Recortes de Prensa Sábado 14 Septiembre 2024
Washington mantiene su veto al uso de misiles contra Rusia tras las "serias amenazas" de Putin
La Casa Blanca se toma «muy en serio» las palabras del autócrata ruso y descarta que Kiev use sus misiles contra objetivos en Rusia. El Kremlin dice que si se producen esos ataques «estará en guerra con la OTAN»
Alberto Rojas. el mundo. 14 Septiembre 2024
Guerra en Europa Blinken discute en Kiev el próximo peldaño de la escalada: atacar Rusia con misiles de EEUU
Vladimir Putin volvió a agitar el fantasma de una guerra mundial a gran escala entre Rusia y la OTAN. El Kremlin reaccionó al rumor de que EEUU y Reino Unido iban a dar su consentimiento para que Ucrania usara sus misiles de medio alcance contra objetivos en Rusia. Putin dijo el jueves que permitir estos ataques «significaría que los países de la OTAN, Estados Unidos y los países europeos están en guerra con Rusia». Este viernes, el embajador de Rusia ante la ONU reiteró ante el Consejo de Seguridad que "la OTAN desatará una guerra directa si permite a Ucrania usar armas de largo alcance contra su país".
Esta es la décima línea roja trazada por el Kremlin desde que comenzó la invasión de Ucrania y Moscú no ha respondido a ninguna de ellas. De momento, en este caso parece haberle funcionado. La primera fue la advertencia sobre enviar «ayuda letal» a Ucrania y la última, la entrega a Kiev de cazas F16. En la lógica escalatoria de la guerra, esta discusión sobre el veto de ataque a Rusia se produce por la exportación de misiles balísticos iraníes a Rusia para bombardear a su enemigo, de la misma forma que Moscú ya utiliza como rutina los enviados por Corea del Norte contra las ciudades ucranianas. En ese caso, las amenazas de Putin sonaron más explícitas que las anteriores y consiguieron su objetivo de que EEUU no levantara el veto.
Según el Instituto de Estudio de la Guerra (ISW, en inglés), «las frases de Putin no son la típica inflexión en la retórica rusa sobre el riesgo de una escalada y probablemente tienen como objetivo influir en los actuales debates políticos».
La Casa Blanca publicó ayer un comunicado en el que aseguraba que «no hay ningún cambio en su política de ataques a Rusia» con este tipo de armamentos, aunque sonó a rectificación tras las palabras amenazadoras de Vladimir Putin. «Nos lo tomamos muy en serio», terminaba ayer el portavoz de la Casa Blanca, John Kirby. El diario The New York Times publicó horas antes que era muy probable que a Kiev le levantaran el veto para usar estos misiles (Storm Shadow, de crucero y ATACSM, balísticos) contra Rusia, pero en situaciones muy determinadas, contra ciertos blancos y siempre bajo aprobación previa de los aliados para evitar errores que supongan una escalada aún mayor. Finalmente, Washington cerró esa posibilidad, al menos de momento.
Rusia había comenzado a mover sus aviones y sus polvorines fuera del alcance de estos misiles (unos 300 kilómetros), ya que el Kremlin daba por hecho que los primeros ataques llegarían en breve. Para el analista de Defensa del centro Carnegie Michael Kofman, «Occidente está directamente involucrado en la selección de objetivos, la planificación, el análisis de inteligencia y varias otras formas de apoyo a los ataques contra Rusia». Eso, en la percepción del Kremlin, que también hace lo mismo con sus aliados de Teherán o Pyongyang, supone otro nivel de amenaza.
«Mi principal preocupación no es la escalada nuclear sino la escalada horizontal. Es decir, que los rusos contraataquen y tomen represalias transfiriendo tecnología, conocimientos y personal especializado a países aliados. Otra preocupación es la creciente campaña de sabotaje rusa en Europa y la trayectoria que podría tomar, que ha sido muy notable durante el año pasado», dice Kofman en su último podcast.
