Recortes de Prensa Viernes 23 Agosto 2024
Kursk: la tercera invasión de Rusia en su historia (que ahora sí será derrotada)
Enrique Navarro. libertad digital. 23
Agosto 2024
Ese gigante de pies de barro al que llamamos Rusia ha sufrido a lo largo de su historia contemporánea tres invasiones procedentes de países inmensamente más pequeños: Francia, que no tenía una ambición territorial sino política; Alemania, que fue detenida por el invierno a las puertas de Moscú; y ahora Ucrania, que ha elegido el mítico campo de batalla de Kursk para un golpe de efecto que en las próximas semanas veremos qué recorrido tiene. En los tres casos, los mismos errores en el lado ruso: ausencia de inteligencia, desorganización y corrupción política. La diferencia es que en este tercer caso, Rusia será derrotada porque su población no está dispuesta al sacrificio forzoso al que fue sometida por el zar Alejandro I o Stalin.
No ha habido en la historia de las guerras de grandes frente estabilizados un solo caso en el que uno de los contendientes no haya intentado un golpe de diversión para romper la dinámica de una guerra eternizada. Lo que sorprende es que Rusia no se percatara de los movimientos de tropas y de armamento ucranianos hasta siete días después de haber penetrado una fuerza de más de diez mil hombres y decenas de carros de combate con artillería de campaña en territorio ruso y con un notable apoyo aéreo. Es absolutamente incomprensible.
Como se narra en la serie sobre Chernóbil, los rusos se pasaron una semana eludiendo responsabilidades y buscando culpables, incapaces de abordar el problema con la seriedad que se merecía. En este caso se une algo casi cómico: cómo Rusia no está en guerra, ¿cómo podrían las Fuerzas Armadas intervenir militarmente dentro del país? Salvo admitiendo la realidad de una agresión militar, y estos dimes y diretes son los que le han costado a Rusia dos semanas claves. Quince días después, Rusia ni siquiera ha comenzado el movimiento de tropas para expulsar a los ucranianos de su territorio donde ya han establecido su poder político como potencial moneda de cambio en una negociación con Moscú.
La maniobra de Kursk no tiene mucho recorrido militar salvo que se plantee como una operación suicida para atraer a varias divisiones rusas y aligerar el frente para ejecutar una operación en otro lugar más estratégico, seguramente en el sur para llegar al Mar Negro a través de Melitopol o atravesar el Dniéper en dirección a Crimea, o bien para evitar una posible ofensiva rusa de final de verano en Donetsk que rompiera las líneas ucranianas.
¿Por qué la guerra está paralizada?
La cuestión militar real es: ¿por qué esta guerra permanece paralizada con apenas ganancias territoriales después de más de dos años? En mi opinión, Ucrania, una vez solventada la amenaza de la destrucción total de las primeras semanas de guerra, se planteó una estrategia de resistencia, de desgaste. Luchando en su propio territorio, con su logística cercana al frente y con un ejército motivado. No tenía nada más que continuar atacando en una guerra de guerrillas, golpeando con la artillería de precisión y los drones y protegiendo su espacio aéreo. Resistir y destruir con mínima exposición, así se resume la estrategia ucraniana en esta guerra.
Para Rusia, que es la que debe exponerse, las enormes pérdidas demuestran que ha sido incapaz de romper la línea del frente y que cada día que pasa le será más difícil. Tomando las cifras más conservadoras, Rusia ha perdido el 90% de sus carros de última generación y el 50% de los de los años setenta. Ahora mismo ni siquiera tiene superioridad blindada frente a Ucrania.
Un Irán que tiene que atender a sus propios frentes está ralentizando el suministro de drones a Moscú, mientras que China tiene bastante con sus problemas financieros, que solo podrán ser resueltos si la comunidad occidental, su principal cliente que acumula más del 70% de los activos del planeta, tiene interés en ayudar a resolverlos. La visita del primer ministro indio a Kiev es claramente un punto de inflexión, ya que Bharat ha sido en estos dos años, el gran soporte financiero de Rusia a través de las compras de petróleo a precios reducidos.
