Recortes
de Prensa Martes
7 Enero
2025
7
Enero 2025
Rusia
se atribuye la conquista de Kurajove, en Donetsk, y Ucrania replica
que todavía combate allí
Afp. Efe. Leópolis.
Moscú. el mundo. 7
Enero 2025
Rusia reivindicó este lunes la conquista de la ciudad minera de Kurajove, en el este de Ucrania, tras una batalla de casi tres meses, y afirmó que esta victoria le permitirá apoderarse del resto de la región de Donetsk "a un ritmo acelerado".
Esta captura se produce en paralelo a una nueva ofensiva lanzada por las fuerzas ucranianas en la región rusa de Kursk, donde controlan ya varios cientos de kilómetros cuadrados desde el inicio de un asalto en agosto de 2024. Cada campo busca reforzar sus posiciones en un momento crítico del conflicto, iniciado hace casi tres años, a pocos días de la investidura el 20 de enero del presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, quien prometió negociar rápidamente un alto el fuego entre Kiev y Moscú.
En el frente este en el interior de Ucrania, tras meses de un avance lento pero constante, las tropas rusas anunciaron que "liberaron completamente la ciudad de Kurajove, la aglomeración más grande del suroeste del Donbás", el corazón industrial de Ucrania.
La ciudad, que tenía 22.000 habitantes antes de la guerra, era una posición defensiva clave para las tropas ucranianas en este sector y se encuentra cerca de un importante yacimiento de litio, un mineral raro. La ciudad está cerca de un embalse y alberga una planta de energía eléctrica que fue dañada por los combates. Kurajove está también a unos 30 km al sur de Pokrovsk, un importante centro logístico para las fuerzas ucranianas, hacia el cual avanzan las tropas rusas.
Ucrania no ha confirmado aún la pérdida de esta ciudad. Su ejército informó únicamente de operaciones "de asalto en la zona urbana de Kurajove".
"El enemigo está llevando a cabo operaciones de asalto en la zona urbana de Kurájove, en dirección a Petropavlivka y Dachne", señaló el grupo operativo-estratégico 'Jortitsia' del Ejército ucraniano, responsable del frente del este, en un comunicado en Telegram. Por eso, "se están llevando a cabo medidas para detectar y destruir los grupos de asalto enemigos que intentan infiltrarse en nuestras formaciones de combate", según su mensaje.
En su parte de esta mañana, el Estado Mayor informó de que las Fuerzas Armadas de Ucrania repelieron 27 ataques en el sector de Kurajove. "El enemigo realizó los principales esfuerzos en las zonas de Slovianka, Petropavlivka, Kurájove y Dachne", indicó el comunicado militar, que agregó que en las últimas 24 horas se registraron 184 enfrentamientos en los diferentes frentes.
l revisionismo, la "huella española" en el continente americano
Sin embargo, un mapa de los combates realizado por el blog militar DeepState, cercano al ejército ucraniano, muestra toda la ciudad bajo control ruso. El Ministerio de Defensa ruso estimó que esta captura permitirá a sus fuerzas apoderarse del resto de la región de Donetsk "a un ritmo acelerado". Dijo también que sus fuerzas tomaron la aldea de Dachenske, al sur de Pokrovsk.
Según el ministerio ruso, las fuerzas ucranianas habían convertido Kurajove en "una poderosa área fortificada con una red desarrollada de posiciones de tiro y comunicaciones subterráneas". En los últimos meses Rusia ha acelerado sus avances en el este de Ucrania. A finales de 2024 realizó sus avances más importantes desde las primeras semanas de la invasión. Pero hasta ahora Moscú no ha logrado avances importantes y, según Kiev, está sufriendo pérdidas abismales.
Ucrania vuelve a atacar en Kursk,
cinco meses después del inicio de su ofensiva en Rusia
Mantener
un cierto control en la zona supone para Kyiv un factor clave en
cualquier negociación
Rostyslav Averchuk. la razon. 7
Enero 2025
Cinco meses después del inicio de su incursión sorpresiva en la región rusa de Kursk, Ucrania está de nuevo a la ofensiva, a pesar de todos los intentos de Rusia de alejar a sus fuerzas de su propio territorio.
Miles de soldados norcoreanos no han ayudado a Vladimir Putin a eliminar la causa de una de las mayores humillaciones para el líder ruso que, en lugar de capturar Kyiv en tres días, no logró proteger su propio territorio del vecino más pequeño.
La región rusa se convirtió el lunes en la parte más acalorada de la línea del frente después de que Ucrania lanzara nuevos ataques en tres áreas alrededor de Sudzha, la principal localidad que controla en la región. Según múltiples informes, Ucrania utilizó una cantidad significativa de equipos blindados y medios de guerra radioelectrónica para suprimir los drones rusos.
En respuesta, Rusia recurrió al uso extensivo de la aviación y lanzó sus propios ataques en tres áreas, pero los informes de varios blogueros militares sugieren que las fuerzas ucranianas lograron avanzar al menos en una dirección, hacia Berdin y Veliko Soldatskoye, al noreste de Sudzha.
Las fuerzas ucranianas también sufren bajas, en medio de la superioridad del enemigo en aviación y es demasiado pronto para hablar sobre el resultado de la nueva ofensiva, subrayan los analistas militares ucranianos.
Sin embargo, incluso antes de esta última operación, Ucrania seguía controlando unos 500 kilómetros cuadrados de territorio ruso. Ahora es evidente que Rusia no logrará expulsar a las fuerzas ucranianas de su territorio antes de la toma de posesión de Donald Trump en Washington el 20 de enero, un objetivo que Vladimir Putin estableció para su ejército, según Kyiv.
“[Nuestra presencia en] Kursk es un factor muy importante en cualquier negociación”, subrayó el presidente ucraniano Volodimir Zelenski en una entrevista la semana pasada. Según él, la ofensiva sorpresa de Ucrania, que comenzó el 6 de agosto de 2024, cambió por completo la narrativa de que Ucrania estaba perdiendo la guerra y que no valía la pena apoyarla, especialmente en los países del Sur Global, en Asia, África y América Latina.
