Recortes
de Prensa Domingo
9 Febrero
2025
Trump dice que ha hablado con Putin sobre el fin de
la guerra en Ucrania
La guerra, que comenzó con la
invasión a gran escala de Ucrania por parte de Rusia, cumplirá su
tercer aniversario el 24 de febrero
Carlos Garcés. Madrid. el
mundo. 9
Febrero 2025
Rusia y Ucrania se mantienen expectantes ante la llegada de Donald Trump a la Presidencia de EEUU. El papel del republicano puede ser clave en una guerra que está a punto de cumplir tres años. Zelenski, presidente ucraniano, espera reunirse con el mandatario estadounidense la próxima semana, Y Trump ha dicho al New York Post que ya ha hablado por teléfono con el presidente ruso, que "siempre ha tenido una buena relación con Putin" y que tiene un plan concreto para poner fin a la guerra.
Mientras tanto, en el frente, dada su situación de inferioridad en los últimos meses, Ucrania está recurriendo de forma sistemática a lanzar ataques contra objetivos militares en la retaguardia rusa para debilitar la maquinaria de guerra del enemigo. Por su parte, Rusia sigue avanzando lentamente en Donetsk, donde cada semana reivindica la toma de aldeas, pueblos y ciudades.
9:13
Ucrania informa de ataque nocturno ruso con 151 drones
La Fuerza Aérea ucraniana informó este domingo en su parte matinal de que durante la noche los rusos lanzaron contra el país un total de 151 drones, de los que 70 fueron abatidos por las Fuerzas de Defensa ucranianas, informa Efe.
Otros 74 dispositivos se perdieron in situ sin causar daños, de acuerdo con la publicación de la Fuerza Aérea en su canal de Telegram. Para el ataque, Rusia empleó drones kamikaze y drones réplica de diversos tipos, que despegaron desde las regiones rusas de Kursk, Orel, Milérovo, Briansk y Primorsko-Ajtarsk.
Estos fueron repelidos por la aviación ucraniana, así como con misiles antiaéreos, a través de métodos de guerra eléctrónica y por los grupos móviles de la Fuerza Aérea y las Fuerzas de Defensa.
8:40
Rusia derriba 36 drones ucranianos en nueve regiones
Las defensas antiáereas de Rusia derribaron anoche 36 drones en nueve regiones rusas, uno de ellos en la región de Leningrado, aledaña a la ciudad de San Petersburgo, según informaron las autoridades rusas, informa Efe.
"En el transcurso de la pasada noche las defensas antiaéreas interceptaron y derribaron 35 drones ucranianos: 18 sobre la región de Kursk, cuatro en la región de Oriol y otros tantos en Krasnodar; tres en Voronezh, tres en Rostov, y uno tanto en Briansk como Tula y Crimea", indicó en Telegram el Ministerio de Defensa de Rusia.
El mando ruso informó posteriormente del derribo de otro dron en la región de Leningrado, que obligó a las autoridades aeronáuticas rusas a interrumpir el trabajo del aeropuerto internacional de Púlkovo, en San Petersburgo.
8:00
En Ucrania, ONGs y veteranos en busca de fondos tras el fin de la ayuda estadounidense
El viernes, en su red Truth Social, el presidente estadounidense, Donald Trump, pidió el cierre de la agencia humanitaria Usaid, acusándola de fraude, haciéndose eco de las declaraciones del poderoso multimillonario Elon Musk, que acusó al mayor proveedor de ayuda del mundo de estar "dirigido por un grupo de extremistas locos", informa Afp.
Muy malas noticias para Ucrania, el mayor receptor de USAID con casi 38.000 millones de dólares recibidos desde el inicio de la invasión rusa en febrero de 2022. La congelación de la ayuda, prevista para al menos 90 días, el tiempo de una auditoría, sumerge a las ONG ucranianas en lo desconocido.
Debido a la falta de fondos, la mayoría no podrá pagar a los trabajadores humanitarios, lo que provocará el cierre inmediato de una serie de programas.
El
caudillo, la señora y el ‘hermanísimo’ se descojonan de
nosotros
EDUARDO INDA. okdiario. 9
Febrero 2025
Salvo que uno tenga la desgracia de padecer Alzheimer, recuerda perfectamente no sólo dónde trabaja sino cómo llegó al puesto que ocupa y, obviamente, cómo fue el proceso de selección. En la vida en general, como en el amor en particular, hay cosas que nunca se olvidan. David Azagra no es tonto, tampoco está gagá, y en consecuencia se mofó de la juez Beatriz Biedma hace unas semanas tras haber conseguido un privilegio vetado al común de los mortales: acceder a los juzgados por el garaje. Se hizo un Bego. Eso sí, lo suyo es memoria selectiva: recordaba perfectamente el nombre del hotel en el que se alojó cuando aterrizó en Badajoz más enchufado que un trifásico: «Ilunion [la marca de hospedaje de la ONCE]».
Teniendo como tiene un buen abogado, el correoso Emilio Cortés con el que tuve el placer de debatir en Tele 5 hace unos días, resulta incomprensible que no se hubiera preparado una comparecencia ante la juez de instrucción marcada por diez «no me acuerdo». Con lo cual sólo cabe colegir que, más que de su señoría, que también, lo que hizo fue descojonarse de los 47 millones de españoles y, más concretamente, del millón de extremeños.
El mismo Emilio Cortés demostró en su cara a cara televisivo con un servidor unas dotes para la mentira que nada tienen que envidiar a las de Pedro Sánchez y que harían las delicias del mismísimo Pinocho. Negó por activa y por pasiva que su patrocinado esté pentaimputado, es decir, que sea cinco veces presunto corrupto. Hay que tener la cara más dura que la cubierta de esa central de Almaraz que el Gobierno quiere desmantelar para negar lo obvio, que David Azagra, el alias de David Sánchez Pérez-Castejón, está imputado por un delito contra la Administración, otro contra la Hacienda Pública, uno de malversación, uno más de prevaricación y un quinto de tráfico de influencias. Eso es la verdad, lo demás fake news que a buen seguro no analizará la oficina antibulos de Moncloa. El tal Cortés intentó reírse de los telespectadores pero le paramos los pies. Si viven a costa de nuestros impuestos, sin tan siquiera darnos las gracias, que al menos no se burlen de nosotros.
Como ocurre con su hermano, todo en David Azagra es mentira. Es mentira el nombre. Es mentira su currículum, no es Zubin Mehta, Von Karajan, Bernstein o Muti sino un pobre diablo musicalmente hablando. A los que nos apasiona la música, a los que la llevamos en la sangre porque descendemos de uno de los más grandes, Isaac Albéniz, nos mató la afición en menos de un minuto al escuchar los primeros compases de la recreación del Elixir de amor de Gaetano Donizetti. Los expertos fueron inmisericordes. «Si el espíritu de Donizetti pululaba entre las bambalinas del Teatro López de Ayala con el estreno de su ópera, a buen seguro que salió pitando y sin despedirse porque la representación fue soporífera y de pésima calidad», apostillaba el crítico local más acreditado, Ángel Guerra. El nivel de desafinación era tan bestia que si Donizetti hubiera resucitado, se hubiera liado a gorrazos con Azagra, eso en el caso de que no le hubiera sobrevenido un fulminante infarto.
Son mentira sus declaraciones tributarias, entre otras razones porque se hizo residente fiscal en Portugal, demostrando no sólo que no todos somos Hacienda sino que es un defraudador confeso. Era mentira también que sea gay, lo cual resultaría ocioso ni de nuestra incumbencia si no fuera porque alguien esparció esta tesis tal vez para ocultar que su mujer, la japonesa Kaori Matsumoto, también fue colocada en una oficina de lucha antiterrorista de la ONU en condiciones nuevamente sospechosas. Sigue el descojono: David y Kaori están casados «en régimen de separación de bienes regulado por el ordenamiento jurídico austriaco». Han leído bien, sí, ¡¡¡austriaco!!! Al parecer, tienen un bebé, bebé del que por supuesto no hay rastro conocido. A lo mejor el bebé es un avatar, quién sabe.
Y trola, y gorda, es la que sueltan en las teles los voceros monclovitas. Juran y perjuran que el trifásico a David Azagra se produjo antes de que su hermano fuera reelegido secretario general en 2017. Bulo. El hermanito del hermanísimo ganó las Primarias el 21 de mayo de 2017 y el puesto de director de la Oficina de Artes Escénicas de Badajoz recayó en nuestro protagonista el 29 de junio de ese año. Como diría aquél, no hay más preguntas, señoría. Como embuste nivel dios fue también la baremación de Azagra y los otros candidatos: a la pareja de Matsumoto le pusieron un 9 y a los otros cinco competidores, que jugaron involuntariamente el rol de comparsas, entre un 5,5 y un 7. La jugada fue maestra. La diferencia de puntuación era tan bestia que ninguno de los rivales protestó. Son golfos pero no tontos. Más despifostie de todos nosotros: el tribunal estaba conformado por cuatro políticos, socialistas todos naturalmente.
Que al hermano del todavía primer ministro le debemos parecer unos pringados de tres al cuarto todos los contribuyentes queda definitivamente claro cuando conocemos que se cogió una excedencia de un año —con un par— entre 2020 y 2021. Debía estar cansado de trabajar y tributar tan poco. La gran pregunta es por qué le permitieron irse de pellas a Tailandia. También se carcajearon de nosotros, contribuyentes, cuando pusieron a un funcionario de Moncloa a asesorar gratis et amore al presunto pentadelincuente. Luis Carrero, que así se llama el pájaro, se cruzaba mails con Azagra en los que le llamaba «hermanito» y en los que soltaba gracias sin gracia: «Te dejo, que atacan los monclovitas».
Que era todo un cachondeo, delictivo pero cachondeíto al fin y al cabo, lo demuestra el incontrovertible hecho de que esta semana quedó desierto el concurso del programa anual Ópera Joven, la joya de la corona de la Oficina de Artes Escénicas que dirige el personaje. Ninguna empresa quiere asociar su nombre al corrupto David Azagra. El hermanísimo optó por renunciar al cargazo que le habían regalado en la Diputación de Badajoz, lo cual por cierto no extingue sus responsabilidades penales, que parecen meridianamente claras.