Frente de Kursk
En cuanto a la actualidad sobre el terreno, también está siendo una semana de sobresaltos. La respuesta a la invasión ucraniana de Kursk ha tardado más de un mes en llegar, lo que ha tardado Moscú en reunir tropas competentes y disponibles. Este martes, una columna de 11 blindados cargados de tropas de élite rusas partieron de Korenevo hacia el sur, por el territorio ocupado por Ucrania. En ese avance perdieron al menos tres vehículos, pero llegaron a la aldea de Snagost e hicieron algunos prisioneros.
Horas después, el presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, publicó un mensaje en sus perfiles que sonó extraño: «Los rusos han lanzado una contraofensiva en la región de Kursk, pero todo va según nuestro plan». Como si sus palabras sirvieran para lanzar a sus tropas, Ucrania volvió a perforar la frontera rusa -a unos 40 kilómetros hacia el oeste de su invasión inicial de agosto- y abrió camino. Esa cuña de penetración, a la espalda de los rusos, ha llegado a Veseloe y su objetivo parece Glushkovo.
Zelenski anuncia el regreso de 49 ucranianos cautivos en Rusia, entre ellos defensores de Azovstal
"Debemos traer a casa a cada uno de nuestros ciudadanos, tanto militares como civiles", afirma el presidente
Agencias. el mundo. 14 Septiembre 2024
Un grupo de 49 prisioneros de guerra ucranianos y civiles detenidos en Rusia, entre los que se cuentan soldados capturados por el Ejército ruso en la acerería de Azovstal, en Mariúpol, han sido liberados y ya se encuentran en territorio ucraniano, según anunció el presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, en sus redes sociales.
"Gracias a todo nuestro equipo, que consigue la liberación de prisioneros y rehenes del cautiverio ruso", dijo Zelenski en su mensaje, en referencia a los civiles capturados por las fuerzas rusas en los territorios ocupados, que en ocasiones entran en estos intercambios de soldados entre Kiev y Moscú.
"Cuarenta y nueve ucranianos están ahora en casa. Entre ellos se encuentran soldados de las Fuerzas Armadas de Ucrania, la Guardia Nacional, la Policía Nacional, el Servicio Estatal de Guardia Fronteriza y nuestros civiles. Entre ellos se encuentra Leniye Umerova, una joven que fue tomada como rehén por los rusos cuando vino a cuidar de su padre enfermo. También han sido liberados más defensores de Azovstal. Viktor Ivchuk, médico militar y Héroe de Ucrania, también ha vuelto a casa", ha detallado el presidente ucraniano.
Zelenski agradeció también el papel a la hora de hacer posibles estos canjes de las unidades del Ejército ucraniano que capturan a soldados rusos, incrementando el número de prisioneros enemigos a intercambiar en estos procesos.
"Todos nuestros soldados que capturan a los ocupantes rusos y todos nuestros servicios que neutralizan a los saboteadores y colaboradores rusos, acercan la liberación de nuestro pueblo. Debemos traer a casa a cada uno de nuestros ciudadanos, tanto militares como civiles", ha concluido.
Como es habitual, el presidente ucraniano ha publicado fotografías de los retornados siendo recibidos al pie del autobús que les ha traído a casa con flores y banderas de Ucrania.
Atacms y Storm Shadow, los misiles que Ucrania quiere utilizar contra territorio ruso
Estados Unidos y Reino Unido tienen la llave para levantar la prohibición a Kyiv de usar este tipo de armamento. Putin amenaza con entrar «en guerra» con la OTAN si Ucrania recibe luz verde
Agencia Efe. 14 Septiembre 2024
Estados Unidos y Reino Unido tienen que decidir si acceden a la solicitud del presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, para poder utilizar los misiles de largo alcance que le han suministrado para bombardear objetivos en territorio ruso. Una decisión clave sobre todo tras las amenazas vertidas por el presidente ruso, Vladimir Putin, que ha dicho que la OTAN estará «en guerra» con Rusia si autoriza el uso de misiles de largo alcance a Ucrania.