Ucrania ha perdido entre el 40 y el 50 por ciento del territorio que inicialmente había conquistado en Rusia, pero su presencia en el país invasor, más que la zona exacta que controla, es muy importante, según algunos analistas militares.
Rusia ha perdido hasta ahora unos 38.000 soldados, entre muertos y heridos, y unos 55.000 están combatiendo allí, en lugar de en la línea del frente en Ucrania, según las estimaciones. Unos 3.800 soldados norcoreanos también han muerto o han resultado heridos, utilizados principalmente como infantería, con una cobertura muy limitada por parte de los soldados rusos y pocas armas modernas, según Zelenski.
Sin embargo, algunas voces en Ucrania no están seguras de que los recursos valiosos y limitados se utilicen mejor en Kursk mientras Rusia sigue avanzando -lenta pero más rápido que hace varios meses- en la región de Donetsk. El Ministerio de Defensa de Rusia afirmó el lunes que Kurajove, un objetivo clave de sus incesantes ataques, finalmente cayó después de meses de asedio y guerra urbana.
Todavía había soldados ucranianos en algunas partes de la ciudad el lunes, según afirmaron fuentes ucranianas, pero el destino de Kurajove está sellado, coinciden, ya sea que haya caído ya o caiga en los próximos días. Es probable que Ucrania defienda sus posiciones cerca de la ciudad, pero Rusia ahora puede estar más cerca de su próximo objetivo clave y comenzar una batalla decisiva por la ciudad sitiada de Pokrovsk.
Rusia depende de su ventaja numérica, superioridad aérea y más armas para avanzar en Donetsk, pero paga un precio muy alto, en términos de sus soldados y equipo para hacerlo. Mucho dependerá de cómo vea el equilibrio de fuerzas el presidente entrante de EE. UU. y por eso lo que Ucrania y Rusia hacen en el campo de batalla también persigue objetivos políticos.
Volodímir Zelenski afirmó una entrevista con el podcastero estadounidense Lex Fridman que está dispuesto a negociar el fin de la guerra con los rusos solo un como paso final, después de una reunión con Donald Tump y con representantes de la Unión Europea (UE) y de haber obtenido de estos últimos unas garantías de seguridad para Ucrania.
«Nos sentamos, en primer lugar, con Trump. Nos ponemos de acuerdo con él sobre cómo se puede detener la guerra», explicó el líder ucraniano.
«Después podremos sentarnos con los rusos», dijo a su interlocutor, subrayando que un encuentro con el presidente ruso, Vladímir Putin, así como un alto el fuego, serían imposibles «sin garantías de seguridad serias» para el país invadido.
Zelenski reclamó de nuevo la entrada en la OTAN - por ahora sin los territorios ocupados por Rusia - así como el suministro de ciertas armas por parte de los aliados de Kyiv que no serían empleadas si el alto el fuego prospera.
¡Es la OTAN o las armas nucleares!
¿Qué pasaría si Rusia gana en Ucrania? Ya podemos ver las sombras de un oscuro 2025
La inestabilidad está creciendo, la guerra híbrida de Putin en Europa se intensifica y, por temor a una escalada, hemos fomentado la proliferación nuclear global
Timothy Garton Ash*. el confidencial. 7 Enero 2025
Existen actividades humanas en las que ambas partes pueden ganar. La guerra no es una de ellas. O Ucrania gana esta guerra o lo hace Rusia. El exministro de Relaciones Exteriores de Ucrania, Dmytro Kuleba, afirma con franqueza que, a menos que se cambie la trayectoria actual, "perderemos esta guerra".
Para ser claros: esto aún se puede evitar. Supongamos que el aproximadamente 80% del territorio ucraniano que aún controla Kiev recibe compromisos militares de Occidente lo suficientemente sólidos como para disuadir cualquier avance adicional de Rusia, asegurar una inversión a gran escala en la reconstrucción económica, incentivar el regreso de los ucranianos del extranjero para reconstruir su país y permitir una política estable, proeuropea y con reformas. En cinco años, el país se une a la Unión Europea y luego, bajo una nueva administración de Estados Unidos, comienza el proceso de ingreso en la OTAN. La mayor parte de Ucrania se convierte en un país soberano, independiente, libre y firmemente anclado en Occidente.
La pérdida de una gran cantidad de territorio, el sufrimiento de al menos 3,5 millones de ucranianos que viven bajo ocupación rusa y el costo en muertos, heridos y traumatizados supondrían un precio terrible. Esto no sería la victoria completa que los ucranianos han esperado y merecen; pero aún sería una victoria para Ucrania y una derrota histórica para Rusia. Una mayoría de ucranianos podría llegar a verlo de esta manera. Según una encuesta que el Instituto Internacional de Sociología de Kiev (KIIS) compartió conmigo de forma anticipada, se preguntó a los ucranianos si, para poner fin a la guerra, podrían (aunque con dificultad) aceptar la combinación de reconstrucción económica y la adhesión a la Unión Europea y la OTAN para el territorio actual. En los últimos seis meses, la proporción que responde afirmativamente ha aumentado del 47% al 64%.
Sin embargo, lograr este resultado con Donald Trump en la Casa Blanca requeriría una coalición europea dispuesta a asumir compromisos de seguridad de una magnitud y audacia no vistas hasta ahora. Entre los líderes europeos hay una creciente comprensión de esta necesidad, pero la política democrática en la mayoría de los países europeos está muy lejos de permitirles actuar en consecuencia. Para intentar persuadir a los europeos de apoyar las políticas necesarias, pero también para comprender las consecuencias si, como parece más probable, no lo hacen a tiempo, debemos plantearnos la pregunta: ¿qué pasaría si Rusia gana?
