Recortes de Prensa Jueves 6 Marzo 2025

Una fuerza europea en Ucrania. ¿Mareando la perdiz?
Juan Rodríguez Garat. el debate. 6 Marzo 2025

Almirante (R)

En estos difíciles días en los que el presidente de los EE.UU. decide unir su voto a los de Corea del Norte, Bielorrusia, Nicaragua y las dictaduras militares del Sahel para absolver a Putin de su agresión a Ucrania, los ojos de muchos de los pueblos libres del planeta se dirigen a las naciones europeas. Y con razón. No se trata solo de que se libre una guerra en nuestro continente. Nos guste o no, los europeos de hoy tenemos ante nosotros la que quizá sea nuestra última oportunidad de prestar un servicio decisivo a la especie humana.


Puede que Medvedev, el payaso del Kremlin, vea a Europa como una vieja fea y cansada. Es posible que muchos europeos le den la razón. Pero, hoy por hoy, Europa es la última esperanza para quienes querríamos rescatar de sus cenizas la desprestigiada Carta de la ONU. Para quienes, pensando en nuestros nietos, sentimos que merece la pena recordar las solemnes palabras con las que la Carta comienza: «Nosotros, los pueblos de las naciones unidas, resueltos a preservar a las generaciones venideras del flagelo de la guerra…». Puede que todos los pueblos del mundo deseen la paz, pero es obvio que algunos de sus líderes no están por la labor.


El Artículo 4 de la Carta —que es el que parece molestar a Trump y a Putin por igual y, quizá por eso, el que provoca que Elon Musk coquetee con la idea de sacar a los EE.UU. de la organización— exige a los miembros de la ONU abstenerse de recurrir a la amenaza o al uso de la fuerza contra la integridad territorial o la independencia política de cualquier Estado. Pero ¿qué puede hacer el mundo cuándo las dos potencias que tienen los arsenales nucleares más grandes del planeta, ambas con derecho de veto en el Consejo de Seguridad, deciden que las reglas no están escritas para ellos? ¿Qué pueden hacer las ovejas cuando los perros pastores se ponen de acuerdo para devorar a una de ellas? ¿Correr cada una por su lado esperando vivir un día más a costa de otra menos afortunada?


No quisiera criticar a las ovejas. Ellas no pueden hacer más de lo que hacen. Débiles y desunidas, no son rival para los perros pastores que se vuelven lobos. Pero nosotros no somos ovejas. Tenemos alternativas. Puede que Europa sea también débil y esté desunida, pero está en nuestra mano que deje de serlo. Está en nuestra mano recuperar la voz que hoy nos niegan tanto Trump como Putin. Sin embargo, habrá que hacer algo más que hablar para que nos escuchen.


La tarea que los líderes europeos tienen por delante es inmensa. Tienen que acordar una posición común, aunque quizá sea preciso dejar atrás a la Hungría de Orbán y a la Eslovaquia de Fico. Las naciones grandes —las potencias nucleares y quizá Alemania— tienen que liderar, y las que, como España, no pueden hacerlo, bien harán en cerrar filas en lugar de alborotar. Grandes y pequeños, los gobiernos tienen que hacer pedagogía para explicar a sus pueblos lo que está en juego: o ayudamos a que Ucrania resista o dejamos que los pastores renegados redefinan el mundo por nosotros.


¿Vamos por el buen camino? Eso quisiera creer yo. Pero, cuando lo urgente es reemplazar la ayuda militar americana y dar esperanza al pueblo ucraniano, siento que perdemos un tiempo muy valioso cada vez que, en el debate entre los líderes europeos, toma un papel protagonista el cuento de la lechera. O, lo que es lo mismo, el despliegue de fuerzas europeas para supervisar un hipotético alto el fuego en Ucrania.