En definitiva, Moscú se encuentra en plena crisis de sus aliados y con unas pérdidas que ya son insostenibles. No dispone de armamento moderno, sus stocks de misiles han caído un 70%, no son capaces de reponer los que se gastan y están reparando carros de combate de la guerra de Corea. Si a esto unimos que apenas dispone de dos centenares de aviones de combate de cuarta generación, podemos concluir que Rusia se halla en un momento muy delicado y a la vez peligroso, ya que las ventanas de oportunidad para una ofensiva se agotan cada semana que transcurre.
Cada día Rusia está más cerca de la derrota
Así que cada día que Ucrania aguanta, Rusia está más cerca de la derrota. La clave está en mantener la ayuda occidental, especialmente de munición de gran calibre, con sistemas cada vez más precisos y modernos para que esta resistencia victoriosa no decaiga y Ucrania reduzca sus pérdidas al mínimo posible. A los rusos solo hay que dejarlos que perseveren en sus errores, de los que nunca saldrán.
En la actualidad, Rusia se dedica a bombardear el frente sin exponer fuerzas, lo que parecería anunciar un avance significativo de tropas, que quizás ha sido detenido con la operación de Kursk. Ucrania solo necesita unos seis meses para disponer de su flota de F-16 y de los sistemas que podrían cambiar el curso de la guerra.
A su vez, Putin se encuentra en una situación cada vez más complicada. Esta guerra era su apuesta personal y el fracaso ha sido rotundo. No ha conseguido una victoria militar, ni mucho menos política contra Europa, las sanciones están complicando mucho la vida de los ciudadanos y cada vez está más solo dentro de su propio partido. Son muchas las voces que internamente abogan por una negociación basada en la retirada militar del este de Ucrania y cada día que transcurre de esta sangrienta guerra, estas ideas cobran más fuerza.
Rusia ya no tiene armamento para una ofensiva a gran escala, ni capacidad militar suficiente para destruir la infraestructura energética y alimentaria de Ucrania, que sigue operativa. Los talleres ucranianos cerca del frente reparan sistemas a una velocidad diez veces mayor que los rusos y su armamento de largo alcance y gran precisión está destruyendo la logística y las bases aéreas y de misiles al interior de Rusia desde las que se ataca a Ucrania. Si Kiev consigue el levantamiento de todas las restricciones para usar los sistemas recibidos, podría destruir toda la infraestructura logística y de operación rusa en cuestión de semanas y esto sí sería un jaque mate casi definitivo.
No podemos estar seguros de que Putin, llegado el momento de la decisión final, no acabe buscando la internacionalización del conflicto o su nuclearización para dinamitar el impasse actual y retomar la iniciativa, pero hasta esto cada vez se antoja más difícil con un mando militar desmotivado y con equipos y sistemas diseñados hace cincuenta años. Es difícil, pero no imposible; por ello hay que perseverar en esta estrategia occidental y ucraniana hasta el final, que no puede ser otro que la caída de Putin y de su régimen nacionalista ortodoxo y el regreso de las libertades a Rusia y de la seguridad al Planeta, no tenemos otra opción.
El embajador ruso acusa a EEUU de querer eliminar todas las restricciones al uso de armas suministradas a Ucrania
Estados Unidos ha proporcionado a Ucrania más de 50.000 millones de dólares en ayuda militar desde 2022, pero ha limitado el uso de sus armas al suelo ucraniano
Carlos Garcés. Madrid. el mundo. 23 Agosto 2024
Ucrania gana terreno a Rusia en su propia territorio. Y lo hace en muchos aspectos gracias a las armas occidentales que le dan el empuje necesario para no solo defender su país si no ahora también atacar a su invasor. Por eso, Rusia mira con recelo el uso que Kiev hace de estas armas. Tanto es así, que Rusia cree que Estados Unidos en algún momento eliminará todas las restricciones al uso de armas suministradas a Ucrania, según embajador ruso en Estados Unidos, Anatoly Antonov.
"La actual administración se comporta como una persona que extiende una mano y sostiene una daga detrás de la espalda con la otra", dijo Antonov, describiendo los recientes comentarios de Washington sobre que a Kiev no se le permite usar armas estadounidenses para ataques en territorio ruso como "incitación".
"Están, esencialmente, sentando las bases (para una decisión) de simplemente eliminar todas las restricciones existentes en un momento determinado, sin pensarlo mucho".