Si Rusia gana, debemos esperar las siguientes consecuencias para Ucrania, Europa, Estados Unidos y la paz mundial. Ucrania sería derrotada, dividida, desmoralizada y despoblada. No llegarían los fondos necesarios para reconstruir el país; en su lugar, otra ola de personas emigraría. La política interna se volvería conflictiva, con una fuerte tendencia antioccidental. Surgirían nuevas oportunidades para la desinformación y la desestabilización política por parte de Rusia. Las reformas necesarias se estancarían, al igual que el progreso hacia la membresía en la Unión Europea.
Europa, en su conjunto, experimentaría una escalada de la guerra híbrida que Rusia ya libra contra ella, aún mayormente desapercibida por muchos europeos occidentales despreocupados en sus compras navideñas. No pasa una semana sin algún incidente: un destructor ruso dispara una bengala contra un helicóptero militar alemán, paquetes explosivos de DHL, sabotajes en los ferrocarriles franceses, un incendio provocado en un negocio ucraniano en el este de Londres, cables submarinos en el Mar Báltico cortados, amenazas de muerte creíbles contra un importante fabricante de armas alemán. No todos estos hechos pueden rastrearse definitivamente hasta Moscú, pero muchos sí.
La guerra híbrida de espectro completo incluye la interferencia electoral. En Georgia, se manipuló la elección. En el referéndum de Moldavia sobre la UE, alrededor del 9% de los votos fueron comprados directamente por Rusia, según la presidenta Maia Sandu. En Rumanía, se repetirá la primera vuelta de las elecciones presidenciales debido a violaciones masivas de las reglas de campaña en TikTok. "¡Ah, eso es Europa del Este!", exclama el comprador navideño complaciente en Madrid, Roma o Düsseldorf. Pero el jefe del servicio de seguridad interior de Alemania advirtió recientemente que Rusia intentará interferir en las elecciones generales de febrero en Alemania, que están lejos de ser marginales para el futuro de Europa.
En diciembre, vimos al presidente Vladímir Putin nuevamente supremo y confiado en su conferencia de prensa anual de fin de año estilo “Llame al Zar”, a pesar del reciente asesinato de su general de armas de destrucción masiva por parte de Ucrania. Ahora dirige una economía de guerra, dependiente de la producción militar, para sostener el crecimiento y una dictadura definida por la confrontación con Occidente. Sería ingenuo en extremo esperar que la diplomacia logre algún momento mágico en el que la Rusia de Putin se "sienta satisfecha" con un resultado en Ucrania y vuelva a los negocios de tiempos de paz. Cuando los planificadores de la OTAN dicen que debemos estar preparados para una posible agresión rusa contra territorio de la OTAN para 2029, no están simplemente difundiendo historias de terror para aumentar los presupuestos militares.
Los votantes de MAGA en Estados Unidos pueden decir: "Bueno, ¿y eso qué nos importa a nosotros? ¡Europeos, arréglenselas ustedes mismos! Nosotros tenemos que preocuparnos por China". Pero Rusia ahora trabaja más estrechamente que nunca con China, Corea del Norte e Irán. Putin puede estar acusado por el tribunal penal internacional, pero aún viaja por medio mundo como huésped bienvenido. Él mismo ha hablado de una nueva "mayoría global" y "la formación de un orden mundial completamente nuevo". En ese nuevo orden, la guerra y la conquista territorial son instrumentos de política completamente aceptables, en un continuo con el envenenamiento, el sabotaje, la desinformación y la interferencia electoral. La victoria de Rusia en Ucrania alentará a China a intensificar su presión sobre Taiwán y a Corea del Norte su hostigamiento hacia Corea del Sur.
Esto nos lleva a la consecuencia más grave de todas: la proliferación nuclear. Recordemos que Ucrania renunció voluntariamente a sus armas nucleares en 1994, a cambio de garantías de seguridad de Estados Unidos, Reino Unido y Rusia, y luego fue atacada por una de las potencias que le prometió seguridad. En la última encuesta del KIIS, el 73% de los ucranianos apoya que Ucrania "restaure las armas nucleares". Sorprendentemente, el 46% dice que lo haría incluso si Occidente impusiera sanciones y detuviera la ayuda. En efecto, los ucranianos están diciendo a Occidente: si no nos defienden, lo haremos [expletivo eliminado] nosotros mismos. En visitas recientes a Ucrania, me han dicho varias veces: "¡Es la OTAN o las armas nucleares!". Pero esto no se trata solo de Ucrania. Países vulnerables de todo el mundo, que también observan lo que sucede en Oriente Medio, llegarán a la misma conclusión. Cuantos más países—y posiblemente actores no estatales—adquieran armas nucleares, más seguro será que algún día se utilicen.
En las elecciones alemanas, el canciller Olaf Scholz ha intentado de manera descarada y vergonzosa explotar el miedo a la guerra nuclear para obtener ventaja electoral sobre su principal rival, el democristiano Friedrich Merz. De hecho, son precisamente las consecuencias de la autoinhibición de Occidente por temor a una escalada nuclear rusa en Ucrania, personificadas por Scholz y hábilmente explotadas por Putin, las que están aumentando la probabilidad de proliferación nuclear y, por ende, el riesgo a largo plazo de una guerra nuclear.
La conclusión es clara y, tristemente, familiar. La renuencia de las democracias europeas a pagar un alto precio ahora significa que el mundo pagará un precio aún más alto más adelante.
*Análisis publicado originalmente en inglés en el European Council on Foreign Relations por Timothy Garton Ash titulado "What if Russia wins in Ukraine? We can already see the shadows of a dark 2025"
El «cohete» económico de Sánchez deja un agujero récord de 452.000 millones en las arcas del Estado
Pese al crecimiento económico, el déficit público anual se acerca a niveles de las crisis de 2008 y del Covid
Roberto Pérez. okdiario. 7 Enero 2025
La economía española va como un «cohete», según el presidente del Gobierno. Pero lo que va a velocidad supersónica es el déficit público, que con Pedro Sánchez en el poder ha alcanzado unos niveles de récord. Nunca hasta ahora se había dado en época de crecimiento económico un roto de tal calibre en las cuentas del Estado. Pese a la elevada presión fiscal y al fuerte incremento de la recaudación por impuestos, la gestión de las finanzas públicas está dejando unos monumentales números rojos.