Cuándo

Para empezar, no hay nada que sugiere que ese alto el fuego esté próximo. Por decir algo tan obvio como que la paz está todavía muy lejos, Trump ha sugerido estos días que quería reemplazar a Zelenski. ¿Con qué derecho? Más importante aún, ¿cómo? ¿Tratará de eliminarlo o de orquestar un golpe de Estado? Cosas así se hacían rutinariamente hace algunas décadas. ¿Llegará hasta ese punto la vuelta al pasado de quien hasta ayer fue nuestro aliado?


Con todo, Zelenski ha hecho bien en cambiar de táctica, ya que no de estrategia. Trump es más vulnerable al halago que a la confrontación. Si el ucraniano se traga el orgullo y juega bien sus cartas, será Putin el que no acepte un alto el fuego en las actuales líneas del frente. Nunca lo haría en la zona de Kursk ocupada por Ucrania. Y menos todavía desde que todos pudimos oír a Trump «reforzando la posición negociadora de Zelenski» por el curioso procedimiento de airear a los cuatro vientos que el ucraniano no tiene ninguna carta ganadora en su mano. De hecho, el dictador ruso no se cansa de decir que no habrá compromiso alguno en la sagrada tarea de «liberar» la totalidad de los territorios de Zaporiyia, Jersón, Donetsk y Lugansk. Y, si lleva más de un año tratando de llegar a Pokrovsk, una ciudad de 60.000 habitantes, haga sus cuentas el lector para saber cuándo podrían callar las armas.


Qué

Llegado el momento del alto el fuego, sería necesario clarificar qué es lo que se pretende desplegando una fuerza de interposición. Si de lo que se trata es de tomar nota de las infracciones de unos y otros, como ocurre con la UNIFIL, es mejor que no vayan. Con o sin casco azul, tendría que haber un organismo que apoyase la labor de las fuerzas desplegadas. Desaparecida la ONU, ¿a quién le importaría que Rusia se burlara del alto el fuego?


Como el control no sirve de nada cuando no está respaldado por una autoridad efectiva, Europa tendría que aspirar a desplegar algo diferente: una fuerza disuasoria. Entienda el lector que esa fuerza debería ser suficientemente robusta, en sus capacidades militares y en sus reglas de enfrentamiento, para plantar cara al Ejército de Putin. Se trataría de conseguir lo que no logró el batallón de cascos azules holandeses que defendía Srebrenica de las fuerzas de Mladic. Para ello, la fuerza desplegada debería ser capaz de garantizar el efecto tripwire: provocar una carnicería en las filas rusas —e, inevitablemente, sufrir un cierto número de bajas en las propias— para asegurar que una reanudación de los ataques rusos supondría un riesgo elevado de provocar una guerra. Es el miedo a esa guerra el que impondría la paz.


Para una fuerza así harían falta muchas decenas de miles de soldados. Pero, cualquiera que sea su número, no funcionará si los EE.UU. no colaboran. Por desgracia, una Europa sin armas nucleares tácticas no puede dar miedo a Rusia sin el apoyo que, hoy por hoy, Washington no quiere dar.


Para qué

Imaginemos que, a pesar de todo, desplegamos esa fuerza. ¿Cuál sería su propósito? ¿El final de la guerra, que tendría que ser acordado por Rusia y Ucrania en unos términos aceptables para ambas partes o un mero alto el fuego que permita a Putin reforzarse para luego proseguir la guerra? Ninguna de las dos opciones parece satisfactoria. Un acuerdo justo parece imposible y un alto el fuego sin garantías de seguridad daría ventaja al agresor.


Quién

Y llegamos al «quién». La respuesta es obvia: una coalición de los que deseen participar. Llegados a este punto, más vale que España esté en la lista. Ni siquiera nos va a costar nada porque no estaremos tratando de separar a Israel y Hezbolá, sino intentando proteger a Ucrania del mayor arsenal nuclear del planeta. Sin la participación de los EE.UU., no habrá interposición hasta que alguien gane la guerra… y, cuando eso ocurra, dejará de ser necesaria.