9:11
Modi llega a Ucrania para reunirse con Zelenski
El primer ministro de la India, Narendra Modi, llegó este vienes a Kiev para reunirse con el presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, en una breve visita centrada en conversaciones sobre la guerra y una solución para la paz y que sigue a la realizada hacer semanas a Moscú.
El primer ministro indio llegó a Kiev desde Polonia a bordo de un tren "Rail Force One", tras un viaje de diez horas, acompañado por el ministro de Asuntos Exteriores, S. Jaishankar, y el asesor de Seguridad Nacional, informó el canal de televisión indio NDTV.
La administración del presidente Zelenski no ha confirmado por el momento la llegada de Modi a Kiev, de la que sí ha informado el director ejecutivo de la compañía nacional de trenes de Ucrania, Oleksandr Pertsovski.
8:51
La Armada de Ucrania dice que un ferry ruso se hundió durante un ataque ucraniano
La Armada de Ucrania confirmó este viernes que destruyó el jueves un ferry en el puerto ruso de Kavkaz que se utilizaba para transportar combustible y armas a la Crimea ocupada.
"Este ferry es una de las cadenas más importantes de la logística militar rusa para abastecer a las fuerzas de ocupación. En primer lugar con combustible, pero también transportaba, por supuesto, armas", dijo a Radio Liberty el portavoz de la Armada de Ucrania, Dmytro Pletenchuk.
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8:29
Rusia dice que un dron ucraniano intentó atacar la planta nuclear de Kursk
Un dron ucraniano intentó atacar la central nuclear rusa de Kursk durante la noche, dijo el viernes la agencia de noticias estatal TASS, citando una fuente anónima.
El dron fue derribado cerca de un depósito de combustible nuclear gastado, dijo la agencia.
La central de Kursk es una de las principales centrales nucleares de Rusia.
7:50
Ucrania derriba 14 de los 16 drones lanzados en un ataque ruso durante la noche
Las fuerzas de Ucrania destruyeron 14 de los 16 drones de ataque rusos lanzados durante la noche, dijo el viernes la Fuerza Aérea de Ucrania.
"El sistema de defensa aérea operó en las regiones de Cherkasy, Kirovogrado, Poltava y Sumy", dijo en un comunicado.
7:25
Kamala Harris se compromete a mantenerse "firme con Ucrania"
Kamala Harris, la aspirante demócrata a la presidencia de Estados Unidos, prometió este jueves en la convención nacional de su partido en Chicago mantenerse "firme con Ucrania", informa Afp.
"Como presidenta voy a mantenerme firme con Ucrania y con nuestros aliados de la OTAN", dijo la vicepresidenta al aceptar la nominación demócrata en el discurso más importante de su carrera.
7:00
Kiev dice que Rusia ataca repetidamente el frente oriental de Ucrania
Las fuerzas rusas lanzaron el jueves 53 ataques contra posiciones enemigas en el frente de Pokrovsk, en el este de Ucrania, mientras Moscú presiona para tomar una ciudad estratégica, dijo el ejército ucraniano.
El estado mayor del ejército ucraniano dijo en un comunicado que la toma de la ciudad de Pokrovsk, a la que las fuerzas rusas se han estado acercando constantemente, sigue siendo el principal objetivo de los esfuerzos rusos en Ucrania.L
La gran transformación
Carlos Marín-Blázquez. gaceta 23 Agosto 2024
Puede que todo culminara con las ceremonias catárquicas de 1992. Los Juegos Olímpicos de Barcelona y la Exposición Universal de Sevilla iban a servir de escaparate para mostrar al mundo la transformación que había experimentado un país lastrado por complejos seculares. La obsesión por Europa, por parecernos a Europa, por situarnos a la altura de las sociedades europeas había adquirido niveles de fijación colectiva que lindaban con lo patológico. Recuerdo haber pasado buena parte de mi infancia y adolescencia con el sonido de fondo de los noticiarios donde se relataban las arduas negociaciones de los sucesivos gobiernos españoles para que nuestra nación fuera admitida en la Unión Europea. Recuerdo la entrada de España en la OTAN y sobre todo me acuerdo de la consulta para certificar su permanencia, en 1986, convocado por el mismo líder político que unos años antes había defendido lo contrario de lo que defendió en aquel referéndum. Pero ese cambio de criterio, ese giro abrupto en un elemento clave de la política internacional no le deparó perjuicio electoral alguno, sino que, muy al contrario, le sirvió para que su figura se revistiera de una aureola omnipotente y la práctica totalidad del entramado institucional se pusiera en adelante a su servicio.