Durante el recién terminado 2024, en el que Sánchez más presume de «cohete» económico, el déficit del Estado ha rondado los 80.000 millones de euros, según los datos oficiales certificados por la Intervención General del Estado (Ministerio de Hacienda). Del 1 de enero al 30 de noviembre de 2024 –último dato oficial certificado y publicado por Hacienda–, el agujero de las arcas del Estado ha sido de 78.404,21 millones de euros. Desde que Sánchez está en el poder (junio de 2018), los números rojos ascienden a 452.506 millones.
Para poner en contexto el calibre del dato: el déficit acumulado por las arcas del Estado desde que Pedro Sánchez está en la Moncloa equivale a cinco años de Sanidad pública o a ocho de Educación. A las autonomías en su conjunto les cuesta la prestación sanitaria del orden de 80.000 millones de euros al año (78.800 millones en 2023) y algo menos de 55.000 millones el servicio público educativo (51.865 millones en 2023, último ejercicio completo del que hay datos oficiales).
Con Sánchez el gasto público se ha disparado a niveles récord, así que de nada le ha servido haber engordado la recaudación tributaria a base de presión fiscal creciente y sostenida, que ha incluido la creación de nuevos impuestos durante su mandato. El Gobierno gasta muy por encima de sus posibilidades, muy por encima de lo que ingresa. Y eso se traduce en un déficit que alcanza niveles desconocidos en un periodo de expansión económica y con un altísimo nivel de ingresos tributarios como el que se está registrando.
El agujero presupuestario que ha acumulado el Gobierno de Sánchez en el último año se sitúa en niveles propios de épocas de recesión. Alcanza cifras cercanas a las que se dieron durante las dos últimas crisis económicas, la desatada en 2008 y la que provocó la pandemia del Covid.
Los 78.404 millones de números rojos acumulados por el Estado en esos once meses transcurridos desde el 1 de enero al 30 de noviembre de 2024 superan el déficit que se registró en 2013, cuando España seguía azotada por la crisis financiero-inmobiliaria y luchaba por esquivar el rescate de la UE que alcanzó a Grecia, Portugal e Irlanda. Ese 2013, en todo el año completo, el déficit de la Administración del Estado fue de 73.997 millones. Y en 2021, con la economía todavía golpeada por los efectos de la pandemia –y, por ende, con los ingresos tributarios lastrados–, los números rojos fueron de 81.230 millones en esos 12 meses, cifra similar al déficit acumulado entre enero y noviembre de 2024.
El problema de fondo que demuestran las cuentas oficiales certificadas por el propio Ministerio de Hacienda es que, desde que Sánchez llegó a Moncloa, el agujero en las arcas del Estado va a más haya o no crisis económica, aunque haya recaudación tributaria récord, como está siendo el caso. Es decir, las cifras oficiales desvelan la deriva estructural en la gestión de las cuentas públicas del Estado, que acaba trasladándose en forma de hipoteca futura para el conjunto de los españoles. El déficit acaba enjugándose con deuda, lo que significa trasladar a años futuros el descomunal descuadre de un presente marcado por una enorme brecha entre lo que el Estado ingresa y lo que gasta.
El expediente financiero de la era Sánchez deja un reguero de números rojos año tras año, sin excepción. En 2018, desde el 1 de junio –cuando tomó el poder tras la moción de censura contra Rajoy– hasta el 31 de diciembre la Administración del Estado acumuló un déficit de 22.316 millones de euros. Al año siguiente, en 2019, el agujero fue de 19.204 millones; en 2020, con el desplome económico provocado por el Covid, los números rojos de la Hacienda estatal llegaron a 111.637 millones; a 81.230 millones en 2021; y en 2022, con la economía ya despegando, el agujero alcanzó los 74.538 millones de euros. En 2023 el déficit fue de 65.177 millones, y entre el 1 de enero y el 30 de noviembre de 2024 ha sido de 78.404 millones de euros.
No es
democracia, es confrontación y sectarismo
Editorial.
el debate. 7 Enero 2025
El curso político reanudará su actividad, tras el paréntesis navideño, con un despliegue de la genuina demagogia de Pedro Sánchez, que atenderá tanto a su necesidad de desviar la atención sobre sus inmensos problemas judiciales cuanto a consolidar su propuesta frentista a la sociedad española.
Estrenar 2025 con un acto consagrada a celebrar la muerte de Franco es, de entrada, una demostración de mal gusto: un Gobierno serio conmemora los mejores hitos de la historia de un país, que en este caso sería la Constitución de 1978 y su espléndido prólogo, esa Transición modélica que reconcilió a los españoles, cerró sus heridas e impulsó una democracia sustentada en el deseo de convivencia y prosperidad.
Que Sánchez prefiera remitirse al fallecimiento del jefe de Estado, objeto de un manoseo sectario que aplaza una revisión histórica sobre el personaje, con las luces y las sombras de todos los protagonistas de aquel tiempo; solo evidencia la naturaleza de su proyecto: medrar en la división, desde la lamentable convicción de que solo la recreación de la España de los bandos puede permitirle reclutar y mantener a electores en sus filas.
El líder socialista no aspira a rematar la apuesta por la reconciliación que hicieron los españoles, con la generosa participación de todas las fuerzas políticas del espectro ideológico, sino a enmendar a quienes vivieron aquellos años y optaron por cerrarlos con un abrazo fraternal, necesario y compatible con la discreta restitución de los flecos que pudieran quedar pendientes.