Ojalá me equivoque, pero me temo que el debate sobre la fuerza de interposición no supone más que marear la perdiz. Y, si es solo eso, bien podrían algunos pacatos líderes europeos creer que pueden presumir de bravura sin correr excesivos riesgos. Por eso, no puedo —y bien que lo siento— finalizar este artículo sin recordar los conocidos versos de Cervantes.


Poema Cervantes artículo de Garat sobre Ucrania

Un valentón de espátula y gregüesco

que a la muerte mil vidas sacrifica,

cansado del oficio de la pica,

mas no del ejercicio picaresco,

retorciendo el mostacho soldadesco

por ver que ya su bolsa le repica,

a un corrillo llegó de gente rica

y en el nombre de Dios, pidió refresco.

“Den voacedes, por Dios, a mi pobreza

--les dice--, donde no, por ocho santos

que haré lo que suelo sin tardanza.”

Mas uno que a sacar la espada empieza

“¿Con quién habla—le dijo—el tragacantos?

Si limosna no alcanza,

¿qué es lo que suele hacer en tal querella?”

Respondió el bravonel: “Irme sin ella”


No sé a usted, pero a mí no me gustaría ver a Europa en esa tesitura.


Tres muertos y más de 30 heridos en un ataque con misiles contra un hotel en la ciudad de Zelenski
Henar Andrés. Madrid. el mundo. 6 Marzo 2025

La decisión de Donald Trump de cortar la colaboración de la Inteligencia de Estados Unidos con el ejército ucraniano supone un nuevo varapalo para Volodímir Zelenski, que se añade a la orden del presidente americano de cortar el suministro de armamento.


En esta situación, el presidente ucraniano tiene previsto participar en la reunión extraordinaria que los líderes de la Unión Europea celebrarán este jueves en Bruselas, donde pretenden impulsar la capacidad de defensa y el apoyo a Ucrania. Zelenski también se reunirá con el secretario general de la OTAN, Mark Rutte.


Mientras, los ataques rusos han dejado cuatro civiles muertos en Ucrania. Tres personas murieron y 31 resultaron heridas en un ataque con misiles contra un hotel en Krivói Rog, la ciudad natal de Zelenski, mientras que un hombre falleció en un ataque con drones contra unos almacenes en las afueras de Sumi.


9:20

Medvédev dice que Macron desaparecerá en 2027 y nadie le echará de menos

El expresidente ruso, Dmitri Medvédev, aseguró este jueves que el líder galo, Emmanuel Macron, "desaparecerá para siempre a muy tardar" en 2027 y nadie le echará de menos.


"Macron por sí mismo no representa una gran amenaza. Desaparecerá para siempre a más tardar el 14 de mayo de 2027. Y nadie le echará de menos", escribió Medvédev, actual número dos del Consejo de Seguridad ruso, conocido por sus declaraciones incendiarias en las redes sociales.


El funcionario ruso respondía así a las declaraciones de Macron en las que el líder galo tachó a Rusia como una "amenaza para Francia y Europa".


8:35

Zelenski aplaude el discurso de Macron y pide que no se haga capitular a Ucrania

Volodímir Zelenski ha agradecido a Emmanuel Macron el discurso pronunciado anoche por el presidente francés en el que insistía en la urgencia de que Europa dependa de sí misma para defenderse de amenazas como la de Rusia.


"Le estoy agradecido a Emmanuel Macron por su visión clara y sus esfuerzos conjuntos para lograr la paz", escribió en X el ucraniano, que agregó que la paz "debe ser real, no simplemente una palabra". Zelenski remachó que "no puede significar la capitulación o el colapso de Ucrania".


En su discurso de anoche, Macron también declaró abierto el "debate" sobre la posibilidad de extender a sus aliados el paraguas nuclear que ofrece a Francia su armamento nuclear. "Apreciamos profundamente el liderazgo y los esfuerzos de todos los que apoyan a Ucrania y refuerzan las capacidades defensivas de Europa", dijo también Zelenski.