Más que sus supuestas corruptelas, que también, a Franco, de naturaleza austera, le echaban en cara el comportamiento de su mujer y su yerno fundamentalmente. De Carmen Polo se decía que pasaba por las joyerías de cualquier ciudad española y se iba sin pagar porque daba por sentado que era un regalo. Radio Macuto asegura que cuando la pareja del dictador anunciaba que se pasaría, los propietarios de las orfebrerías se echaban a temblar en lugar de saltar alborozados, que es lo normal cuando te va a comprar un famoso. Desconozco si es maledicencia pero era un secreto a voces. A Cristóbal Martínez-Bordiú, el yernísimo, tipo impecable en el trato personal donde los hubiera, le atribuyeron decenas de trapicheos, desde la importación de Vespas hasta el escándalo Sofindus. Y todo el mundo se cachondeaba de su pericia como cardiólogo: fue el primer español en practicar un trasplante de corazón pero no resultó ser el Barnard español, ya que el paciente se fue al otro barrio a las 24 horas.
La historia se repite de tanto en cuando. El espíritu liberticida y autocrático de Pedro Sánchez le ha convertido ya, por derecho propio, en el Franquito del siglo XXI, en el caudillo de todos los españoles por la gracia de Satanás. Begoña Gómez es la Carmen Polo 3.0: esta última, a la que los medios se referían como «La Señora de Meirás» o «La Señora» a secas, se llevaba joyas por la patilla y nuestra actual segunda dama trinca ilegalmente softwares y másters. De momento no hay yernísimo, Ainhoa y Carlota son aún demasiado jóvenes, pero sí hermanísimo. A Cristóbal Martínez-Bordiú le enchufaron como director médico de la Escuela Nacional de Enfermedades del Tórax, a David Azagra le hicieron un trifásico en la Oficina de Artes Escénicas de Badajoz. Como insistía ayer en mi artículo en La Razón, Sánchez dio en el clavo: Franco no ha muerto porque Franco es él. Afortunadamente, ahora hay Estado de Derecho y funciona. Se descojonarán de nosotros pero lo acabarán pagando.
"Una
voluntaria destrucción de la institución"
Jesús
Cacho. Vozpópuli. 9
Febrero 2025
Podría ocupar un lugar preeminente en el famoso retrato colectivo de la familia de Carlos IV, quizás la obra cumbre de Francisco de Goya y Lucientes, realizada entre Aranjuez y Madrid en la primavera del año 1800, poco después de que el genial aragonés fuera nombrado primer pintor de cámara, pintura que hoy exhibe el Museo del Prado como una de sus mejores piezas de su colección. Confieso que hay un evidente parecido entre la figura rellena, carnosa, fofa, de nuestro protagonista y la del hijo de Carlos III y María Amalia de Sajonia. Idéntico parecido también con su heredero, Fernando, aunque el futuro Fernando VII ocupa en el lienzo un lugar secundario. Parece evidente para cualquiera que se detenga a contemplar la tela que Goya quiso realzar la figura de la reina María Luisa, esposa de Carlos IV, que ocupa el centro de la escena lujosamente ataviada a la moda Imperio, y ese sería el lugar exacto en el que deberíamos empotrar la soberbia ambición de José Manuel Albares, el ministro de Exteriores de Pedro Sánchez, de forma que el enano saltarín apareciera pasando paternalmente su brazo derecho sobre los hombros de la infanta María Isabel, mientras con el izquierdo diera la mano al infante don Francisco de Paula, quien a su vez se la da al propio rey Carlos. Todos los varones retratados por Goya portan la Orden de Carlos III y algunos también el Toisón de Oro; las damas, por su parte, ostentan la banda de la Orden de María Luisa. El rey cazador luce la insignia de las Órdenes Militares y de la Orden de Cristo de Portugal. Nuestro Albares, que en el retrato de Goya vestiría con su natural prestancia el traje de gala que lució en fecha tan reciente como la recepción al Cuerpo Diplomático, Madrid, 9 de enero (hay foto del evento convertida en memorable meme: desde las profundidades de su escaso metro y pico, José Manuel mira extasiado al rey Felipe -”¡que tarde haces tú la primera comunión!”- los ojos rebasando las gafas, el cuello estirado en escorzo imposible), su rubicunda figura embutida en casaca abotonada de dorados, engalanada por la encomienda de número de la Orden de Isabel la Católica, la gran cruz de la Orden de Dannebrog de Dinamarca, la gran cruz de primera clase de la Orden del Mérito de Alemania, la gran cruz de la Orden al Mérito de Italia, el collar de la Orden de la Estrella de Rumanía, la gran cruz de la Orden de Orange-Nassau, la gran cruz de la Orden de Boyacá y la medalla de la orden del Gran Príncipe Yaroslav el Sabio de Ucrania. Más sombrero, guantes y espadín. Más condecorado que el rey Carlos.
Los paralelismos no acaban aquí. Napoleón Bonaparte arruinó el reinado del Borbón y de su sucesor, Fernando VII, aunque padre e hijo, absolutistas vocacionales entregados a la magia de sus validos, se lo ganaron a pulso hasta completar uno de los momentos más bajos de la monarquía hispánica. Ambos protagonizaron la vergüenza de las abdicaciones de Bayona en favor del tirano francés, que acabaría colocando en el trono de España a su hermano José. Sánchez y su fiel servant, Albares, están protagonizando algunos de los peores años de la historia reciente de España. Nuestro Napoleonchu, como Ramón Pérez-Maura lo ha motejado acertadamente, no ha dejado España cubierta de cadáveres como el gran corso dejó los campos de Europa en los inicios del XIX, pero, de momento, está dejando el ministerio de Exteriores convertido en un solar de difícil rescate futuro. Contemporáneos de Napoleón y de Fernando VII, nuestro felón por antonomasia, fueron el canciller austriaco Metternich y su colega francés Talleyrand. “De todos los Gobiernos a los cuales he servido, no hay ninguno de quien haya recibido yo más de lo que he dado; que no he abandonado a ninguno antes que él se hubiera abandonado a sí mismo; que no he puesto los intereses de ningún partido, ni los míos personales, ni los de mis allegados, en contrapeso con los verdaderos intereses de Francia” dejó escrito el galo, un resistente a la manera del pérfido Fouché, en sus Memorias. Justo lo contrario de lo que cabe decir del malvado Sánchez y de sus monaguillos, dispuestos todos a servir el interés personal del capo y su familia en contra de los de España. Siempre remando a favor del yo, mí, me, conmigo; nunca mirando por los supremos intereses de España.
Los medios han venido en las últimas semanas plagados de informaciones sobre el insufrible nepotismo desplegado por Albares en Exteriores. Normal hasta cierto punto. Hubiera sido una incongruencia difícilmente explicable que en el desolado paisaje que hoy luce la democracia española, un ministerio tan importante como ese, encargado de proteger los intereses de España en el exterior, gozara de la buena salud, la previsibilidad y el prestigio propio de cancillerías de países regidos por el escrupuloso respeto a la ley. Al final, la situación del Servicio Exterior, del que la Carrera Diplomática es solo una parte, no es sino una muesca más en la larga lista de crímenes de lesa patria cometidos por un Gobierno en minoría que hoy apenas representa, en el mejor de los casos, al 28% del censo electoral. La lista de arbitrariedades sería interminable. Hace unos días, Albares ha destituido al embajador de España en Croacia, Juan González-Barba, supuestamente por haber publicado una Opinión titulada “La proyección exterior de nuestra monarquía parlamentaria”, en la que afirmaba que el Rey Felipe “contribuye a que la presencia de España tenga mayor alcance e impacto”. La misma suerte ha corrido el embajador en Bélgica, Alberto Antón, por haberse quedado dormido durante el plúmbeo discurso que el susodicho endosó a sus colegas en la conferencia de embajadores celebrada a primeros de enero en Madrid. Y otro tanto le ha ocurrido al embajador en Corea del Sur, Guillermo Kirkpatrick de la Vega, guillotinado por haber tenido la osadía de reunirse con la presidenta madrileña Isabel Díaz Ayuso. Son legión los diplomáticos que denuncian el régimen de terror impuesto por el ministrín, terror que alcanza a los familiares de los represaliados que pertenecen a la Carrera. Cualquier diplomático que a lo largo de su vida haya tenido un encontronazo, siquiera verbal, con el Rasputín de Exteriores, debe considerarse en peligro. Las vendettas personales del ministro Albarín. “Una situación impropia de una democracia consolidada, más cercana a la inestabilidad de repúblicas fallidas que a la seriedad que se espera de un Estado con siglos de historia diplomática” (leído en la web de “La España que Reúne”).
Naturalmente, Napoleonchu persigue con especial saña a todo aquel que huela a PP, se haya señalado como cercano al PP o haya tenido algo que ver con el PP. Ocioso es aclarar que José Manuel, como el resto de la tropilla ministerial, está al servicio de los intereses de Sánchez, es un mero peón de Sánchez, un “mandao”. Como la legión de carpinteros, herreros, lavanderas, aguadoras, cantineras, buhoneros, putas, charlatanes y ladrones que acompañaban a los ejércitos en la antigüedad, en su mayoría mujeres -el romano “canabae”, la aldea que se formaba junto al campamento de las legiones donde vivían los familiares y los oficios imprescindibles para la guerra- en el ejército de Sánchez todo está al servicio de Sánchez. Si Sánchez tiene necesidad de pagar la última letra que le exige Puigdemont, convertir la hermosa lengua catalana en idioma oficial de la UE, Albares no tiene otra cosa que atender que no sea perseguir en Bruselas el logro de ese objetivo y obligar a los embajadores de España a trabajar en tal sentido. Lo demás les importa un rábano. Eso y, naturalmente, nombrar como titulares de las embajadas más importantes a gente de fidelidad contrastada al sanchismo, sean o no diplomáticos. Así, se acaba de nombrar embajador de España en Venezuela a Álvaro Albacete, un simple secretario de embajada que no ha trabajado un día de su vida en una legación diplomática. “Es como si a un cabo lo nombraran general”. El tirano Maduro sabe que Albacete llega a Caracas colocado por Zapatero, con la misión de defender los intereses de Sánchez y de Zapatero. Y el primer interés de ambos es que Maduro siga en el poder para darle continuidad al negocio. Todo se hace ya sin el menor rastro de pudor en la España controlada por esta banda de delincuentes. Son embajadores políticos, alfiles ideológicos del sanchismo, algunos con un inglés muy rudimentario, pero fieles como canes a Sánchez.