Sánchez viaja al pasado para reescribirlo, vendiendo un falso relato idealizado de la República, escondiendo la agitación revolucionaria de los años 30, transformando el franquismo en una especie de ogro totalitario endémico y, con todo ello, convirtiendo la Transición en un burdo apaño que ahora merece ser enmendado.
La irresponsabilidad de Sánchez es manifiesta, y se agrava por la lamentable invitación cursada al Rey (y rechazada por este) para que asista al evento inaugural de una especie de aquelarre antifranquista que durará un año entero y contempla la celebración de cincuenta actos por toda España.
La utilización de Felipe VI, a sabiendas de que ni puede ni debe ir a actos partidistas, solo puede obedecer al deseo de ir incluyéndole poco a poco en esa parte de España detestada por el Gobierno, la que conforman todos aquellos poderes y estamentos sociales descontentos con la deriva, los abusos y las cesiones que el PSOE lleva seis años cometiendo con el único fin de atender las necesidades de su frívolo secretario general.
La historia de un país nunca se construye sobre cimientos politizados en los que los hechos del pasado se analizan con una mirada sectaria del presente. Y la memoria, que es por definición individual, no se puede colectivizar para adaptarla a un interés político ramplón.
Ningún país avanza desde la confrontación y el enfrentamiento, dos herramientas que solo despliegan aquellos dirigentes políticos que carecen de proyecto y consideran que solo el ruido, la agitación y la división pueden ayudarles a sobrevivir.
Y ése es el caso de Pedro Sánchez,
cuyo regreso al pasado es tan espurio como evidente su falta de
humanidad: quien desprecia a las víctimas de ETA y pacta con sus
verdugos o, más recientemente, no es capaz de personarse en un
funeral por los muertos de la dana; no puede erigirse precisamente en
portador de la llama del recuerdo. A Sánchez solo le preocupan, en
fin, aquellas víctimas que puede usar, aunque luego las olvide
también una vez exprimidas.
El
virus que ocultó el Partido Comunista Chino
Pedro
Gil Ruiz. libertad digital. 7 Enero 2025
50X1-HUM es la signatura del informe The meetings of communist party leaders in Moscow, 14-19 november 1957. Analysis of their Significance. Lo elaboró la CIA en diciembre de ese año y se desclasificó en enero de 2014. Durante esos días se reunieron en Moscú 65 dirigentes de los principales partidos comunistas. El español entre ellos. Conmemoraban el 40 aniversario del golpe de mano bolchevique contra el Gobierno de Alexander Kerenski. La Revolución de Octubre.
Unos días antes, la Unión Soviética puso en órbita el segundo Sputnik y el 27 de agosto, la agencia TASS había informado del éxito de las pruebas del primer cohete balístico intercontinental. "Los resultados obtenidos demuestran que existe la posibilidad de lanzamiento de misiles a cualquier región del planeta".
Mao Tse-Tung intervino cerca de tres horas en la sesión plenaria del 18 de noviembre. El informe de la CIA destaca que: "Mao explicó que en el momento de la crisis de Suez, el politburó del Partido Comunista Chino estimó que en caso de guerra atómica morirían 600 millones y otros 300 millones quedarían totalmente discapacitados. Declaró que ‘no deseamos iniciar una guerra’. Afirmó, sin embargo, que si no había otra alternativa ‘lo haremos’ y en ese caso, se produciría una nueva y rápida victoria del socialismo". La versión del discurso editada por Mao se puede leer en el archivo digital del Wilson Center. Coincide en lo sustancial con el resumen de la CIA. "Debatí esta cuestión con un estadista extranjero. Él creía que si se libraba una guerra atómica toda la humanidad sería aniquilada. Yo le dije que si se llegaba a lo peor y moría la mitad de la humanidad, la otra mitad permanecería, mientras el imperialismo sería arrasado y el mundo entero se convertiría en socialista".
Seis años después —el 5 de agosto de 1963— se firma en Moscú el Tratado de prohibición parcial de pruebas nucleares. El PCCh no se adhiere y ataca al "camarada Kruschev". Estalla el conflicto entre la URSS y China. Los dirigentes del PCUS recuerdan las palabras de Mao en Moscú en 1957 y le acusan de querer que triunfe el socialismo sobre cadáveres y ruinas. De estar dispuesto a que mueran trescientos millones de chinos. Que desaparezca la mitad de la Humanidad, con el fin de construir "una civilización más elevada". Pravda publica el 21 y 22 de septiembre de 1963 una dura respuesta del Gobierno soviético a las críticas del PCCh. "Consideramos absolutamente inadmisible el continuar la discusión cuando se nos propone construir nuestra política sobre la evaluación del número de personas que podrían perecer en una catástrofe termonuclear". Revelan que en la crisis de los misiles de Cuba "los dirigentes chinos trataron de empujarnos a una apuesta extremadamente peligrosa y convertir a Cuba en un lugar donde se habría ensayado por primera vez el concepto formulado por Pekín para que los pequeños pueblos se sacrificaran ‘en aras del maravilloso futuro de la humanidad".
Existe una línea ininterrumpida entre Mao Tse-Tung y Xi Jinping. Es el gobernante más poderoso desde Mao y al igual que sucedió con el maoísmo, su pensamiento sobre el socialismo con peculiaridades chinas, fue incluido en 2017 en la Constitución. Es la columna vertebral del marxismo mundial del siglo XXI. Para Xi todo gira en torno al partido: "tanto en el este, el oeste, el norte o el centro, el partido provee directivas para todo".