8:20

Ucrania derriba 68 drones de los 112 lanzados por Rusia

El ejército ucraniano dijo el jueves que Rusia lanzó dos misiles balísticos y 112 drones para atacar el país durante la noche.


La fuerza aérea dijo que derribó 68 drones y que otros 43 no alcanzaron sus objetivos probablemente debido a contramedidas electrónicas.


7:55

Rusia ataca con drones infraestructuras energéticas en Odesa

Los drones rusos han atacado infraestructuras energéticas en la región ucraniana de Odesa, en el sur del país, durante un ataque masivo nocturno, según ha informado este jueves su gobernador, que ha dicho que dos personas han resultado heridas.


7:50

Zelenski participará en el Consejo Europeo y se reunirá con Rutte

El presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, tiene previsto participar en la reunión extraordinaria que los líderes de la Unión Europea celebrarán este jueves en Bruselas, donde pretenden impulsar la capacidad de defensa y el apoyo a Ucrania. Zelenski también se reunirá con el secretario general de la OTAN, Mark Rutte.


7:40

Tres muertos y 31 heridos en bombardeo ruso contra la ciudad de Zelenski

Un ataque aéreo ruso ha matado a al menos tres personas en la ciudad de Krivói Rog, de donde es natural el presidente Volodímir Zelenski, según informó en sus redes sociales el gobernador de la región de Dnipropetrovsk, donde se encuentra la urbe, Serguí Lisak.


"Tres personas murieron en Krivi Rig en el ataque nocturno con un misil, dos hombres y una mujer", dijo Lisak, que cifró en 31 el número de heridos.


El ataque destrozó un hotel de la ciudad y provocó daños en 14 bloques de viviendas, una oficina de correos y una veintena de automóviles y de tiendas.


Neofachas Trumpistas-Putinistas
Santiago Navajas. libertad digital. 6 Marzo 2025

En los últimos años, ha surgido un fenómeno político que podemos denominar neofachismo trumpista-putinista. La afinidad entre los seguidores de Donald Trump y de Vladímir Putin es un síntoma de una corriente más profunda. Aunque Trump y Putin provienen de contextos históricos y culturales distintos, el ambiente mafioso del capitalismo tóxico neoyorquino y la atmósfera criminal soviética, tienen más en común de lo que pudiera parecer, con sus bases de apoyo compartiendo ciertas características que han culminado con esta sintonía entre disonantes: un rechazo al multilateralismo, una nostalgia por un pasado idealizado de poder nacional, y una retórica que exalta la fuerza sobre el consenso.


Tanto trumpistas como putinistas han consagrado un estilo matonista en lugar del talante por el acuerdo pacífico. En la dialéctica amigos y enemigos han elegido como aliados a los que hacen uso de la fuerza bruta hasta el asesinato, de Corea del Norte a Arabia Saudí, y como enemigos a los que tienen en común un compromiso con los valores del espíritu liberal occidental, a los que desprecian. Su promesa de "Make América Great Again" se corresponde con una visión aislacionista y solipsista que desconfía de instituciones fundadas según parámetros de la democracia liberal, el libre mercado y la defensa de los derechos humanos, como la OTAN o la Unión Europea.


Por otro lado, los trumpistas-putinistas admiran la mano dura del dictador ruso, su desafío a Occidente y su defensa de valores reaccionarios frente a lo que perciben como la decadencia liberal. Estos neofachas llaman despectivamente "liberalios" a los liberales y se burlan de los conservadores clásicos, la "derechita cobarde", ya que ellos son más del irascible y sarcástico Donoso Cortés que del irónico y apacible Chesterton.


La convergencia de estas posturas se ha hecho más evidente desde que Trump expresó en múltiples ocasiones su admiración por Putin, calificándolo de "fuerte" y "listo", mientras Putin ha elogiado la disrupción que Trump representa para el orden global liderado por Estados Unidos. Tanto monta, monta tanto, Vladimiro como Donaldo.