En cualquier organización es el jefe el que establece los estándares morales por los que debe regirse. Si el jefe miente, mentir no será pecado sino ensalzada virtud. Si el jefe roba, estará permitido afanar a manos llenas, que la mejor manera de esconder un muerto en el armario es saber que tu superior también esconde un cadáver en el suyo. Albares es, por eso, el perfecto retrato del personaje que nos gobierna. Son los generalitos de Sánchez, dispuesto a emular al capo en todo. El reino de los pequeños tiranos. No es tan guapo como Pedro, cierto, de hecho es una especie de bollo preñao reñido con cualquier atractivo físico, pero, como Sánchez, carece de escrúpulos, se pavonea igual que Sánchez, mientelo mismo que Sánchez (las críticas a su gestión son “estupideces”), se preocupa por la carrera de su pareja, Therese Jamaa (Openchip, Hispasat), con el interés que Sánchez se ocupa de la cátedra de Begoña en la Complutense, ejerce sobre sus subordinados el mismo autoritarismo que Sánchez despliega con los suyos en Moncloa, y destila hacia los diplomáticos que no comparten su ideología el mismo odio que Sánchez dedica a la oposición. El perfecto Sanchito.
La politización más grosera, el acreditado sectarismo socialista, se va imponiendo en todos los recovecos de la administración, alcanzando hasta la última de las instituciones del Estado. El ambiente de miedo, de terror incluso, que hoy domina en Exteriores, nefasto para el trabajo del diplomático, es letal para los intereses de España, porque un cuerpo diplomático profesional, no politizado ni partidista, con cierto grado de independencia respecto al Gobierno de turno, contribuye a mantener una política exterior estable a largo plazo, uno de los elementos que determinan la credibilidad de un país y enmarcan las posibilidades de ese país a la hora de defender con éxito sus intereses. “Es verdad que el Consejo de ministros, a propuesta del titular de Exteriores, puede cesar sin dar explicaciones cuando un diplomático comete una falta grave, cosa que no es el caso. Y eso es lo extraordinario, la punta del iceberg de un problema que abarca todo el Ministerio, también los servicios centrales y todas las categorías de profesionales, no solamente los embajadores: hay una degradación, una precariedad, una falta de procedimientos, una falta de instrucciones… Hay incluso indicios de una voluntaria destrucción de la institución” (Alberto Virella, presidente de la Asociación de Diplomáticos Españoles (ADE) a Carlos Herrera). Cuando esta pesadilla llegue a su fin, muy poco de lo que ha sido España en los últimos 50 años quedará en pie, salvo, tal vez, la deuda pública. Y una inabarcable sensación de asombro.
PP, Vox
y el sentido de Estado
Alejo Vidal-Quadras.
Vozpópuli. 9
Febrero 2025
En el género cinematográfico de catástrofes las películas tratan de terremotos, tsunamis, volcanes, huracanes, tornados, alteraciones extremas del clima o inundaciones. Dentro de este último tema, las rupturas de grandes presas son un acontecimiento muy eficaz a la hora de generar dramatismo en el argumento y pavor en el espectador. Suele haber en estas cintas una escena de particular significación en la que un plano de la pared del embalse muestra como de repente aparece una pequeña grieta en su superficie de la que brota un delgado chorro de agua a presión. En sucesivas imágenes de creciente tensión la grieta se alarga, se bifurca, se extiende, se multiplica y el clímax llega con el derrumbe completo del muro y el avance arrollador de una masa de agua gigantesca que sumerge y destroza todo a su paso.
Pues bien, la renuncia a su remunerador puesto en la Diputación de Badajoz de David Sánchez Pérez-Castejón ha sido la primera grieta producida en la gruesa y elevada muralla de la legendaria resiliencia del pétreo hermano del dimisionario. Es ya fábula de fuentes la desfachatez impávida con la que el actual inquilino de la Moncloa pisotea la legalidad, la Constitución, el Estado de Derecho, la separación de poderes y la decencia más elemental al servicio de su obsesión enfermiza por ceñir la púrpura. Se ha dicho -y la experiencia confirma este aterrador aserto- que Pedro Sánchez es capaz de todo, y todo es todo, al igual que no es no, con tal de seguir en la poltrona a la cabeza del Consejo de Ministros. Hasta hoy desde su llegada a la cúspide del Ejecutivo hará pronto siete años, ninguna de sus tropelías había hecho aparentemente mella en su roqueña capacidad de aguantar a caballo de su desmedida ambición los embates de la oposición, de las urnas y de Bruselas. Pero, oh novedad, ha tenido lugar un suceso que rompe esta continuidad inalterable y representa probablemente el principio del fin del antropomorfo escualo bruxómano. El blindaje nepotista que protegía al pseudomúsico evasor y absentista ha sido perforado y ha acabado con su cargo holográfico y su sueldo por no trabajar, gabela de la que no disfrutan millones de españoles que se ganan el pan con el sudor de su frente y pagan impuestos religiosamente.
Al igual que en una presa sometida a una carga excesiva, en la solidez de la fortaleza pedrista se observa con la caída de su hermano un diminuto orificio que anuncia un alud desatado y el fin del período oscuro que nació con la moción de censura de junio de 2018. Y este suceso augural plantea con carácter de urgencia la cuestión de la alternativa. Una escuela de pensamiento adscrita a los caminos trillados afirma que no importa que PP y Vox anden a la greña, que destacados dirigentes del partido de Feijóo manifestasen su predilección por Kamala Harris en los días previos a las elecciones presidenciales americanas y que ahora califiquen al primer mandatario de la más poderosa democracia del mundo de “macho alfa de una horda de gorilas” además de elogiar a una obispa episcopaliana predicadora del evangelio woke, como tampoco es relevante que la formación de Abascal se enrede en líos internos y se cambie de grupo en el Parlamento Europeo de manera súbita y misteriosa. La suerte ya está echada, pontifican politólogos condescendientes, y la suma de las dos opciones de la derecha, la dubitativa y la apabullante, rebasará cómodamente los ciento setenta y cinco escaños en el Congreso y el irresistible atractivo de mandar hará que los ahora gallos que se disputan el futuro corral se avengan a aliarse para disfrutar de las mieles del BOE.
Aunque este planteamiento impregnado de automatismo tiene su fundamento, no sería yo tan tajante en su seguro desenlace. No hay que olvidar lo que pasó en las últimas elecciones generales y la probada tendencia de la derecha a meter la pata en las semanas de precampaña y campaña. Por consiguiente, me voy a permitir una vez más el renovado dolor de predicar en el desierto y dar algunas recomendaciones por si alguien estuviera por una vez a la escucha. La primera providencia debería ser un cese de hostilidades entre las dos fuerzas llamadas (¿condenadas?) a articular la etapa post-sanchista. No me refiero a un idilio o una inconveniente fusión, sino a un trato mutuo correcto y a un enfoque de tono educado y respetuoso de las discrepancias. Los votantes de centro-derecha e incluso los socialdemócratas moralmente saludables que aborrecen las fechorías de su Secretario General al frente de las que fueron en un pasado no tan remoto sus siglas, deberían percibir que PP y Vox, en aquellas áreas en las que coinciden, la unidad nacional, el respeto al legado de la Transición, la recuperación del prestigio de las instituciones, el imperio de la ley, un contexto regulatorio y fiscal favorable a la creación y crecimiento de las empresas, una política exterior atlantista inserta en los valores de la civilización occidental, una educación de calidad basada en la adquisición de conocimientos y el reconocimiento del mérito, un freno al gasto público desaforado y al endeudamiento suicida y la puesta en vereda de los separatismos de veleidades golpistas, están dispuestos a trabajar juntos. En los puntos en los que se encuentran alejados, la ideología de género, la valoración del Estado de las Autonomías, el tratamiento de la inmigración ilegal masiva, la visión del proceso de integración europea, la descarbonización acelerada de la economía y de la producción de energía y la interpretación de nuestra historia reciente, lo inteligente radicaría en alcanzar un diálogo equilibrado que permitiera una colaboración desprovista de choques beligerantes. Al fin y al cabo, las democracias pluralistas se caracterizan frecuentemente por gobiernos de coalición fruto de pactos de cesiones mutuas sin intransigencias paralizantes.
Ante la posibilidad de un final cercano de la pesadilla de una España en manos de un ególatra de perfil psicológico inquietante y de escrúpulos éticos inexistentes sometido al permanente chantaje de secesionistas, comunistas y herederos del terrorismo asesino, PP y Vox han de dejar claro que pueden cooperar para sacar a la Nación de la sima en la que hoy la envilecen sus enemigos externos e internos. Si transmitiesen de forma convincente que están dispuestos a situar el interés nacional y el sentido de Estado por encima de sus apetencias partidistas y sus objetivos a corto plazo, el resultado que obtendrían agregando sus respetivas representaciones en el Congreso y el Senado rebasaría el récord obtenido por Felipe González en 1982. Ojalá esta evidencia les haga ver la luz y adaptar sus estrategias respectivas a su consecución antes de que veinte siglos de formidable itinerario común se vayan por el desagüe de la fatalidad y la inconsciencia.
PP sin
sentido
Nota del Editor. 9
Febrero 2025
A España, sus destructores, siguen empujándola por el precipicio por las traiciones del PP. El PP tiene que desaparecer.