Entretanto, a España se le hacía difícil desmentir la apariencia de país que mendigaba unas migajas de aceptación en el contexto de la escena internacional. Resultaba un tanto penoso ver a una de las naciones más antiguas de Europa llamando a la puerta de los nuevos amos continentales a fin de que la dejaran participar en su fiesta. Todo esto la sociedad española lo asumía con resignación, porque ya para entonces un inmenso aparato de distorsión cultural y pedagógica había ido creando una imagen de país atrasado, dueño de una historia cuajada de episodios atroces, y lo que Europa nos regalaría era no sólo una cornucopia de bendiciones materiales, sino algo mucho más importante a la postre: un intangible metafísico, un espíritu en sintonía con los nuevos flujos de la modernidad, la exoneración, a través de la aceptación de nuestro papel subsidiario en el concierto internacional, de todas nuestras lacras del pasado.
Como sucedería unos años más tarde con las naciones del antiguo bloque comunista, la España nacida del Régimen del 78 creyó a pies juntillas que Europa sería la solución a todos sus males. De acuerdo a las consignas que evacuaba la propaganda, perder ese último tren nos condenaría al más tenebroso de los destinos. Europa estaba ansiosa de volcar su generosidad sobre nosotros, pero teníamos que corresponder haciendo algunas concesiones. No importaba. Desmantelar nuestra industria pesada, perjudicar los intereses de nuestro sector primario, hacer entrega de nuestra soberanía económica o poner nuestra defensa al servicio exclusivo del gran hegemón norteamericano eran la contrapartida necesaria para enmendar al fin nuestro destino de nación fracasada y ganarnos el derecho a participar en un proyecto que nos encaminaría hacia un horizonte de prosperidad material y libertades políticas plenas.
1992 fue el refrendo gráfico, ante una audiencia planetaria, de que la gran transformación ya se había producido. El maná de los fondos de cohesión había permitido una mejora innegable de nuestras infraestructuras y de lo que se trataba era de que los mismos españoles creyeran que la suya era al fin una sociedad dinámica y vanguardista, curada de sus taras endémicas, plenamente homologada con los países más prósperos del entorno y en disposición de conquistar un futuro repleto de prodigios.
Pero sucedió entonces lo que acontece en algunas de esas mansiones que se hacen erigir a toda prisa los nuevos ricos. Tras la fachada de opulencia, empezaron a aflorar los defectos de construcción. Defectos que con el paso del tiempo no harían más que agravarse hasta poner en peligro la integridad de todo el edificio. Entonces, cuando lo lógico hubiera sido acometer las reformas necesarias para sanear la estructura, lo que se hizo fue perseverar en el depropósito. ¿Por qué? Porque el sistema —no una democracia representativa, sino un estado de partidos de naturaleza extractiva y clientelar— estaba ideado precisamente para eso: no para atajar los errores, sino para amplificarlos; no para contener a quienes buscan la destrucción del edificio común, sino para privilegiarlos; no para escuchar las voces de los que avisaban del desmoramiento inminente, sino para desacreditar sus denuncias; no para hacer posible una sociedad crítica y alerta, sino para crear un inmenso tinglado mediático y educativo destinado al embrutecimiento de las masas y a la difusión de una versión de la realidad distorsionada y siempre en sintonía con los intereses de la oligarquía corrupta que lo sufraga.
Ahora, en la agonía del verano, el colapso del régimen adquiere tintes grotescos. Inservible, por mero desgaste, el término «humillación» para aludir al estado de postración colectiva en el que vegetamos, nos limitamos a contemplar con distante naturalidad los penúltimos episodios chuscos que nos inflige esa cuadrilla de zánganos embusteros que medra a expensas de la siembra de la discordia y el despiece de la nación. Desvanecido el deslumbramiento inicial por aquel europeísmo de diseño que iba a catapultarnos a cotas de desarrollo nórdicas, escarmentados y moralmente exhaustos como nos sentimos, pero en realidad ya casi conformes con el destino al que una clase gobernante cínica y predatoria ha conducido a una masa de sujetos lobotomizados, quizá sólo nos reste, como melancólica tarea vital, describir los pormenores de este epílogo con la mayor precisión posible.
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