El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, y el primer ministro británico, Keir Starmer, se reúnen este viernes en Washington para abordar la guerra de Ucrania y, posiblemente, para estudiar y decidir esta cuestión. En una reunión en Kyiv el pasado miércoles, el secretario de Estado de norteamericano, Antony Blinken, y el ministro de Exteriores de Reino Unido, David Lammy, explicaron que la cuestión de los misiles sería tratada por Biden y Starmer en la reunión de hoy viernes.
¿Cómo son estos misiles?
Atacms
Estados Unidos suministró a Ucrania los primeros Atacms en otoño del pasado año, pero solo para emplearlos en territorio ucraniano y en una versión con un alcance más reducido que los que ahora podrían ser enviados, 165 kilómetros frente a 300.
El sistema de misiles tácticos convencionales del Ejército de Tierra (Atacms, por sus siglas en inglés) es un sistema de ataque superficie-superficie de alta precisión fabricado por la empresa estadounidense Lockheed Martin. Fueron utilizados con gran efectividad por primera vez durante la operación Tormenta del Desierto, entre 1990 y 1991, cuando una coalición liderada por Estados Unidos atacó Irak en respuesta a su invasión de Kuwait.
Los ATACMS disponen de un sistema de navegación inercial asistido por GPS y son propulsados por combustible sólido. Miden aproximadamente 4 metros de longitud, tienen un diámetro de 60,96 centímetros y cuentan con una ojiva de 226 kilogramos de explosión fragmentada. Pueden ser lanzados desde una plataforma de lanzamiento múltiple M270 o desde el sistema móvil HIMARS (por sus siglas en inglés).
Storm Shadow
En mayo de 2023, Ucrania empezó a utilizar los misiles de crucero Storm Shadow, suministrados por Reino Unido y con un alcance de unos 250 kilómetros. Como en el caso anterior, no podían ser empleados para atacar territorio ruso.
Los Storm Shadow se lanzan desde un avión y vuelan a una velocidad próxima a la del sonido. Son ideales para penetrar defensas reforzadas o depósitos de municiones. Su empleo en territorio ruso permitiría a Ucrania atacar bases aéreas desde las que se lanzan ataques contra el territorio ucraniano.
Estos misiles han sido utilizados ya con éxito por Ucrania para atacar el cuartel general naval ruso en el Mar Negro en Sebastopol o el puente Chongar que comunica las regiones de Jersón y Crimea. El Storm Shadow, que en Francia es denominado SCALP EG, tiene un peso de 1.300 kg, una longitud de 5,1 metros y un alcance de entre 250 y 500 kilómetros. Lleva una ojiva convencional de 450 kilogramos.
¿Y cuáles son los misiles que los rusos utilizan contra territorio ucraniano?
Los misiles Kinzhal
Del lado ruso, los misiles Kinzhal e Islander se cuentan entre el armamento más destacado de su arsenal ofensivo y vienen siendo empleadas desde el comienzo de la guerra.
Los misiles hipersónicos Kinzhal –también escrito Khinhzal y que significa «daga»– son una de las armas más modernas de Rusia y el orgullo de Putin, quien las presentó en 2018. Pueden volar a más de 6.000 km/h y alcanzar objetivos de hasta 2.000 kilómetros de distancia. Miden 8 metros de largo y pueden cambiar de dirección en pleno vuelo. Fueron usados por primera vez contra Ucrania en marzo de 2022 para dañar un almacén militar.
Aunque los Kinzhal siguen dañando infraestructuras ucranianas, las defensas aéreas han logrado derribar algunos, como en junio de 2023, cuando interceptaron seis dirigidos contra Kyiv.
Los Iskander
Los misiles Iskander fueron utilizados por primera vez en Georgia en el año 2008, tienen un alcance de 500 kms y poseen una velocidad máxima de entre 6 y 7 veces la del sonido (7.400 a 8.600 kilómetros por hora).