Sánchez dispara el gasto en contratos
públicos hasta rozar los 17.000 millones en un solo
trimestre
Gonzalo Araluce. Vozpópuli. 9
Febrero 2025
Nunca antes los entes estatales dependientes del Gobierno habían gastado tanto en contratos públicos. El último trimestre de 2024 rompió todos los registros, hasta alcanzar cifras próximas a los 17.000 millones de euros. Una cantidad que supone un incremento del 124% respecto al anterior trimestre, cuando la inversión no llegó a 7.500 millones. Según datos oficiales del Ministerio de Hacienda consultados por Vozpópuli, 956 de esos millones se adjudicaron por la vía de ‘negociado sin publicidad’, el procedimiento más opaco en la contratación que supone pactar directamente con la empresa el precio a abonar por un suministro o servicio, sin que concurran otras sociedades a concurso.
Los datos recogidos por la Oficina Independiente de Regulación y Supervisión de la Contratación (OIRESCON), dependiente orgánicamente del Ministerio de Hacienda pero independiente en sus actuaciones, evidencian la tendencia creciente en el cuarto trimestre de 2024, el último del que hay registros. En concreto, se formularon 15.511 expedientes -también cifra récord- por un total de 16.699,23 millones de euros. Todo ello sin incluir impuestos.
La cifra es notablemente superior a los 7.426 millones del trimestre inmediatamente anterior, comprendido entre julio y septiembre de 2024. También es superior a cualquier registro de los últimos cinco años, según consta en las estadísticas de la OIRESCON, sobrepasando los 14.536 millones del cuatro trimestre de 2021, o los 11.832 del cuarto trimestre de 2023; hasta ahora, los periodos con un mayor gasto en contratos públicos.
Los procedimientos de adjudicación
Cabe recordar que todas estas cifras atienden estrictamente a gastos de organismos estatales, sin incluir los autonómicos o locales. ¿Cuáles fueron los procedimientos que siguió el Gobierno para gestionar los 16.699 millones en contratos públicos en un solo trimestre? La fórmula más habitual fue el de la licitación abierta, lo que permite el anuncio previo y la concurrencia de las empresas interesadas, que compiten en cumplimiento de los requisitos marcados por la administración. Mediante esta vía se gestionaron contratos por valor de 13.417 millones.
En el polo opuesto al procedimiento “abierto” -el más transparente de la contratación pública- se encuentran los contratos adjudicados mediante la negociación sin publicidad. La administración emplea este recurso cuando se trata de cuestiones que afectan a la más estricta seguridad nacional o que, por razones de emergencia, necesitan acelerar los procedimientos a la mayor brevedad. Se trata de un procedimiento particularmente opaco y que debe de estar debidamente justificado para su tramitación.
Las adjudicaciones negociadas sin publicidad se dispararon en pandemia para la compra de material sanitario, como mascarillas, hisopos o guantes desechables, entre otros. Así, en el tercer trimestre de 2020 se gestionaron contratos por valor de 5.182 millones mediante este procedimiento. El siguiente trimestre con mayor desembolso tramitado por esta vía fue el último de 2023, con 4.449 millones. En esas fechas, el Gobierno negoció varios contratos sustanciales del sector armamentístico.
¿Y en el cuarto trimestre de 2024, cuando se batió todo récord de desembolso en contratos públicos? La cifra gestionada en contratos negociados sin publicidad no alcanzó cifras tan notables, aunque sí fueron sustanciales: 956 millones de euros repartidos en 1.089 expedientes.
Autonomías y entes locales
Los datos recogidos por la OIRESCON también desglosan las concesiones de todos estos fondos. De los 16.699 millones de euros gestionados por entes estatales en el último trimestre, 2.307 correspondían a la adquisición de diversos suministros, mientras que 4.205 estaban relacionados con servicios. El grueso de la partida, 8.329 millones, llegó a través de contratos suscritos para la “concesión de servicios”, que difieren de la anterior categoría en que en este caso es el contratista quien asume el riesgo operacional.
Frente a los 16.699 millones que los entes estatales -principalmente, Ministerios- invirtieron en el cuarto trimestre de 2024, las autonomías gastaron 9.794 millones, repartidos en 14.861 expedientes. Por su parte, los organismos locales alcanzaron la cifra de 8.728 millones, a partir de la actividad derivada de 26.433 expedientes.
La OIRESCON concluye que el importe de licitaciones registrado en las Plataformas de Contratación durante el cuarto trimestre de 2024 ascendió a 35.221,41 millones de euros (sin incluir impuestos), lo que supone un aumento del 13,58% en comparación con el cuarto trimestre de 2023, y es el volumen trimestral licitado más alto alcanzado en toda la serie histórica.
Pide mantener viva la memoria de las víctimas del terrorismo
La
productora María Luisa Gutiérrez, sobre el terrorismo de ETA: «La
memoria histórica también está para la historia reciente de
España»
LGI. gaceta.
La productora de la película La Infiltrada, María Luisa Gutiérrez, ha recordado en su discurso tras obtener el premio a Mejor Película que la memoria histórica también debe abarcar los episodios más recientes de la historia de España, en relación a los casi 1.000 asesinatos perpetrados por la banda terrorista ETA.
Durante la gala, Gutiérrez ha subrayado la importancia de mantener viva la memoria de las víctimas del terrorismo. «Queremos dedicar este galardón a la familia Ordóñez, a la Asociación de Víctimas del Terrorismo, al Colectivo de Víctimas del Terrorismo en el País Vasco (COVITE) y a todas aquellas personas que, a pesar del dolor que les ha provocado ver la película, nos han dado las gracias por contar una historia que no debe olvidarse», expresó emocionada.
También ha aprovechado la ocasión para reivindicar el esfuerzo y la dedicación que implica hacer cine en España. «A menudo se asocia nuestro trabajo con la vanidad y las alfombras rojas, pero para nosotros, los productores, esto es un símbolo de resistencia», ha declarado. La productora ha destacado que La Infiltrada tardó ocho años en llegar a las salas de cine y, meses después de su estreno, sigue proyectándose en 200 pantallas.
No ha querido dejar pasar la oportunidad de elogiar al equipo que hizo posible el filme, haciendo una mención especial a la directora Arantxa Echevarría. «Este thriller se realizó con un presupuesto de seis millones de euros. Es triste tener que subrayarlo, pero ella lo logró. Se puede hacer cine de calidad con recursos limitados», ha asegurado, lanzando un mensaje de optimismo a la industria cinematográfica.
La historia de La Infiltrada está basada en hechos reales, y Gutiérrez ha remarcado la responsabilidad que implicó contarla con autenticidad. «Los cuatro productores del filme nos comprometimos a narrar una historia real a través de los ojos de una persona real. No podríamos haberlo hecho sin el compañero de la infiltrada que luchó contra el terrorismo, ni sin Pablo Muñoz, el periodista que nos proporcionó los informes que sirvieron de base para el guión. También agradecemos a los vascos que revisaron el guión para asegurarse de que el contexto retratado fuera verídico», ha explicado.
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Cándido, en sus manos encomienda Pedro
su alma autócrata
Mayte Alcaraz. el debate. 9
Febrero 2025
Cándido Conde-Pumpido Tourón (La Coruña, 76 años) acaba de decidir que participará en la deliberación y fallo de los recursos de amparo presentados por líderes del procés como Junqueras contra el Supremo por negarse a amnistiarlos por malversación. A pesar de que hace cuatro años se abstuvo de intervenir en todo lo que tuviera que ver con el golpe separatista, ahora quiere participar para no dejar un resquicio donde se cuele la separación de poderes. Así es el hoy presidente del TC, que ingresó en la carrera judicial en 1974 y dos décadas más tarde ascendió a la Sala de lo Penal del Tribunal Supremo, institución que siempre quiso presidir.
Como no lo consiguió, su animadversión por Manuel Marchena, que acaba de abandonar ese cargo y al que siempre acusó de quitarle el puesto, ha marcado buena parte de su ejercicio profesional. Hoy rivaliza con Álvaro García Ortiz por el Ministerio número 23 del Gobierno de Pedro Sánchez.
Como presidente del Tribunal Constitucional desde hace ahora dos años, el régimen socialista tiene en él a su último valedor. Su gran obra: hacer del TC un tribunal de casación para enmendar las sentencias del Supremo. Una manera de lograr un cargo por la puerta de atrás que no supo ganar por méritos.
En sus tiempos mozos en la Sala de lo Penal fue uno de los magistrados que, en la sentencia de los GAL, condenó a José Barrionuevo y a Rafael Vera por el secuestro de Segundo Marey. Pero nunca ocultó su alma socialista: ese sesgo le llevó a ser nombrado fiscal general del Estado por José Luis Rodríguez Zapatero y ahora su sanchismo militante le ha granjeado ser designado el principal garante del cumplimiento de la Constitución.
Y eso que ni siquiera tuvo una victoria clara y se conformó con ser nombrado presidente de la Corte de Garantías por solo seis votos frente a los cinco de su compañera María Luisa Balaguer. Raspadito.
Hoy tiene la nefasta misión de lavar y dar esplendor a todos los trapos sucios que le manda el presidente. Es el conseguidor que todo autócrata necesita en una institución clave que hoy ya solo actúa como azote del Tribunal Supremo, de las pocas instituciones del Estado que se le resisten al Gobierno. Dos de las últimas sentencias que llevan su firma -el amparo a Otegui y a Alberto Rodríguez, el «rastas» de Podemos- han enfangado a la alta institución devenida en un órgano corrector de las decisiones del TS; algo insólito en la Europa democrática.
Hijo de un exteniente fiscal del Supremo, vivió desde la Audiencia Provincial de San Sebastián la terrible época de plomo de ETA. Por eso, es incomprensible que pronunciase la indigna frase que le servirá de epitafio: «El vuelo de las togas de los fiscales no eludirá el contacto con el polvo el camino».
Que en términos prácticos es tanto como supeditar la legalidad que juró defender a la coyuntura política que en aquel momento aconsejaba blanquear a Batasuna para que sus amigos de ETA dejaran de matar. Para ello le nombró Zapatero fiscal general del Estado, con el mandato más largo de la historia de la democracia (2004-2011).