Los neofachas trumpistas-putinistas no solo comparten una retórica antiestablishment, sino también una admiración hacia tácticas autoritarias. La invasión rusa de Ucrania en 2022 y las ambivalentes respuestas de los trumpistas –que justificaron la encerrona de Trump a Zelenski en lo que han convertido en la Checa Blanca– han reforzado la percepción de que esta corriente busca un mundo donde el poderío militar y el unilateralismo reemplacen a las normas democráticas. En redes sociales y foros, no es raro encontrar a estos simpatizantes celebrando tanto las victorias electorales de Trump como las maniobras geopolíticas de Putin, a menudo bajo el pretexto de una supuesta lucha contra las élites globalistas. Como nos advirtió Orwell, manipulan el lenguaje de modo que ahora llaman "paz" al sometimiento bélico a Putin y "una oferta que no podrás rechazar" a la explotación y la confiscación.


Sin embargo, esta alianza de facto no está exenta de paradojas. Trump, un representante del capitalismo nihilista y extractivo, un ejemplar del financiero psicópata repeinado que describió Oliver Stone en Wall Street, y Putin, un exagente del KGB nostálgico del gulag y los planes quinquenales, representan en apariencia sistemas económicos y políticos opuestos. Sus seguidores, además, no forman un bloque monolítico: mientras algunos trumpistas rechazan a Putin por su pasado soviético, ciertos putinistas ven a Trump como un oportunista sin profundidad ideológica. Aun así, la percepción de una causa común persiste, alimentada por una desconfianza compartida en Trump y Putin hacia las instituciones liberales y un apetito común entre sus mesnadas por líderes que proyecten dominio sin concesiones y violencia sin límites. Si Chateaubriand los contemplase volvería a exclamar su célebre frase sobre el vicio apoyado en el crimen.


Los neofachas trumpistas-putinistas en su convergencia suponen una amenaza a los valores democráticos en su interpretación liberal porque suponen la consagración de la democracia en su vertiente populista, que describía Aristóteles como degeneración del gobierno del pueblo por ejercer una tiranía de la mayoría a través de líderes carismáticos sin escrúpulos. A medida que el mundo enfrenta crisis como la guerra en Ucrania o la debacle republicana en Estados Unidos, el ascenso de los trumpistas-putinistas desafiará cada vez más el mismo concepto de Estado de Derecho, la existencia de mercados libres y el intento de que las relaciones internacionales no colapsen en la ley del más fuerte.


En suma, los neofachas trumpistas-putinistas comparten la querencia por un nacionalismo agresivo, un autoritarismo personalista, un desprecio por las instituciones democráticas, el uso del chantaje como palanca de negociación y un antirracionalismo que es el reverso en la derecha del movimiento woke en la izquierda.


En España opera algo semejante a una escala más reducida pero no menos tóxica: el sanchismo-puigdemonismo. La cuestión es si en Estados Unidos resistirán las instituciones liberales, del Tribunal Supremo a la separación de poderes, el asalto del tsunami trumpista-putinista. En España lo veo mucho más difícil, por la falta de tradición y de ethos liberal, respecto al asalto conjunto de los socialistas y nacionalistas, ya que los primeros no creen en el imperio de la ley y los segundos detestan la misma noción de España. De nuevo, hay que imaginarse a Chateaubriand contemplando entre horrorizado y resignado a Sánchez y Puigdemont dando un golpe contra el sistema constitucional y la Nación española, ante el silencio cómplice de la mitad de España y el aplauso miserable de la mitad de Cataluña. Contra lo que suponía Fukuyama, no estamos ante el fin liberal de la historia, sino más bien en la historia del fin liberal.


