que deambula por el espacio en trayectoria irregular.
Durante estos años, tanto los de gobierno y golpe como los de fuga en Europa, Puigdemont ha acumulado un sinfín de alias. Al principio los suyos le llamaban el "Pastelero loco" por el negocio de su familia en Amer y por su manera de proceder, claro. Luego, que si el "Mocho" y el "Cocomocho" por el peinado. Más tarde un periodista de Gerona, Albert Soler, acuñó el apodo de "el Vivales". Ahora aspira a que se dirijan a él como "el Kamikaze". Asesorado por Gonzalo Boye, un abogado chileno que cumplió seis años de cárcel por el secuestro de Emiliano Revilla, Puigdemont ha ido de mal en peor.
Boye presume, por ejemplo, de haber tenido un papel clave en la redacción de ese churro infumable que es la ley de amnistía. Por indicación de Boye se paralizó el trámite de la norma para incluir en teoría más garantías para su patrocinado. De ahí que se introdujeran matices en el ámbito del terrorismo. Pero ese crack de las leyes no vio venir que el problema (uno de ellos) estaba en la malversación. Conclusión: todo el mundo se ha beneficiado de la amnistía menos Puigdemont, lo que tal vez le debería hacer pensar sobre el verdadero nivel de su letrado, que no es barato precisamente.
Ahora se presenta dispuesto al "martirio", protagonista del último acto del procés que le abdujo hace ocho años y ahora lo expulsa como un despojo, una marioneta rota que va a tener, eso sí, el privilegio de hablar en su propio funeral político. No es que no le importe que los catalanes acaben a palos, es lo que pretende.
El Consell de Menorca gobernado por el PP también exige nivel avanzado de catalán para ser bombero
Indalecio Ribelles. OKDIARIO. 8 Agosto 2024
Al igual que ha sucedido en el Consell de Mallorca gobernado por la coalición de PP y Vox, en el de Menorca donde los populares lo hacen en solitario, para ser bombero hay que tener un nivel avanzado y notable de catalán y demostrarlo con las pertinentes titulaciones oficiales. En ambas islas, el título B2 de conocimiento hablado y escrito de una de las dos lenguas oficiales de Baleares.
Así figura en las bases específicas de la convocatoria aprobada por la institución insular presidida por el presidente del Consell, Adolfo Vilafranca, en la que se recoge como requisito obligatorio para optar a una de las plazas de este concurso oposición, estar en posesión del certificado oficial B2, en un proceso abierto para reclasificar las plazas de bombero y subirlas de categoría laboral.
El citado certificado de catalán acredita un nivel avanzado de conocimiento y dominio de esta lengua, y fue establecido de conformidad con el acuerdo del Consejo Ejecutivo del Consell de Menorca de fecha 5 de septiembre de 2022, relativo a los requisitos lingüísticos para el catálogo de puestos de trabajo del Consell de Menorca.
Según recoge ese acuerdo, para las titulaciones de ciclos formativos de grado superior o equivalentes de la categoría profesional C1, como sucede en este caso, se exigirá el certificado de conocimientos de catalán B2.
Una normativa por tanto aprobada por el anterior gobierno de izquierdas presidido por la socialista Susana Mora, y que el PP no ha modificado al llegar a la presidencia insular.
Además tal y como se especifica en la convocatoria, los certificados obtenidos en Cataluña y la Comunidad Valenciana y los estudios de ESO o Bachillerato cursados en estas comunidades, no son directamente válidos, si no es mediante la homologación por parte de la Dirección General de Política Lingüística del Govern.
Para despejar cualquier duda en las bases de la convocatoria se deja claro que sin ese título B2 de catalán, aunque se apruebe el examen, no podrá el aspirante tener plaza de bombero en Menorca.
El personal que no pueda acreditar la titulación requerida o el conocimiento de la lengua catalana correspondiente al nivel B2 pero que reúna el resto de los requisitos exigidos en la convocatoria, puede tomar parte en el proceso de selección.
Sin embargo, en caso de superarlo, quedará en la situación de «a extinguir», salvo que obtenga la titulación requerida y la acreditación del conocimiento de la lengua catalana, en cuyo caso será reclasificado de forma automática, previa comprobación por parte de el órgano competente en materia de función pública.
Llama la atención que en el programa electoral insular del PP de Adolfo Vilafranca de 2023, no se hiciera mención expresa en materia de lengua y tradición a la imposición del catalán. En este apartado el compromiso de Vilafranca hace referencia a promocionar «los modismos y palabras propias del menorquín, para que no se pierdan y para que los jóvenes las introduzcan en su vocabulario diario».
En el segundo punto de este apartado del programa electoral de 2023, se indica expresamente el compromiso por «defender el uso sin prevalencia de ninguna lengua oficial sobre la otra», y que «cualquier ciudadano podrá usar cualquiera de las dos lenguas oficiales ante la administración y en cualquier ámbito social, cultural y económico».
Aunque no se recoge expresamente la derogación de la legislación que fija el catalán como requisito para acceder a un empleo público, la realidad es que hasta el día de hoy el catalán tiene prevalencia sobre el español, en Menorca.
Baste como ejemplo la web oficial del denominado Servei de Política Lingüística i Cultura Popular del Consell de Menorca, cuyos objetivos y funciones son los de «consolidar el uso de la lengua catalana como propia y vehicular en todas las actuaciones y promover su uso en el resto de instituciones, administraciones y entidades públicas de la Isla».
Y en segundo lugar, «coordinar las políticas públicas de normalización lingüística, impulsando acciones encaminadas a conseguir una mayor presencia del catalán en los distintos ámbitos de la sociedad menorquina». Ni rastro, por tanto, de menorquín ni menos aún, del español.
«se repite cada año en muchos de los pueblos»
Las víctimas del terrorismo denuncian la presencia de carteles y pancartas a favor de ETA en las fiestas de Vitoria
LGI. gaceta. 8 Agosto 2024
COVITE y la Fundación Fernando Buesa han denunciado que el espacio público y festivo de Vitoria, que celebra estos días las fiestas de La Blanca, está plagado de pintadas, carteles y pancartas a favor de ETA y sus presos.
A través de las redes sociales, estas asociaciones de víctimas del terrorismo han afirmado que esta «es la realidad de lo que pasa» en el recinto de las txosnas de la capital alavesa, pero que se repite «cada año en muchos de los pueblos y ciudades de Euskadi y Navarra frente a la indiferencia de parte de la sociedad y sobre todo de las instituciones».
La fundación Fernando Buesa ha destacado que «en una sociedad sana no se permitiría que el espacio público y festivo estuviera plagado de pancartas de apoyo a quienes durante décadas mataron, secuestraron, hirieron, extorsionaron y persiguieron en nombre de ETA».
«Nunca nos cansaremos de repetir que la deslegitimación del terrorismo de ETA es imprescindible si queremos construir una convivencia basada en valores democráticos. La reflexión ética y la autocrítica sincera de quienes ejercieron la violencia terrorista y de quienes la apoyaron es lo que permitirá avanzar hacia una verdadera convivencia en paz y libertad», ha añadido.
Por su parte, COVITE, que se suma a esta reflexión, ilustra su mensaje con una foto de una pared con la pintada de ‘Gora ETA’ y una niña pasando por delante. Ante esta imagen, se pregunta: «¿Cuántos niños y niñas pasarán por delante de esta frase y asumirán inconscientemente su mensaje legitimador y exaltador del terrorismo?».
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