Según la doctrina de Pumpido, las normas son adaptables a conveniencia del poder de turno; los tribunales tienen que ser permeables al mando supremo y a sus intereses y adaptar los criterios jurídicos a la estrategia del Sumo Líder. Esa es la filosofía que aplicó durante su mandato en el Ministerio Público, idéntica a la que ha impulsado ahora en el Constitucional: de las 85 sentencias emanadas de este tribunal, ni una sola ha dado la razón a los recursos del PP, planteados contra las leyes más ideológicas de la izquierda.
Desde el aborto, consagrado como un «derecho», hasta la renovación urgente del Consejo de RTVE, pasando por el juramento irregular de acatamiento a la Constitución de los separatistas, así como por la eutanasia o el engendro de la educación Celáa.
Toda la ingeniería social de Zapatero y Sánchez ha sido convalidada por Cándido, corresponsable con sus dos presidentes y amigos de una reforma de la Constitución encubierta. Su última aportación a la causa monclovita: haber anulado la condena a los sentenciados de los ERE, encabezados por Manuel Chaves y José Antonio Griñán, y ordenado a la Audiencia de Sevilla dictar nueva sentencia.
Este fiscal gallego es una persona correosa, a decir de sus compañeros. Tiene, no obstante, fama de poseer una incuestionable talla jurídica que, sin embargo, nunca ha prevalecido por encima de sus gustos ideológicos.
Ha dividido el TC en dos -cuatro magistrados conservadores contra siete de izquierdas-, llevándolo al más grande de los desprestigios. Sin embargo, alardea de haber reformado el Estatuto Orgánico del Ministerio Fiscal para evitar que los Gobiernos pudieran destituir a los fiscales generales sin razones tasadas.
Casado en segundas nupcias con una vocal del CGPJ y padre de un controvertido hijo habitual de las páginas de sucesos y del cuché, su más preciado tesoro es haberse encaramado a la presidencia del Tribunal, del que es magistrado desde 2017, que tiene en su mano avalar la ley de amnistía que el presidente del Gobierno ha entregado a Puigdemont -que no se ha podido beneficiar de ella gracias al Supremo- a cambio de que le mantenga en el palacio de La Moncloa.
Pero la traca final está por llegar: nadie duda de que bajo su mandato el Gobierno posibilitará un referéndum en Cataluña y quizá también en el País Vasco. Para entonces la toga de Cándido Conde-Pumpido será ya una bayeta que posiblemente tenga que limpiar también el expediente penal de Begoña Gómez y del fiscal general del Estado. Todo sea por Pedro y el progresismo.
Un Tribunal Constitucional al servicio de
Sánchez
editorial.
el debate. 9
Febrero 2025
La sumisión política de Conde-Pumpido deteriora la democracia hasta extremos peligrosos
Que el Tribunal Constitucional presidido por Conde Pumpido y repleto de colaboradores directos de Pedro Sánchez y de simpatizantes del PSOE se iba a convertir en una burda herramienta política al servicio de La Moncloa, quedó en evidencia muy pronto con una decisión sonrojante. Nada menos que el indulto, sin esa expresión, pero con ese resultado, de Manuel Chaves y José Antonio Griñán, ambos presidentes del PSOE y de la Junta de Andalucía y los dos condenados por el mayor escándalo de corrupción de la historia española reciente, el de los ERE andaluces.
Ha habido muchos, sin duda, pero en ninguno los delitos y abusos se perpetraron desde las propias instituciones, con dinero público, de manera tan prolongada, en nombre de los parados y con el objetivo de adulterar las elecciones dopando a un partido para instaurar un sistema clientelar tan descarado. Ese alineamiento con las necesidades y urgencias del Gobierno quedó de manifiesto ya con la mera selección de los miembros del Constitucional, comenzando por su presidente, un jurista de sólidos conocimientos, sin duda, pero aún más fuertes lazos políticos, evidenciados ya con Zapatero y desplegados sin límites con Sánchez. Y continuando con exministros, altos cargos de La Moncloa y un listado de magistrados de amplia trayectoria colaboradora con el PSOE.
Con esas premisas y sus primeras decisiones, a nadie puede extrañarle ya que el Constitucional se haya convertido en una especie de cuarta instancia, para la que no está habilitado, y se pretenda adueñar de la última palabra en cualquier asunto, al objeto de enmendar al Tribunal Supremo, que es el verdadero depositario de la capacidad judicial final y definitiva salvo en contadísimos supuestos que afecten a la Constitución.
Ese precepto, que es clave para el correcto funcionamiento del Estado de derecho, se ha ido subvirtiendo con sucesivas injerencias inaceptables, en tiempo récord, y con un desprecio manifiesto por las competencias propias y ajenas.
La inhabilitación de José María Macías para participar en las deliberaciones del TC del que forma parte en todo lo relativo a la Ley de Amnistía es simplemente escandalosa, tanto como la habilitación concedida por Pumpido a sí mismo para lo contrario: se trata de anular una voz prestigiosa y, a la vez, primar otra tendenciosa, con el único objeto de facilitarle a Sánchez el pago de otra extorsión política de Puigdemont, a quien le debe la Presidencia.
Y lo mismo cabe decir de la celeridad para admitir y tramitar los recursos de varios condenados por el «procés», el eufemismo de un golpe institucional contra la Constitución, con el fin de aplicarles una amnistía total rechazada por el Tribunal Supremo y alineada con la resistencia de la Unión Europea a incluir los delitos de malversación en una ley que no solo perdona a delincuentes, sino que además refuerza los objetivos que les llevaron a delinquir y culpa al Estado por tratar de evitarlos o castigarlos.
El enjuague que también se prepara para legitimar el ascenso en la carrera fiscal de Dolores Delgado y la sospecha de que ya se prepara Conde-Pumpido para anular una eventual condena a Álvaro García Ortiz rematan la sensación de que el Tribunal Constitucional se ha convertido, básicamente, en un instrumento de impunidad para Sánchez, su partido, su entorno personal y sus intereses de todo tipo.
Y eso desestabiliza la democracia, ahonda en la deriva autoritaria del Gobierno, legaliza el abuso y refuerza el ansia de inviolabilidad que busca a la desesperada Pedro Sánchez: el desprestigio del Tribunal Constitucional es evidente, e irreversible con esa configuración, pero además es un peligro para el Estado de derecho que hay que denunciar, sin descanso, en cuantos foros sea menester hasta lograr que vuelva a ejercer de lo que es. Ahora es un vulgar despacho de abogados al servicio de Sánchez con unos poderes que no tiene, pero ejerce de manera implacable.
Balance judicial
La
mayoría izquierdista convierte al Constitucional en un tribunal de
corrección del Supremo
Desde la llegada de Cándido
Conde-Pumpido a la Presidencia, la Corte de Garantías se ha
convertido en un órgano supervisor de la legalidad ordinaria fuera
de su ámbito de competencias
María Jamardo. Madrid. el debate.
9 Febrero
2025
El Tribunal Constitucional (TC)se ha instalado en «un evidente exceso de jurisdicción, con la única finalidad de dejar sin efecto su propia doctrina» anterior, cuando ésta no se corresponde con las posiciones que es necesario defender para favorecer los intereses ideológicos o políticos del Gobierno. De la mano de la mayoría progresista de la Corte, capitaneada por el magistrado Cándido Conde-Pumpido, el TC está alterando, una y otra vez, los asuntos de la «legalidad ordinaria cuyo único y último intérprete es el Supremo» para revisar y corregir aquellas sentencias, firmes, del más Alto Tribunal español cuando se entiende que no convienen.
«No es razonable suponer que todo el mundo se equivoca y que ocho magistrados veteranos (de ocho que intervinieron en el caso y por tanto el cien por cien de ellos) desconocen» los más «elementales principios» del proceso penal. Así de contundentes y directos se han pronunciaban cuatro magistrados profesionales del Constitucional –Enrique Arnaldo, César Tolosa, Concepción Espejel y Ricardo Enríquez– sobre la sentencia mayoritaria del Pleno en la que se revocó la condena impuesta por la Sala Segunda de lo Penal del TS a la que fuera exministra socialista y ex consejera de la Junta de Andalucía, Magdalena Álvarez, por un delito de prevaricación cometido en el marco de la trama de los ERE.
Una advertencia en toda regla de lo que está sucediendo en el seno del Constitucional, gracias a un rodillo aritmético de siete votos que se están utilizando para romper consensos «indiscutidos», reinterpretar la ley, fuera de las competencias que han sido previstas por el legislador.
Incluso, para entrar a valorar de nuevo la prueba practicada en el proceso ordinario para que el resultado sea distinto del inicial como sucedía, por ejemplo, en la reciente admisión a trámite del recurso presentado por Dolores Delgado contra el fallo del Supremo que decretó la nulidad de su ascenso a la primera categoría del escalafón de la Fiscalía, por una «desviación de poder» de quien lo decidió. Nada menos que su sucesor en el cargo de fiscal general, Álvaro García Ortiz.
No han sido las únicas polémicas en las que ha podido comprobarse cómo la mayoría izquierdista del Pleno se ha situado en una suerte de órgano que, «torciendo el Derecho a la medida», suplanta cada vez «con más descaro» y mayor frecuencia unas funciones que sólo corresponden al Supremo. No en vano, sólo el Alto Tribunal está en posición de resolver controversias de aplicación de la ley, en procedimientos con todas las garantías que, por su propia naturaleza, no están presentes en los procesos del TC, ni condicionan la operativa de una Corte que nunca fue concebida como la última instancia del resto de tribunales para unos cuantos elegidos, según su militancia.
Hasta tal punto se ha instrumentalizado el TC como brazo judicial del actual Ejecutivo que, en las últimas dos semanas, ha tomado nuevas y polémicas decisiones merecedoras de varios y contundentes votos particulares discrepantes. Unos pronunciamientos que no sólo ponen de manifiesto que las decisiones más relevantes no cuentan nunca con la unanimidad deseable sino que, además, podrían abrir la puerta tanto a la tutela de la Justicia europea como, incluso, a una querella por prevaricación contra quienes, «de manera colegiada» están forzando la máquina contra el Poder Judicial del que ni siquiera forman parte.