Dotados de variedad de cabezas, pueden portar desde ojivas nucleares hasta bombas termobáricas, de fragmentación explosiva, de penetración y de pulso electromagnético y están diseñados para escapar a los sistemas de defensa antimisiles, ya que vuelan en una trayectoria baja –desde los 6 a los 50 kilómetros– y pueden maniobrar durante el vuelo
Sánchez confiesa a Marruecos su incapacidad para controlar la frontera
OKDIARIO. 14 Septiembre 2024
No deja de ser surrealista que el Gobierno de España tenga que pedirle a Rabat que blinde sus fronteras ante el previsto intento de entrar en Ceuta a nado, el próximo domingo, por parte de centenares de jóvenes marroquíes. Lo insólito del caso es que el argumento esgrimido por el Ministerio del Interior de Fernando Grande-Marlaska para solicitar ayuda a la nación vecina sea que «no se puede repeler con los medios humanos y técnicos» que tienen la Guardia Civil y la Policía Nacional en la ciudad, explican fuentes de la seguridad del Estado involucradas en dar respuesta a este nuevo desafío en materia de inmigración ilegal.
No parece que sea lo más conveniente retratarse de este modo ante Marruecos, porque el mensaje que se lanza es que las Fuerzas de Seguridad del Estado son incapaces de hacer frente a una avalancha de inmigrantes. Marruecos ha utilizado precisamente la inmigración como instrumento de presión, relajando en ocasiones sus controles fronterizos para causarle un problema a España, como ocurrió en el asalto a Melilla en 2022. Pues bien, en este contexto, el Gobierno de Sánchez trasmite a Rabat que no está en disposición de proteger su frontera por falta de medios. Ni Gila, vamos. Sobre todo si se tiene en cuenta que Marruecos sigue reclamando la soberanía de Ceuta y Melilla. Es surrealista: el Ministerio del Interior de Marlaska contacta con el Ministerio del Interior de Marruecos para pedirle ayuda porque no puede garantizar la seguridad en su frontera al carecer de efectivos policiales suficientes. Fastuoso. Es una manera de decirle a Marruecos que «estoy en tus manos».
En las últimas horas, además, han circulado vídeos con instrucciones y llamamientos para que el salto a nado se realice también hacia Melilla, atravesando una zona próxima a Beni Enzar y entrando al puerto de la ciudad autónoma. Desde que se conoce este llamamiento en redes, Marruecos ha detenido ya a 60 personas por incitar y difundir las instrucciones para realizar el asalto. En los vídeos se pueden ver consejos precisos sobre el tipo de aletas y material necesario para la travesía y qué hacer una vez que se toque tierra. Que consigan su objetivo no está en manos de España, como ha dejado claro el Gobierno de Sánchez. En Marruecos, que tiene la sartén por el mango, no dan crédito.
El pacto del odio a España entre Sánchez y ERC
EDITORIAL. libertad digital. 14
Septiembre 2024
La puesta en práctica de lo pactado entre Pedro Sánchez y ERC supondrá un golpe letal a la igualdad entre españoles y a la solidaridad entre las regiones de España.
Resulta verdaderamente contradictorio que el mismo Gobierno que pretende machacar la política fiscal de la Comunidad de Madrid porque retrata su incompetencia esté dispuesto a ceder a la Generalidad catalana todas las competencias estatales en materia fiscal. No hay criterio racional alguno que pueda justificar el doble rasero, las amenazas a Madrid y las cesiones a Cataluña. Ocurre que el Gobierno de Pedro Sánchez no tiene el menor problema en ofrecer a los partidos separatistas catalanes un concierto similar al vasco que van a terminar pagando Madrid y el resto de las autonomías que no gozan de los privilegios catalanes y vascos.