"Durante más de dos semanas, el Partido Comunista Chino tuvo en sus manos la clave de la respuesta al COVID-19 pero se negó a compartirla. El PCCh ocultó información, perjudicó la respuesta mundial y provocó enfermedades y muertes innecesarias". Estas contundentes afirmaciones se leen en el Informe del Subcomité Especial sobre la pandemia del coronavirus del Congreso de los Estados Unidos. Y continúa: "Cuando la OMS declaró el COVID-19 como Emergencia de Salud Pública de Importancia Internacional (PHEIC), el 30 de enero de 2020, la enfermedad había infectado a unas 10.000 personas y matado a cerca de 1.000 en 19 países". El Servicio Federal de Inteligencia Alemán concluyó que el retraso de la OMS en declarar la PHEIC, fue debido a las intensas presiones que el PCCh ejerció sobre la organización. "Se desperdiciaron de cuatro a seis semanas en la respuesta mundial a la pandemia".
Previamente a estas acusaciones, el Informe afirma que la hipótesis con mayor respaldo científico es que "el COVID-19 surgió como resultado de un accidente de laboratorio o relacionado con la investigación en el Instituto de Virología de Wuhan". El primero de los cinco argumentos a favor de la "fuga de laboratorio" es que el virus posee una característica biológica que no se encuentra en la naturaleza.
La pregunta que no se hace el Subcomité Especial es si las decisiones del PCCh fueron una sucesión de negligencias o consecuencia de un cálculo político. ¿Por qué los dirigentes chinos tardaron en alertar a la OMS? ¿Quisieron evaluar la respuesta de las democracias una vez propagado el virus? ¿Observar los efectos de la crisis en la cohesión de las sociedades occidentales? Seguramente sean especulaciones. Pero "el partido provee directivas para todo" y en este caso también lo hizo. El Informe constata hechos pero elude avanzar hipótesis. Quizá no sea su cometido, pero sin éstas, buena parte de las recomendaciones para "predecir, protegernos y, con suerte, prevenir la próxima pandemia" solo son buenas intenciones.
Hay mucho ajuste de cuentas contra la Administración demócrata de Estados Unidos. El Subcomité felicita a Trump por la Operación Warp Speed que "alentó el rápido desarrollo y autorización de la vacuna COVID-19. Fue altamente exitosa y ayudó a salvar millones de vidas" y critica a Biden porque "obligó a los estadounidenses sanos a cumplir con las órdenes de vacunación que pisotearon las libertades individuales". Los bebelejía lo celebran. En una reciente entrevista se le preguntó al doctor Antonio Zapatero —el que enfrentó la dureza de la pandemia y una oposición truculenta en la Comunidad de Madrid—: ¿Cree usted que quizá se fue demasiado (lejos) en el acoso a la libertad individual para imponer esa vacunación? "Las vacunas han salvado millones de vidas. No tiene sentido discutir su utilidad. Eso para mí, como médico, es el elemento esencial". El resto es farfolla para tertulianos.
Mao no era un conspiranoico y Xi Jinping tampoco lo es. Si desconocemos la ideología que anima sus decisiones políticas, si no comprendemos la naturaleza totalitaria de ese marxismo del siglo XXI que representa, no entenderemos por qué el Partido Comunista Chino engañó a la Humanidad en la crisis del COVID-19.
25 disparates educativos, presuntamente progresistas, que nos conducen al desastre
Andrés Amorós. el debate. 7 Enero 2025
El desprecio de la cultura del esfuerzo, de la memoria o la igualación a la baja son algunos de los hechos que nos devalúan como sociedad
1. Sentir horror por el trabajo, el esfuerzo.
Lo encarna Lilith Verstrynge, que ha sido Secretaria de Organización de Podemos y Secretaria de Estado para la Agenda 2030: «La cultura del esfuerzo genera fatiga estructural, ansiedad y cardiopatía».
Es un error garrafal: sin esfuerzo, ni los individuos aprenden nada ni los pueblos consiguen nada valioso. Lo resume un refrán: «Pereza es llave de pobreza». No creo que ése sea un ideal progresista.
2. Despreciar la memoria.
La memoria no es algo que sirva para que se luzcan los tontos. La ensalza Montaigne: es «un instrumento de utilidad asombrosa», que debe ejercitarse y desarrollarse.
García Márquez consideraba un tesoro los poemas que había aprendido de memoria, en la escuela: un pequeño paraíso, en el que siempre podía refugiarse y que nadie le podía arrebatar. ¿Qué poemas aprenden de memoria hoy los niños, en España?
3. Olvidar la historia y la cronología.
Mi nieta, de 15 años, sabe quizá más que yo sobre la primera República española pero la pongo en un grave aprieto cuando le pregunto qué siglos comprende la Edad Media, cuándo llega a España el Renacimiento, cuál es la fecha de la Revolución Francesa. Así se lo han enseñado.
Sin saber situarlos en épocas, siglos y etapas, los acontecimientos históricos pierden su significado, se convierten en un caos. A eso ha conducido el actual desdén pedagógico por la cronología.
Y, como es bien sabido, si no entendemos la historia, estamos condenados a repetir los errores.
4. Negar la autoridad de los profesores.
Lo dijo Cervantes: «Nadie es más que otro si no ha hecho más que otro». Los que saben más de una materia son los que deben enseñarla: eso les concede autoridad moral. El «colegueo» con los alumnos que muchos profesores fomentaron no ha conducido a nada bueno.
En la película Ensayo de orquesta, Fellini muestra el caos que se produce en una orquesta cuando los músicos pretenden tocar sin director. A los sindicatos italianos no les hizo ni pizca de gracia.
5. Buscar la igualdad, no la excelencia.
Es un error básico, supone la mayor demagogia: igualar por abajo. Lo único de verdad progresista es que asciendan los que se esfuerzan, sea cual sea su origen social y su nivel económico.
6. Suprimir los exámenes, los suspensos, la repetición de cursos.
Los exámenes son antipáticos pero inevitables. Sin exigencia, los individuos y los pueblos se hunden.
A comienzos de 2020, la ministra Celaá, del PSOE, anunció que la titulación de los estudiantes «no quedará supeditada a la no existencia de materias sin superar, para que nadie se quede atrás». Los periodistas que la escuchaban tradujeron: «Aprobado general».