Europa entre el conflicto geopolítico y el desconocido coste de la paz
Agustín Rosety Fernández de Castro. libertad digital. 6 Marzo 2025

Alguien en la Casa Blanca quiso reeditar la imagen de Vercingetórix ante César después de Alesia. O la de Luisa de Prusia suplicante ante Bonaparte en Tilsit. Pero no había gloria en el supuesto vencedor -hasta ahora, sólo en las elecciones- ni estoica resignación en el supuesto vencido. Lo que vimos desde nuestras casas fue prepotencia en una de las partes y gallardía en la otra; iguales, en un universo wetsfaliano, tan desiguales en el interregno que vivimos. Era eso lo que se quiso escenificar mirando a Moscú, verdadero rival de Washington en este vasto y prolongado conflicto de intereses euroatlántico, desvelar bruscamente su entramado y sacrificar una víctima, por ambas partes detestada, para propiciar el entendimiento.


Ucrania no ha perdido, ni Rusia ganado, una guerra proxy en la que se ha polarizado la rivalidad entre Occidente y Rusia, no ya ideológica como en la Guerra Fría, sino geopolítica, como lo había sido siempre y ha vuelto a ser. Es una guerra proxy o delegada porque, en un conflicto generalizado entre la Alianza Atlántica, dinamizada por la superpotencia americana, y Rusia, poseedora del mayor arsenal nuclear del mundo, lo impensable puede suceder. Una guerra limitada, pero de alta intensidad, en la que Ucrania, defendiendo con bravura su identidad nacional y su libertad, derrama también su sangre por esa Europa a la que desea unirse, a cambio de ser sostenida en su lucha por un Occidente idealista y multilateralista que se ha guardado mucho de implicarse en ella.


A comienzos de esta década, Occidente, complacido en su éxito durante las tres anteriores, venía creyendo que el orden liberal y la globalización eran el mejor antídoto de la guerra. La Alianza Atlántica, desaparecida la URSS tras la Guerra Fría, se había conservado y aun ampliado como testigo del triunfo del orden liberal. Rusia que, por el contrario, veía las cosas en un contexto geopolítico, en 2014 estaba ya preparada para la acción, e intervino en Ucrania durante la Euromaidan mediante una estrategia híbrida. La crisis se zanjó en los Acuerdos de Minsk que respetaron la soberanía y las fronteras de Ucrania, garantizadas por el Memorándum de Budapest de 1994, pero Rusia se quedó con Ucrania y con su base de Sebastopol.


Pretendo así, en primer lugar, atraer la atención de los lectores al hecho, ahora evidente, de que la guerra de Ucrania es la manifestación violenta y limitada de un conflicto mayor entre la comunidad euroatlántica y Rusia. Y, segundo, que fue en el marco de ese conflicto en el Rusia provocó la crisis en diciembre de 2021, exigiendo a Estados Unidos y a la Alianza Atlántica un compromiso de neutralización de Ucrania, crisis que desembocó en la invasión de su vecino eslavo en abierta violación de la Carta de las Naciones Unidas. Quede claro, ante todo, que Rusia fue la agresora, pues una mentira repetida cien veces puede alcanzar visos de verdad. Y que no sólo es Ucrania, sino Europa la que se encuentra ante un riesgo geopolítico objetivo que, complacida en su soft power, no había sabido afrontar.


Ucrania defendió denodadamente su libertad y su soberanía frente a la agresión rusa en 2022, y tuvo éxito. En mayo, debió haberse puesto final a la crisis internacional mediante un compromiso cuando Rusia se encontraba en un momento de debilidad, pero la Administración Biden despreció la oportunidad que representaba el Protocolo de Estambul. La guerra continuó, sin advertir que las sanciones económicas no eran suficientes para derribar a una Rusia resiliente. Luego, las fuerzas ucranianas, privadas del elemento aéreo esencial para la aplicación de la Air Land Battle Doctrine, fracasaron en la maniobra operacional. La subsiguiente guerra de desgaste no puede ser indefinidamente soportada por Ucrania sin un apoyo norteamericano que se le acaba de negar.