El acuerdo entre socialistas y ERC para la investidura de Salvador Illa contempla una financiación "singular" en la que no hay atisbo de solidaridad alguna, sino todo lo contrario, como queda de manifiesto en la información que publica Libertad Digital sobre las trampas pactadas por Sánchez con el separatismo para sacar Cataluña del marco nacional. El principio de ordinalidad impuesto por los republicanos desactiva las cláusulas del pacto que aluden a una vaga solidaridad que además deberá estar perfectamente justificada según los criterios políticos del nacionalismo catalán. Esto es que la Generalidad pretende tener voz y voto en lo que el Estado invierta en Andalucía o en Extremadura, por citar dos ejemplos, mientras que hará con el dinero recaudado a los ciudadanos de Cataluña lo que quiera, sin filtro alguno y al margen del resto de las comunidades. Es la independencia económica, paso previo a la política.
Sánchez pretende acallar las voces críticas tanto de su partido como de la oposición con una subasta de condonaciones de deuda autonómica que además de inmoral es la patente de corso para que gobernantes inútiles como los nuestros tapen su pésima gestión. Y, por si no fuera suficiente, con el añadido de que hay que pagar los privilegios de los independentistas.
La puesta en práctica de lo pactado entre Pedro Sánchez y ERC supondrá un golpe letal a la igualdad entre españoles y a la solidaridad entre las regiones de España. La investidura de Pedro Sánchez se saldó con una amnistía para los golpistas que lesiona los más elementales principios democráticos. El pacto para la investidura de Illa y la financiación singular de Cataluña es una andanada contra el Estado autonómico que pone en duda su propia viabilidad económica para satisfacer las ansias de poder socialistas y el odio a España del independentismo.
Fachas y orgullosos
Diego Gonzalez. libertad digital. 14
Septiembre 2024
Facha, en 1993, en 2008 y hoy día, en realidad sólo significa una cosa: que no quiere que gobierne el PSOE, el partido de FIlesa y de los GAL.
Seguramente hubo un tiempo en el que ser facha significaba algo, pero la verdad es que yo no lo recuerdo, y ya tengo suficientes canas en la barba para posicionarme como "madurito interesante" en Tinder o como "Papá Noel" en El Corte Inglés de Preciados, que todo es cuestión de adaptarse al público objetivo. Creo que aún no había cumplido los catorce la primera vez que alguien me lo llamó; una compañera de clase repetidora con familia algo más disfuncional que la media, que vestía como si se dedicara full time a la lectura de manos y posos del café en un puestecito ambulante en Caños de Meca y al atardecer hiciera la danza de agradecimiento al Sol y la Pachamama. No sé si me explico. El caso es que era 1993 y Felipe González ganó sus últimas elecciones, prolongando tres innecesarios años la agonía de su gobierno y de paso la crisis económica, y yo, que, seamos sinceros, no tenía ni idea de nada, como ella, lo lamenté en público. "No sé cómo se puede ser joven y facha", dijo. Por entonces era muy joven y muy idiota y me empeñaba en explicar que en realidad no era facha sino simplemente de derechas. Por suerte ahora ya no soy joven.
Da la impresión de que ser facha es cada vez más sencillo. Uno se imagina que la media aritmética de lo facha se encuentra en algún lugar entre el asesino de Lucrecia Pérez y el señor que grita Franco muchas veces en la tumba del dictador. No es el caso. Para ser facha en 2024 basta con defender exactamente lo mismo que el editorialista de El País, Àngels Barceló o el presidente del Gobierno, valgan las redundancias, defendían en 2023. Lo facha es un concepto móvil, voluble y adaptable a las circunstancias. Resiliente, sostenible, inclusivo, todos los palabros vacuos y las buzzwords para politólogos colocados a dedo que hagan falta. Ser facha depende mucho del entorno, entendiendo por entorno "lo que diga la PSOE". Por ejemplo, en la primera mitad de los noventa lo más facha que había era denunciar el terrorismo socialista, eufemísticamente denominado "de Estado" para culpar a toda España de los asesinatos de Lasa y Zabala en vez de al Gobierno del PSOE que los patrocinó y pagó con fondos públicos. Investigar la corrupción también era facha. Recordemos al juez Marino Barbero, el primer instructor del caso Filesa, la trama corrupta de financiación ilegal del PSOE que inflaba contratos para pagar sus campañas electorales. "Barbero quiere influir en política sin presentarse a las elecciones, dictando sentencias, abriendo y cerrando sumarios, al igual que hace ETA, que quiere participar en política poniendo bombas". Palabras de Juan Carlos Rodríguez Ibarra, presidente de Extremadura en aquella época. El mismo que unos meses antes se había inventado la acusación de que el magistrado no pagaba sus deudas con el banco. En 2024 investigar la corrupción de la familia del presidente del gobierno también es facha, y en vez de al bellotari eructando insultos con tufo a whisky de bar de carretera tenemos a periodistas inventándose que el juez Peinado tiene dos DNIs y denunciando que el muy facha posee, ahí es nada, un chalé en un pueblo de la sierra. La vida sigue igual, que decía el padre de España.