La purga del magistrado José María Macías de todos los asuntos relativos a la amnistía, en una extensión sin precedentes y con efecto general de un caso particular, muy discutible por el carácter «extemporáneo» de la recusación presentada por el fiscal general del Estado, imputado en el Supremo; la aceptada impugnación en amparo de Delgado, que se «desmarca claramente del carácter restrictivo que la doctrina consolidada» que la Corte aplica a la admisión de «los recursos presentados contra las decisiones» del Supremo, salvo que concurra una «especial trascendencia constitucional» que, «no es el supuesto»; o, la «autorehabilitación» del propio Conde-Pumpido en los recursos de los separatistas catalanes contra la negativa del TS a aplicar la amnistía a la malversación por la que fueron condenados, siguen engrosando el amplio listado de causas políticas en las que el Constitucional ha salido al rescate del Gobierno o de sus socios y afines.
Antes fueron la sentencia por la que Conde-Pumpido y los suyos modificaron, por primera vez, «la pena que debe imponerse a un condenado» –para absolver al ex diputado de Podemos Alberto Rodríguez de la condena penal que le había sido impuesta por patear a un policía– y lo hicieron, además, «sin sustento alguno argumental» y «excediéndose» de los márgenes de lo que había solicitado «el recurrente».
O el fallo con el que el TC amparó al dirigente de EH Bildu Arnaldo Otegi para que no fuese juzgado, de nuevo, por su intento de reconstruir Batasuna. En aquella ocasión, el Pleno aceptó dar la razón al líder de la izquierda abertzale pese a que ni siquiera había cumplido con el trámite de plantear un incidente previo de nulidad en el propio Supremo, antes de dirigirse en amparo al Constitucional. Un «óbice» que la mayoría izquierdista de los magistrados del TC no tuvieron «en cuenta» lo que, en la práctica, supuso una «modificación de la doctrina consolidada en la admisión de las impugnaciones por vulneración de derechos fundamentales».
Así las cosas, el denunciado abordaje de Pedro Sánchez al Tribunal Constitucional, renovado a su medida para imponer una mayoría de izquierdas, está cumpliendo con creces las expectativas de un Gobierno entregado al lawfare, al señalamiento de los jueces y a dinamitar la independencia judicial y el Estado de Derecho, a base de enmendar una y otra vez, sin estar legitimado para hacerlo, las decisiones de los más altos magistrados de nuestro país.
«España
no se arregla con cambio de Gobierno; hay que mandar a esta tropa a
la cárcel»
Alfonso Rojo. periodista digital. 9
Febrero 2025
¿Se acuerdan del lío que montaron el Gobierno Frankenstein y los chupatintas de la ‘Brunete Pedrete’ a cuenta de un muñeco con la cara del socialista Sánchez, que chavales con la bandera española apalearon frente a la sede-puticlub del PSOE en Ferraz?
¿Y de la que organizaron cuando en una entrevista en tierras lejanas Abascal soltó aquello de que llegará un momento en que el pueblo español querrá ‘colgar por los pies‘ al marido de Begoña?
Hasta acusaron al líder de VOX de incitar a las masas al asesinato.
Pues bien, igual que en su momento la Justicia tumbó las histéricas contorsiones del PSOE para convertir en crimen el divertido affaire de la piñata, ahora la Fiscalía del Tribunal Supremo archiva las diligencias abiertas contra Abascal.
El Ministerio Público entiende que no hay motivo alguno para deducir que su frase puede ser constitutiva de delito.
Puro sentido común.
En cualquier caso, creo que no esta de más repasar con detalle el enredo, para entender hasta que punto a esta izquierda infame que nos gobierno y a sus compinches se les ha ideo el oremus.
Fue hace dos años, el 13 de diciembre de 2023, cuando el PSOE presentó una denuncia contra Abascal por unas declaraciones al diario Clarín, en las que el de VOX decía textualmente: “Yo tengo unos principios. No puedo venderlos. Sánchez no tiene ninguno. Puede pisar las leyes, puede hacer cualquier cosa, puede poner en riesgo la unidad nacional. Eso le da una ventaja competitiva. Habrá un momento dado que el pueblo querrá colgarlo de los pies”.
Una obviedad de cajón, hablando del sujeto que se acostó con Pablo Iglesias y le hizo vicepresidente, tras afirmar tajante que ni él ni los españoles podrían dormir tranquilos con el de Podemos cerca del Gobierno. Hablando del facineroso que apaña leyes con los proetarras de Bildu, abraza como ‘progresistas’ a los racistas de Junts y cepilla el Código Penal para exonerar de culpa a estafadores y golpistas.
Siendo así las cosas, coincidirán conmigo en que lo reseñable no es que la Justicia entienda que no había delito en las palabras de Abascal, sino que un fiscal general del Estado corriera alocado a anunciar que abría diligencias contra él.
No tiene sentido engañarse, quitar gravedad a los hechos o solventar estas cuestiones aferrándose a la tesis de que no tardará en haber elecciones generales y esta patulea saldrá escopetada del poder.
No basta con eso.
Hay que echarlos, imputarlos, juzgarlos y mandarlos a prisión.
España no se arregla con un simple cambio de ministros.
Hay que ir hasta la raíz y poner el país patas arriba.
Historia de España. La ETA
Jaime
Rocha. el debate. 9
Febrero 2025
Con motivo de las presentaciones de mi última novela «Misiles para la ETA» y los comentarios que suscita, he comprobado la ignorancia de la juventud española sobre esos cincuenta años de nuestra historia que parece que no existieron, ahora parece que solo existió el franquismo, que fue anterior. Si, anterior.
La izquierda, zurdos, y «progresistas» en general, en vez de mirar al futuro, basan su estrategia política exclusivamente en infundir en la población la idea de que o ellos o regresará el franquismo de la mano de la extrema derecha.
Claro que ese pasado al que miran y utilizan, un día sí y otro también, con cien actividades relacionadas con el franquismo en un año, una cada tres días, es muy selectivo, se salta cincuenta años del terror de ETA, para aterrizar en 1975, año en el que Franco murió en una cama del Hospital de La Paz, sí, un hospital público construido durante la dictadura.
Cuando se conmemoraban los veinticinco años de paz, tras el final de la terrible guerra civil, se inauguraban hospitales como el citado, se entregaban barriadas enteras de viviendas, las barriadas de La Paz, en toda España. Eso es celebrar, abriendo hospitales públicos, entregando viviendas sociales… las cien celebraciones de este año 2025, francamente, no sé en qué ayudan a la sociedad.
La ETA es verdad que nace durante el franquismo, es una escisión de jóvenes del Partido Nacionalista Vasco fundado por Sabino Arana en 1895, es un movimiento nacionalista católico, Arana decía: «No se puede ser buen vasco si no se es católico» y «Los maketos (tontos, apelativo común a todos los que, por la industrialización, llegaron a las provincias vascas), no son creyentes, son inmorales, blasfemos, criminales…despreciables»
ETA nace, como he dicho, de una escisión de las juventudes del PNV en 1959 y comete su primer asesinato matando al guardiacivil de tráfico José Pardines en un control de carreteas el 7 de junio de 1968 y el 2 de agosto del mismo año al policía nacional Melitón Manzanas. Algunas fuentes señalan que la primera víctima mortal de ETA fue la niña de 18 meses María Begoña Urroz Ibarrola, alcanzada por una bomba colocada el 28 de junio de 1960 en la estación de Amara, de San Sebastián.
Nace como movimiento armado en «guerra» contra el franquismo invasor y hasta la muerte de Franco comete 43 asesinatos. Con la llegada de la transición a la democracia hay una amnistía general y todos los etarras detenidos son puestos en libertad.
En diciembre de 1970, se celebra el Juicio de Burgos contra 16 miembros de la banda, Seis de los procesados fueron condenados a muerte y las penas impuestas al resto sumaban un total de 519 años de prisión. Franco conmutó las penas de muerte por reclusión mayor y con la amnistía se 1977 salieron de la cárcel. Con seis años de cárcel pagaron sus crímenes.
Pero aquello de que eran luchadores, «gudaris» se denominan, contra la opresión franquista no era más que un intento de justificación de sus crímenes. Pero es durante la democracia cuando la banda terrorista comete 810 asesinatos de militares, policías, guardias civiles, empresarios, mujeres y niños. Miles de heridos y muchos miles de vascos, mas de cien mil, no independentistas, que se ven obligados a emigrar a otras provincias españolas ante el acoso, cobro del «impuesto revolucionario» y vejaciones a los que son sometidos con pintadas en las calles amenazándolos de muerte.
Ningún gobierno español cayó en la trampa de mandar a las Fuerzas Armadas a luchar contra el terrorismo, lo que si hizo Gran Bretaña en la lucha contra el terrorismo del IRA. La lucha contra los asesinos la llevaron acabo las Fuerzas de Seguridad y los Servicios de Inteligencia, en alguna operación con la colaboración fundamental de los de países occidentales, como narro en la novela citada.
¿Y que pasa ahora? Pues que se intenta blanquear a los etarras y sus adláteres, que son llamados «hombres de paz» por algunos políticos y para nada se habla de los cincuenta años de terror, no se menciona en colegios y universidades y como consecuencia, vuestra juventud lo ignora absolutamente.
Me escribe alguien que luchó activa y eficazmente contra la ETA en los «años de plomo» cuando mataban a cien personas por año: “Es importantísimo recuperar el pulso del relato frente a ETA y a toda la morralla (RAE: Multitud de gente de escaso valor) Social Comunista, con toda esa transición dulcificada que quieren hacer ver de cara a ETA.
Los amigos de allí me cuentan que ya está volviendo a imponerse la versión de una ETA antifranquista que sólo entrego las armas cuando hubieron acabado, después de la transición, con los mandos policiales y la estructura franquista enquistada entre las fuerzas y cuerpos de seguridad del estado.
Se están volviendo a disfrazar de héroes, con cientos de asociaciones, colectivos, grupos de apoyo etc. afines a ETA donde están colocando a todos los etarras que van saliendo de las cárceles. Asociaciones vecinales en los que crean puestos expresamente para colocarlos a ellos.