Eso es injusto, porque iguala a los que trabajan con los vagos. Además, desanima tanto a los profesores como a los alumnos: ¿para qué se van a esforzar, si el resultado final será idéntico?
7. Hacer depender las becas sólo de la situación económica, no del rendimiento escolar.
Lo acaba de proponer Sumar, a comienzos del año 2025: es una pura demagogia, conduce a fomentar la vagancia. Como resume la duquesa, en El Quijote: «Nadie nace enseñado».
El filósofo estadounidense Michael J. Sandel, ganador del Premio Princesa de Asturias de Ciencias Sociales, ha denunciado lo que él llama «la tiranía del mérito», porque provoca la soberbia de los triunfadores y la humillación de los que no lo logran. Propone algo tan infantil como un sorteo, para decidir quiénes pueden acceder a las universidades de mayor prestigio… A esas bobadas llegan algunos presuntos sabios progresistas.
8. No aprender conocimientos, sino aptitudes.
Lo leo y lo escucho con frecuencia: «Ya que todo está en internet, no hace falta aprender nada, basta con saber cómo se hace». Igual que si se tratara del folleto de instrucciones de un electrodoméstico o de una medicina. Los más cursis lo dicen en inglés: el «know how». Es algo que conduce sencillamente a la ignorancia.
9. No estudiar, hacer trabajos.
Resignados a que sus alumnos se limiten a copiar trozos de Wikipedia, algunos profesores exigen ya que les presenten los trabajos escritos a mano: así, por lo menos, los estudiantes se habrán tomado el trabajo de copiarlos, no se habrán limitado a imprimirlos.
Comunidades autónomas de todo signo aún no han publicado los contenidos
10. «Ninguna cultura es superior a otra».
Puede sonar muy democrático pero es un verdadero disparate. A eso conduce el multiculturalismo: vale igual la filosofía griega que un rito de los antropófagos.
Tiene esto consecuencias terribles: se busca compensar supuestos agravios, eliminando los que se consideran tradicionales elitismos. Un ejemplo claro: en una universidad inglesa, han prohibido enseñar música de todos los compositores de raza blanca. Hagan la lista…
11. Suprimir unos colonialismos que no han existido.
Los hispanoamericanos tuvieron siempre la misma consideración legal que los españoles. Igualar la labor de España en Hispanoamérica con lo que hicieron en África otros países es un dislate, aunque lo crea un ministro de Cultura.
12. Considerar anticuados los libros; lo moderno son los blogs, los resúmenes, las redes sociales.
En realidad, ninguna herramienta tecnológica ha superado al libro en riqueza de posibilidades y en sencillez de manejo. No leer libros empobrece radicalmente a los individuos, convierte a las sociedades en presa fácil de dictadores y de farsantes. Leerlos fomenta nuestro espíritu crítico, nos protege de las mentiras de la propaganda política.
Resume Cervantes, con tanta belleza como exactitud: «En algún lugar de un libro hay una frase esperándonos, para darle sentido a nuestra existencia».
13. Defender que una imagen vale más que mil palabras.
Es una simpleza y una falsedad, aunque se haya repetido mil veces. Unas palabras bien elegidas constituyen un instrumento de comunicación muchísimo más rico y más complejo que cualquier imagen.
Escribió Olegario González de Cardedal: «El hombre viene al mundo con sus alforjas llenas de mendrugos de pan, unas colodras de agua y unas pocas palabras primordiales. Con ellas nombra todas las cosas… Unas pocas palabras verdaderas, nacidas de la entraña de quien habla, es lo que necesitamos».
14. No enseñar a hablar en público.
En nuestras Universidades, apenas existen ya exámenes orales.
En nuestro Parlamento, casi todos los diputados se limitan a leer lo que llevan escrito en un papel, venga o no a cuento. Cuando se salen de eso y tienen que improvisar, suele dar vergüenza escuchar las simplezas que muchos dicen y los errores que muchos cometen.
15. No enseñar a escribir.
Hasta en los periódicos más prestigiosos leemos ahora con frecuencia textos con errores graves de vocabulario, sintaxis, puntuación, significado… A nadie le extraña: ya nos hemos acostumbrado.
16. Creer que las normas académicas no valen para nada.
Rechazar esa tontería no es un prurito académico sino un imperativo de la comunicación. Cualquier ignorante pretende tener su propio estilo, escribir como quiere. El mito de la espontaneidad conduce a textos ilegibles o que acaban transmitiendo lo contrario de lo que su autor pretendía. Para romper las reglas, como han hecho los grandes artistas, primero hay que conocerlas.
El lenguaje no sexista evita prejuicios
17. No se debe criticar nada: todo es discutible.
El mito posmoderno de que todo vale igual es una falacia y ha traído un verdadero desastre cultural. No todo vale lo mismo: yo no escribo en prosa como Cervantes, ni en verso como Quevedo.
En un país de osados charlatanes, como es el nuestro, sigue siendo válido lo que dijo Ortega: en España, lo verdaderamente revolucionario sería que cada cual hablara sólo de lo que sabe. Quizá reinaría entonces un inmenso silencio…
18. La verdad no existe, sólo es un medio de opresión, forjado por los poderosos.
El que no cree en nada, juega cínicamente con las palabras y con las ideas, dice que lo suyo no es mentir sino cambiar de opinión. Lo vemos todos los días.
Unamuno nos muestra lo que debemos hacer, en ese caso: «¿Tropezáis con uno que miente? , gritadle a la cara: ¡mentira!, y, ¡adelante!». Nos los enseña Jesús, en el Evangelio de San Juan: «La verdad os hará libres».
19. El patriotismo es propio de fachas.
En ninguna nación civilizada se acepta esta simpleza. El país que lo creyera sería incapaz de cualquier progreso material y moral. El paletismo localista es muy malo pero carecer de raíces (o negarlas) resulta lamentable y estéril.