Bares de carretera, decía. Hablemos de José Luis Ábalos, exministro de transportes. Resulta que una estudiante de odontología de 29 años le acompañaba en sus viajes como ministro a cambio de 1.500 euros diarios, suponemos que dietas aparte. Además de estos sin duda merecidísimos emolumentos, Jessica cobró un sueldo público en una empresa dependiente del ministerio, o sea del ministro. La versión millenial del estanco para la querida es un sueldo público otorgado graciosamente por el PSOE, el partido más feminista de Europa. "¿Por qué es feminista el ministro de transportes?", se preguntaba la página de Facebook del PSOE el 6 de marzo de 2020. En esa época Jessica trabajaba de auxiliar administrativo en la empresa pública Ineco, en cuya web corporativa todavía se puede leer este titular: "Ábalos celebra el compromiso de Ineco con la igualdad real entre hombres y mujeres". Como decían en la granja orwelliana, todos somos iguales, pero unos más iguales que otros.
Jessica es lo que alguien con gracia denominó amiga de suscripción. Girlfriend as a service o GAAS, diríamos en el mundillo informático y corporativo. ¿Es facha enchufar a una acompañante a sueldo 30 años más joven en una empresa pública? ¿Es machista, o al menos poco feminista viajar como ministro con una moza de buen ver a razón de 1.500 euros por jornada laboral? Por supuesto que no, porque lo hace un cargo público socialista, y ¿cómo va a ser machista un ministro del PSOE? ¿Estamos locos? ¿Los pájaros disparando a las escopetas? El feminismo está en el ADN del socialismo, lo dice el propio Ábalos en el video enlazado un párrafo más arriba. Sería machismo, y del malo, si el de Torrente, provincia de Valencia, abriera la boca más de la cuenta sobre según qué temas relacionados con mascarillas y contratos públicos, pero mientras la manta permanezca en su sitio tapando lo que tiene que tapar, el feminismo de don José Luis Ábalos Parera está fuera de toda duda. ¿Ha visto usted, querido lector, una sola feminista con cargo público o concertado decir algo acerca de la compatibilidad de los principios del feminismo con la vida privada del exministro? Por supuesto que no. Por algo será.
Lo gracioso es que absolutamente todo el mundo sabía la clase de persona que es la exmano derecha de Pedro Sánchez. Las bromas con su presunta afición a las mujeres que fuman (me estoy empezando a quedar sin eufemismos) eran moneda común en el Tuíter pre-Elon. Si cualquier troll de Internet tecleando furioso en una penumbra con olor a fuet y Chetos Pandilla sabía lo que había en 2020, ¿nos podemos creer que ninguna de las grandes redacciones de España conocía el percal? En 2021 se publicó que Ábalos había sido cesado "por su vida oscura y caótica", celebrando fiestas en plena pandemia "con mujeres en pisos privados". Si uso un solo eufemismo más yo creo que me dan el sillón q minúscula de la RAE. Aquello lo publicó uno de los medios que el presidente del gobierno denomina "máquina del fango de la extrema derecha". Fachas, para entendernos. Porque facha, en 1993, en 2008 y hoy día, en realidad sólo significa una cosa: que no quiere que gobierne el PSOE, el partido de FIlesa y de los GAL, de Ábalos y de la farlopa y las putas (se acabaron los eufemismos ya) a cuenta de los parados andaluces. Así que, amigos, es hora de asumirlo. Somos fachas. Y orgullosos.