Jaime Rocha es capitán de Navío (R) y exagente del CNI
De ETA
al Movimiento Socialista
Algo se mueve en la extrema
izquierda española
Fernando José Vaquero Oroquieta. gaceta.
9
Febrero 2025
¿Hay vida a la izquierda de Podemos y Sumar?
El espacio político a la izquierda del PSOE se viene caracterizando, desde los mismísimos inicios de la Transición a la democracia, por una formidable fragmentación orgánica, una crisis de liderazgo permanente y una pluralista militancia compulsiva. De entrada, debe destacarse el papel referencial –aunque fuere a la contra– que viene jugando el Partido Comunista de España (PCE) en el diseño de dicho espacio y en el alumbramiento, no siempre buscado, de líderes individuales o colectivos. En su día levantó Izquierda Unida a modo de Frente Amplio con diversas entidades “progresistas” y finalidad electoral. Pero la fórmula, que nunca alcanzó los altos objetivos propuestos, ha sufrido un enorme desgaste que explica, entre otros fenómenos, la aparición de Podemos, primero, y de Sumar después. De hecho, Pablo Iglesia y buena parte de su soviet en la facultad de Somosaguas, y ulterior lanzamiento mediático, se foguearon en las juventudes comunistas del PCE.
La crisis de Podemos, efecto de su participación en el gobierno socialista de la nación y de la erosión personal de sus mediáticos líderes, dio lugar al enésimo intento de configurar ese espacio izquierdista radical, en esta ocasión bajo la denominación de Sumar; mero instrumento al servicio de la estrategia parlamentaria de un Pedro Sánchez necesitado de socios sumidos.
Pero, todavía más allá de aquel espacio, existe otro aún más escorado del representado por PCE/IU/Podemos/Sumar, caracterizado por una extraordinaria fragmentación orgánica e inoperancia política, fruto de las diversas culturas políticas de origen: ya marxismo-leninismo, las insufribles familias trotskistas, el esotérico eco-feminismo radical… Sin embargo, su notable capacidad de trabajo y articulación se refleja en diversos movimientos sociales de protesta, muy visibles en numerosos barrios de ciudades de toda España, caso de las plataformas en defensa de okupación e inquilinos, los centros sociales autogestionarios, históricas radios alegales, sindicatos radicales de implantación territorial a la izquierda de Comisiones Obreras, espaciosas librerías, movimientos estudiantiles, etc.
Este panorama, jalonado por numerosas y cambiantes siglas, algunas con más de 40 años de precaria e impasible existencia, siempre con el término de “comunista” o “revolucionaria” por medio, viene experimentando en los últimos dos años un inesperado cambio cuantitativo y cualitativo provocado por la irrupción de un nuevo sujeto: el autodenominado Movimiento Socialista.
De epígonos de ETA al Movimiento Socialista
De factura alegal, su origen radica en una de las diversas fracturas sufridas por la izquierda abertzale, concretamente la de su rama estudiantil, Ikasle Abertzaleak, organización mayoritaria en los campus vascos y navarro desde hace décadas, que abandonó en masa ese espacio allá por 2018, por entender que Arnaldo Otegi y su partido Sortu estarían dilapidando el bagaje revolucionario del MLNV al optar por el posibilismo institucional y la gestión reformista del sistema, abandonando, según estos críticos, su discurso revolucionario y el programa comunista. Desde esta escisión de IA se alumbraría poco después, con las aportaciones de ex-militantes de las demás entidades juveniles abertzales, un nuevo sujeto, en Vascongadas y Navarra, denominado GKS (Gazte Koordinadora Sozialista o Coordinadora Juvenil Socialista), siempre enfrentado a la izquierda abertzale “clásica” u “oficial”, incluso llegando a las manos, apostando por “la organización de la clase trabajadora vasca en su lucha por la emancipación proletaria” y “la derrota de la burguesía reformista”. Su programa es, por tanto, netamente comunista, si bien todavía no se proclaman partido comunista.
La progresiva incorporación de militantes más veteranos, al superar sus estudios universitarios, a esta corriente, generó la necesidad de nuevas estructuras intergeneracionales, siendo tal el caso de los denominados Kontseilu Sozialista de diversas localidades, federándose en el EHKS, o Consejo Socialista de Euskal Herria, embrión de un futuro partido comunista de nuevo cuño.
En el marco de su constante trabajo político, sectorial y comunitario, estos grupos se vienen esforzando en una exigente y dogmática formación doctrinaria en marxismo, de ahí la importancia que otorgan a sus encuentros masivos, caso de los anuales Gazte Topagune Sozialista (Encuentro de Jóvenes Socialistas) en los han participado hasta 10.000 jóvenes en cada convocatoria anual, ya superiores en asistencia a los organizados por sus ex-correligionarios abertzales de Hernai; pero también a la difusión de sus vídeos de debate y sesudos análisis y artículos doctrinales especialmente a través de Gedar, su portal oficial en Internet y homónima revista teórica de gran calidad gráfica y tintes nostálgicos del realismo socialista. Sus refinados contenidos resuenan, a estas alturas del siglo XXI, no poco anticuados y vetustos, más propios de las plomizas y casi por completo olvidadas elucubraciones que caracterizaron a ETA Berri, el EMK o las escisiones trotskistas de ETA, si bien incorporando epifenómenos propios de la presente coyuntura política y social, como son la precarización del mercado laboral que afecta especialmente a los jóvenes, su casi imposible acceso a la vivienda, o las dificultades existentes en las relaciones entre ambos sexos que pretenden sean igualitarias en contraste con los imperativos propios del machismo y el patriarcado conforme su típica retórica.
Al contrario que otros fenómenos próximos de extrema izquierda, como el célebre por mediático pero irrelevante Frente Obrero de Roberto Vaquero, al que tildan directamente de fascista, los colectivos del Movimiento Socialista (MS) no cuestionan la agenda LGTB y feminista, pero tampoco las prácticas inmigracionistas que ya están deformando —velis nolis-– demografía y sociología vascas. Mientras que aquéllos –Frente Obrero en España, o de manera mucho más trascendente a nivel continental la Alianza Sahra Wagenknecht Justicia y Razón (BSW) en Alemania– consideran tales expresiones posmodernas de izquierdas woke como “armas del capital que precarizan al proletariado europeo”, los jóvenes del MS aspiran a una alianza revolucionaria del conjunto de la clase trabajadora bajo el imperativo final de una sociedad comunista sin clases. No encontraremos, por tanto, tentaciones rojipardas en las propuestas de sus siempre discretos exponentes públicos.
Esta corriente u organización es diferente en génesis, doctrina y tácticas, de otras fracturas sufridas por la izquierda abertzale desde que ETA anunciara “la entrega de las armas”, caso de ATA, Herritar Batasuna, Ibil, Jardun, Jarki…; pequeños grupos que, en mayor o medida, pretenden reconstruir el viejo MLNV también con la reivindicación de la amnistía para los presos etarras todavía en prisión. De hecho, el reciente manifiesto del terrorista encarcelado Francisco Javier García Castillo, Txapote, y una decena más de compañeros de disidencia reivindicando “un nuevo movimiento de liberación” vasco, está alineada con esta disidencia nostálgica de la izquierda abertzale. Recordemos que ambas tendencias, GKS por un lado y Jardun, por otro, por ser las dos siglas más potentes de cada espectro político respectivo, en ocasiones han marchado conjuntamente en algunas movilizaciones, pero en otras han llegado a enfrentamiento incluso físicos, como en los casos de la gestión de las txosnas (casetas de venta de bebidas y alimentos en fiestas de barrios y pueblos de vital deriva lucrativa), el control de diversos centros juveniles, la práctica y valoración de acciones violentas, etc.
Como objetivo prioritario, más o menos próximo, el MS se ha propuesto –ya lo hemos mencionado– la constitución de un verdadero Partido Comunista, más que un retorno a ETA, por entender que son otras las condiciones objetivas y subjetivas del presente momento histórico y sus consiguientes exigencias estratégicas, entre las que señalan la “superación de viejos nacionalismos” (¡¡!!). De hecho, estos cachorros que se alimentaron de los mitos y vivencias propios de la “violencia revolucionaria” de sus padres y hermanos mayores, si bien han perpetrado numerosos actos de kale borroka, se consideran protagonistas de un nuevo paradigma político y no izquierda abertzale stricto sensu.
Un nuevo modelo para los nostálgicos
españoles del comunismo revolucionario
Españolistas para la
izquierda abertzale “oficial”, abertzales para las izquierdas
radicales españolas, los éxitos organizativos de los diversos
grupos del MS no han pasado desapercibidos para otros jóvenes del
resto de España que se sienten huérfanos de trincheras comunistas
verdaderamente revolucionarias. Es más, son modelo y motor de
arranque de nuevas experiencias militantes. Así, buena parte de las
juventudes de las CUP rompieron con Arran en 2022, configurando una
organización “hermana” de GKS, la ahora denominada Organització
Juvenil Socialista de los “Países Catalanes”. Es también el
caso de buena parte de las juventudes del Partido Comunista de
España, la UJCE, quienes se escindieron del histórico partido en
2024 configurando la Coordinadora de la Juventud Socialista en una
quincena de ciudades. Esta reciente iniciativa orgánica de
pretensiones revolucionarias ya ha manifestado, en su corto espacio
de existencia, un sorprendente músculo organizativo, por ejemplo en
la Complutense por medio de las jornadas de Universidad Popular de
noviembre pasado (así como en otros campus de Zaragoza, Murcia,
Granada y Salamanca), o en las calles madrileñas en diciembre bajo
el lema Construir la alternativa revolucionaria, que agrupó a varios
millares de jóvenes también con el sugestivo grito de ¡No pasarán!
Y a la vez que el joven Movimiento Socialista se va configurando en
el resto de España, en Vascongadas y Navarra continúa con su
apretada agenda de movilizaciones. Así, el pasado 25 de enero, entre
8.000 y 9.000 manifestantes salieron a las calles del centro de
Bilbao y Pamplona “contra el fascismo y la guerra” en un alarde
de disciplina, eventos precedidos de una intensa campaña
propagandística sin precedentes en años anteriores.