20. España es una nación de naciones.
Nadie sabe qué significa con exactitud ese juego de palabras. Puede aludir tanto a excelencia («actor de actores», «libro de libros») como a división en partes («cantar de cantares»). Pero sí está claro lo que ahora se pretende, al usarlo: negar la unidad de España.
21. Debemos pedir perdón a Hispanoamérica.
Con sus luces y sus sombras, lo que hizo España en Hispanoamérica es, objetivamente hablando, una de las mayores hazañas de la historia de la humanidad.
Así lo definió ya Francisco López de Gómara, en la dedicatoria a Carlos V de su Historia general de las Indias: «La mayor cosa después de la creación del mundo, sacando la encarnación y muerte del que lo crio, es el descubrimiento de Indias. Y así las llaman Mundo Nuevo».
Los murales de Diego Rivera han ilustrado para la historia del Arte, la leyenda negra de España en América
22. Todas las lenguas de España tienen igual valor.
Parece ser que existen hoy en el mundo cerca de siete mil lenguas vivas. Todas merecen respeto pero sería un disparate creer que todas ellas tienen el mismo valor cultural y social.
Como resumió Amado Alonso, el castellano se convirtió en español y éste, luego, en nuestro idioma nacional. Es la única lengua común a todos los españoles. Un separatista vasco necesita el castellano para entenderse con un separatista catalán.
23. El bable y el andaluz son lenguas de cultura.
Con todo respeto, las dos son hablas, no lenguas de cultura: no tienen una gramática propia ni una literatura considerable.
El bable es un habla derivada del antiguo dialecto astur-leonés.
El habla andaluza –resume Rafael Lapesa– reúne una serie de meridionalismos lingüísticos; se caracteriza por la entonación ágil, el ritmo rápido y vivaz, la articulación relajada. Es un habla, con sus bien conocidas variedades locales, pero no es una lengua distinta de la común, la española. Ningún español tiene problemas para entenderse, cuando va a Andalucía. Exactamente igual que sucede con el español de América.
Defender que el bable y el andaluz son lenguas obedece a motivos puramente sentimentales, de autoafirmación. En el caso del bable, además, responde a intereses económicos: ha servido para que se hayan creado departamentos, plazas de profesores, becas….
24. El franquismo sigue vivo.
Franco murió el 20 de noviembre de 1975. Los españoles que vivieron conscientemente la etapa del franquismo tienen hoy más de 70 años: evidentemente, no son la mayoría de nuestra sociedad ni tampoco los que ocupan los puestos directivos.
Alertar ahora del peligro que suponen las reliquias del franquismo es una pura operación política interesada; como define nuestro refranero, «dar lanzada a moro muerto».
25. No se debe enseñar el cristianismo.
Al margen de las creencias de cada cual, es absolutamente indiscutible que el cristianismo es una de las raíces básicas de la historia de España.
Un estado no confesional no puede ignorarlo: hacerlo supondría renegar de lo que somos y condenarnos a no entender nada de nuestra historia ni de nuestra cultura.
De la educación nacen la mayoría de nuestros males. El presunto progresismo español actual ha hecho suyos, entre otros, todos estos disparates. Así estamos.
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Pasar
desapercibidos
Pablo
Planas. libertad digital. 7
Enero 2025
La dirección popular está absolutamente convencida de que sin Junts no hay Moncloa, creencia cuya única consecuencia sólo puede ser alargar la permanencia de Pedro Sánchez en el complejo presidencial.
Al paso que vamos, Puigdemont va a regresar a España en volandas de Feijóo. La trampa es muy burda, pero se han escrito decenas de informaciones, artículos y editoriales que constatan que el líder del PP no sólo ha caído en ella sino que se encuentra a gusto en la encerrona. El propósito del sanchismo y sus medios es legitimar a un golpista prófugo de la Justicia a través del reconocimiento que Núñez Feijóo le dispensa. Y se ha conseguido. La dirección popular está absolutamente convencida de que sin Junts no hay Moncloa, creencia cuya única consecuencia sólo puede ser alargar la permanencia de Pedro Sánchez en el complejo presidencial. Un desastre.
Puigdemont es un problema de Pedro Sánchez y del PSOE. Suya es una ley de amnistía que dinamita la separación de poderes, la legalidad constitucional y la igualdad entre españoles. Suya y de Salvador Illa es también una financiación "singular" para Cataluña que al igual que la deuda autonómica son facturas cuyo coste pagan los españoles con impuestos cada vez más abusivos. Hablar con Puigdemont y de Puigdemont porque se ha coincidido en un par de votaciones sobre los intereses de las energéticas es un error mayúsculo que no sólo perjudica a los líderes del PP, sino que deja huérfanos a sus electores. Y no es la primera vez que pasa.
En el PP justifican la maniobra como una señal de pragmatismo de Feijóo, cualidad que recibe grandes elogios. Sobre todo en esa siniestra Cataluña de los círculos caninos. Es ahí, en el Círculo de Economía y en el congreso de la UGT donde el líder gallego no se da cuenta de que se ríen de él. Y si se da cuenta no hace nada porque la estrategia del PP en Cataluña es pasar desapercibidos. Tanto pragmatismo y tanta aparente familiaridad con las élites catalanas (una auténtica mafia) son algunos de los elementos que precipitaron el final de Rajoy y el acceso al poder del presidente más funesto de nuestra historia.
Ese pasar desapercibidos en Cataluña no es gratis. Dejar en manos de Junts todo el espectro conservador reduce las opciones de Feijóo para llegar a la Moncloa de forma dramática. Se dice que Junts está virando hacia su pasado, Convergencia, como si el partido de Pujol fuera un buen ejemplo para algo. Pero Junts es peor que Convergencia, una versión cutre con tan solo 5.000 afiliados según sus propios datos. Y de esa gente con la que el PP subraya algunas coincidencias puntuales, depende el presente de todos los ciudadanos de España. Avalar eso no es lo que se espera del jefe de la oposición.
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