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La autocratada de Sánchez no fue un error
Una semana después no ha pedido perdón ni se ha desdicho. Moraleja: lo de la autocracia le pone
Eduardo Inda. la razon. 14 Septiembre 2024
APedro Sánchez le podemos negar la listeza, la moralidad, indiscutiblemente la ética y, de momento y hasta nueva orden judicial, su apego a la legalidad –Begoñísima continúa imputada–. Un tipo que roba una tesis por negro interpuesto es un desahogado amén de un ser de segunda división en el orden intelectual. Un sujeto que no le dice la verdad ni al médico, que miente más que habla, conviene tenerlo a 1.500 millas de distancia. Y de su catadura da perfecta cuenta el descojonamiento del Estado perpetrado desde que irrumpió en la Presidencia del Gobierno en 2018 gracias al voto activo o pasivo de etarras, sicarios de Nicolás Maduro e independentistas de toda ralea.
Pero lo que nadie le puede toser al todavía primer ministro son tres cualidades: su instinto asesino, que le lleva a no dar nunca nada por perdido, virtud que ya les gustaría para los días de fiesta a sus rivales del PP, su superlativa capacidad para escuchar y dejarse asesorar por gente más preparada que él –un signo de inteligencia en sí– y su estajanovismo. Trabaja como una mula, se prepara cualquier paso que da de manera compulsiva y los discursos los escribe o reescribe personalmente. Se me echará en cara que trabaja para hacer el mal, y no osaré negar la mayor, pero él tiene bien claro que para ser el mismísimo diablo hay que currar con la misma tenacidad que Cristiano Ronaldo hace abdominales cada mañana.
Cada speech que suelta, cada enamoradísima Carta a la Ciudadanía, cada golpe de efecto, está cuidadosamente estudiado. Es un profesional de la política en el mejor y peor sentido del término. Por eso me asombra la capacidad de hacer el ridículo que, salvo honrosísimas excepciones, atesora la claque sanchista que lleva una semana dando la tabarra con que el presidente no dijo lo que dijo en el Comité Federal del Partido Socialista celebrado el sábado pasado en Ferraz.
De su boca salió la frase más aterradora pronunciada por un presidente desde que recuperamos la democracia en este país: «Gobernaré con o sin el concurso del Parlamento». Ocho palabras que en boca de Vladimir Putin sonarían normales, los autócratas son así, pero que resultan impensables en un dirigente europeo, estadounidense o japonés. A ningún demócrata como Dios manda se le ocurre semejante salvajada, ni pensarla ni por supuesto escupirla, porque la arquitectura de un Estado de Derecho se basa en la férrea separación de poderes. A mayor independencia de cada uno de los poderes del Estado, mayor calidad democrática se le supone a un país. No hace falta ser el añorado Kissinger o el brillante Fukuyama para llegar a semejante conclusión. Sensu contrario, negar desde el poder Ejecutivo al legislativo o al judicial, como hace sistemáticamente nuestro protagonista, es síntoma inequívoco del oscuro túnel en el que nos quiere meter: el de una autocracia, el sistema de gobierno que arrasa en todo el mundo para desgracia de quienes amamos la libertad por encima de todas las cosas.
Los voceros monclovitas, a sueldo o no, olvidan un pequeño detalle en absoluto baladí: Sánchez no improvisó, leyó su discurso, y teniendo en cuenta su obsesión por la perfección cabe colegir más allá de toda duda razonable que no representó un lapsus. Quería decir lo que dijo y por eso lo dijo y perdón por la aliteración. De haber metido la pata, un demócrata de pro rectificaría supersónicamente para evitar que le tomen por un Erdogan de la vida. Una semana después no ha pedido perdón ni se ha desdicho. Moraleja: lo de la autocracia le pone. Y mucho.
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