Los discursos finales en ambas manifestaciones, el mismo y en párrafos temáticos en euskera y castellano sucesivamente, leídos con vigor por dos militantes anónimas, resumieron las razones de ambas marchas y, en suma, los objetivos globales de este Movimiento Socialista: la necesaria movilización de los jóvenes obreros frente al “rearme autoritario” de los Estados, el reformismo socialdemócrata y las “agresiones” orquestadas por la “oligarquía occidental”; circunstancias, las anteriores, que facilitarían, según entienden, el arraigo del populismo de derechas y el fascismo entre algunos sectores de las clases media y trabajadora. Por último, dieron por terminadas ambas demostraciones con vivas al Partido Revolucionario Internacional (¿cuál?, ¿el suyo en ciernes…?) y al Estado Socialista (ídem), sin Internacional ni Eusko gurariak.
Bien puede afirmarse que, en sus respectivos solares originarios, GKS, principal exponente del nuevo Movimiento Socialista, constituye su principal movimiento juvenil: ni los Boys Scouts antaño católicos, ni los coros Góspel evangélicos, ni siquiera las agrupaciones ultras futboleras, constituyen ya rival para esta aparentemente férrea organización. Huelga decir que las JJSS del PSOE, EGI del PNV o NNGG del PP y JJNN de UPN, apenas constituyen una realidad más virtual que real –meras oficinas para la colocación de futuros y avispados políticos– totalmente ausentes en las escenas juveniles. Tampoco es una temeridad afirmar que en su sostenida rivalidad con las aún numerosas organizaciones “oficiales” de la izquierda abertzale, de las que proceden aunque fuere a título de ruptura generacional, vienen alcanzando mayor capacidad de movilización y prestigio entre los ambientes juveniles todavía politizados en contraste extremo con la realidad sociológica del resto de España.
Destaquemos, por último, que su capacidad de maniobra, mediante los eventos antes citados en Madrid, por ejemplo, les está aupando a organización referencial del comunismo nostálgico revolucionario en España. Pero no incurramos en voluntarismos ingenuos, no en vano, mantener y consolidar un tipo humano militante y movilizado, cuyo modelo ideal sería el de los revolucionarios de principios del siglo XX, intransigentes, casi anónimos, austeros y entregados a la causa, se presenta como empresa casi imposible en tiempo posmodernos y fluidos que generan personas a merced de modas, instintivos e imperativos culturales hegemónicos.
Fernando José Vaquero Oroquieta
Fernando José Vaquero Oroquieta (Pamplona, 1961) es Funcionario de la Administración Central del Estado. Licenciado en Derecho por la Universidad de Navarra. Coautor del libro La tregua de ETA: mentiras, tópicos, esperanzas y propuestas (Grafite Ediciones, Baracaldo, 2006) y autor, entre otras obras, de La ruta del odio. 100 respuestas claves sobre el terrorismo (SEPHA, Málaga, 2010), De Navarra a Nafarroa (Ediciones La Tribuna del País Vasco, San Sebastián, 2019) y De ETA a EH Bildu. Las pieles de la serpiente (Ediciones Pompaelo, Pamplona, 2023).
Fernández
Soldevilla: "En Cataluña hace falta un relato histórico que
recuerde a las víctimas del terrorismo independentista"
Alba
Carnicé. Cronica Global. 9
Febrero 2025
El terrorismo en España suele asociarse principalmente a ETA, la organización que más atentados ha cometido en su lucha por la independencia del País Vasco. Sin embargo, no ha sido la única banda con este tipo de objetivos.
El historiador Gaizka Fernández Soldevilla, responsable del archivo y documentación en el Centro Memorial de las Víctimas del Terrorismo de Vitoria, ha llevado a cabo un estudio sobre el terrorismo de inspiración secesionista en Cataluña, que operó tanto en los últimos años del franquismo como en la democracia.
En el campo de entrenamiento de quienes combatieron a Terra Lliure y ETA en Cataluña
En su investigación, titulada Matar por los Països Catalans. El terrorismo ultranacionalista a la luz de sus víctimas, Fernández Soldevilla examina cómo los grupos ultranacionalistas catalanes recurrieron a la violencia, en muchos casos siguiendo el modelo de ETA.
A través del análisis de documentos judiciales, ha reconstruido sus acciones para evitar que las víctimas caigan en el olvido. "En Cataluña se estigmatiza a las víctimas y los que cobran protagonismo son los terroristas. Hace falta un relato histórico que las recuerde", explica en una entrevista a Crónica Global.
Terra Lliure y EPOCA
Entre los grupos que el historiador vasco Gaizka Fernández Soldevilla ha analizado se encuentran Terra Lliure y EPOCA (Exèrcit Popular Català).
A pesar de haber provocado víctimas mortales, entre ellas el empresario José María Bultó y el exalcalde de Barcelona Joaquim Viola, el recuerdo de estas muertes ha sido minimizado en el discurso público.
"Los grupos terroristas catalanes, al ser más pequeños que ETA, no se estudian o no se dan tanto a conocer. Pero existían. Con esto, las víctimas caen en el olvido", explica Fernández Soldevilla a este medio.
El historiador señala que una de las razones de este olvido radica en la evolución política de algunos de los antiguos miembros de estos grupos. "Muchos de los miembros han tenido cierta importancia política o se han integrado en partidos convencionales y han tenido influencia. Se ha intentado que la política de memoria no se fijara en ellas".
Integración en partidos políticos
Según explica Fernández Soldevilla en su trabajo, "la deriva independentista a raíz del procés ha creado un escenario en el que no sólo se blanquea, sino que a menudo se glorifica a los antiguos terroristas como si fueran una especie de héroes de la patria. Algunos de ellos incluso esgrimen sus delitos de sangre para reclamar protagonismo político".
Un protagonismo político que se ha hecho más evidente durante la época del procés. Para el historiador, figuras provenientes de la órbita de Terra Lliure encontraron espacio en formaciones como la CUP y ERC, así como en distintos movimientos sociales.
Dos activistas de Tsunami tendrían antecedentes por terrorismo
"A raíz del procés ha habido unos cuantos ex miembros de los grupos terroristas que han tenido bastante visibilidad o que se han convertido en 'líderes sociales', intentando aprovechar estas circunstancias para tener un protagonismo que claramente no es correspondido", señala.
Política de baja intensidad
Pese a la radicalización del independentismo en la última década, Fernández Soldevilla subraya que Cataluña no ha experimentado episodios de violencia callejera como los vividos en el País Vasco con la kale borroka.
"En Cataluña, la violencia política se ha quedado en el primer escalón, en la política de baja intensidad", afirma. Sin embargo, advierte del peligro de discursos de odio que se han generado con la deshumanización del contrario.
"Son un caldo de cultivo que pueden desembocar en una mayor violencia en el futuro. Sabemos por experiencia histórica que donde se generan este tipo de discursos y se señala al otro, tarde o temprano es posible que vuelva a ocurrir una violencia de alta intensidad”.
ETA, el 'hermano mayor'
En su estudio, Fernández Soldevilla habla sobre los paralelismos entre ETA y los terroristas catalanes que, a su parecer, son "innegables". "El modelo a seguir de estos grupos es ETA. Tanto es así que los etarras les funciona como una especie de 'hermano mayor': les entrena, les da armas, explosivos... ETA les da el modelo organizativo", asegura a Crónica Global.
No obstante, la relación no era equilibrada. El grupo vasco vio en los catalanes un instrumento para debilitar al Estado y obligar a las fuerzas de seguridad a dividir esfuerzos. "Para ETA son un instrumento en su lucha y se aprovechan". Un claro ejemplo de esta fricción se vivió tras el atentado de Hipercor en Barcelona en 1987, cuando el independentismo catalán se distanció de la banda terrorista.
Tras la Transición, el único grupo que logró sobrevivir fue Terra Lliure, aunque sin el respaldo social ni la estructura que permitió a ETA mantenerse operativa durante décadas.
La mayoría de sus integrantes acabaron integrándose en ERC, partido que, a diferencia de la vía violenta, sí logró ampliar su base y convertirse en una fuerza política determinante. "ERC se ha integrado en el sistema y ha tenido más éxito con la política que con la violencia", subraya el historiador.
Estigmatizar a las víctimas
Para Fernández Soldevilla, la sociedad catalana vive hoy un profundo desgaste tras años de tensiones políticas: "El procés ha sido demasiado largo, ha polarizado y ha roto la sociedad catalana. La gente está cansada y quiere pasar página".
A pesar de ello, sigue habiendo un problema de fondo y es la ausencia de un relato histórico que recuerde a las víctimas del terrorismo catalán. "En Cataluña no hay libros sobre estos grupos terroristas. Los que hay incluso están a favor. Las víctimas están estigmatizadas. En el País Vasco, por ejemplo, se hacen memoriales. En Cataluña este trabajo no se ha hecho".
Y lanza un aviso: "Todo lo que se deja olvidado acaba pudriéndose. Con esto consigues que, en vez de las víctimas, los que cobran protagonismo son los terroristas. Algo que moralmente es reprochable y para un futuro no es un buen caldo de cultivo para una sociedad democrática".
El caso de Bultó
El empresario José María Bultó fue uno de los primeros objetivos de EPOCA. Tal como explica Fernández Soldevilla en su estudio, "le obligaron a quitarse la camisa y le pegaron con esparadrapo un artefacto pequeño en el costado izquierdo del pecho: unos centímetros bajo el corazón. Se trataba de una bomba con un mecanismo de liberación por presión. El torso de Bultó quedó destrozado, pero sus manos estaban intactas. De acuerdo con la sentencia, la bomba se activó "por causas que se desconocen"".
La muerte de Viola
Otro de los casos más sonados fue el asesinato del exalcalde Joaquín Viola Sauret, del partido político Falange Española Tradicionalista y de las JONS y secretario del FC Barcelona. Cuatro miembros de EPOCA asaltaron su piso empuñando pistolas y dispararon contra Viola y su mujer, Montserrat Tarragona.
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