Después de tres años de guerra, un nuevo líder de Occidente ha dado una patada a la mesa heredada de la Administración demócrata para jugar una nueva partida con China, y para eso tiene que abandonar las que los Estados Unidos jugaban. En Oriente Medio, Israel ha logrado expulsar de la partida a la banda chiíta. Sólo queda a Donald Trump llenar el vacío de Gaza moviendo a los árabes a concertarse con Israel como buenos hijos de Abraham. En Europa, salir del compromiso con Ucrania -solemnemente adquirido por Estados Unidos como garante en el Memorándum de Budapest de 1994- no es tan sencillo, porque no hay victoria que administrar. Aquí el pequeño David ucraniano sigue luchando contra el Goliat moscovita sin que las piedras de su honda, dosificadas con cicatería por sus sedicentes aliados occidentales, hayan logrado derribarlo.


El Presidente norteamericano, a quien los obstáculos materiales o morales no le arredran, ha querido en un gambito simplificar el tablero sacrificando a Ucrania y a Europa, que estorbaban su deseado diálogo con Rusia para poner fin a la guerra, a la crisis internacional e incluso al conflicto geopolítico subyacente. Para ello, ha mostrado su desdén, a Europa en Múnich, por medio de su Vicepresidente, y a Ucrania en Washington. Luego, en rondas sucesivas de conversaciones en Riad y Estambul, las delegaciones rusa y norteamericana han negociado lo esencial para restaurar sus relaciones mutuas.


La concertación de Estados Unidos con Rusia a espaldas de la valerosa Ucrania y de la orgullosa pero indolente Europa sólo puede contemplarse a este lado del Atlántico como una "traición a los parientes", una de tantas ingeniosas expresiones de Samuel Hunttington para describir la forma en que una gran potencia puede forzar a sus clientes, en una crisis, a sacrificar sus intereses en aras de un compromiso que ponga fin a la misma. En este caso, Ucrania representa a los ojos de Rusia a una infiel Helena de Troya, entregada políticamente a Occidente por su amor a la libertad. Pero tres años de lucha no pueden zanjarse dejando la víctima a merced del agresor sin que, desde la occidentalizada Polonia, víctima de episodios similares, resuene la autorizada voz de Lech Valessa: "La gratitud se debe a los heroicos soldados ucranianos que derramaron su sangre en defensa de los valores del mundo libre".


Según el expeditivo estilo de la nueva Administración norteamericana, es decir, a empujones, el Presidente ucraniano ha sido inducido a aceptar un verdadero diktat sobre explotación de minerales y tierras raras que vincula a ambas partes en la solución a la que se llegue. El acuerdo en sí no tendría por qué ser malo, sobre todo estando orientado a la reconstrucción, aunque sea bajo la óptica del beneficio que parece ser el norte del magnate estadounidense. Lo inaceptable son las formas, esenciales en democracia, y tal vez más el desconocido coste de la paz, en los términos de una negociación con Rusia de la que las naciones de Europa y la misma Ucrania han sido excluidas.


Si los negociadores del Kremlin se levantasen de la mesa triunfantes del conflicto geopolítico patente en el órdago de diciembre de 2021, Europa vería agravado ese riesgo existencial que Vance negó en la Conferencia de Múnich de marzo de 2025, puesto que Rusia jamás ha cumplido lo pactado. Entiéndase bien, he dicho Europa, no la Unión Europea, con la que tantas veces se llama a confusión; la realidad parece haberse impuesto cuando los líderes de nuestras decadentes naciones -dicho sea con el mayor sentido de pertenencia- han tenido que ser convocados por el premier del no menos decadente y extracomunitario Reino Unido para tratar de cuestiones tan serias. Carente de soberanía, la Unión Europea no es un actor estratégico.


En nuestros oídos resuena el eco del Santo Papa Wojtyla: "Europa, sé tu misma". ¡Cuánto tiempo perdido desde que se pronunciaron estas proféticas palabras! Cuanto esfuerzo para edificar una unidad solamente burocrática mientras se sustituían nuestros verdaderos valores por un progresismo hueco… Más allá de esos 800.000 millones de euros prometidos con voluntarismo burocrático por Ursula Von der Leyen, Europa necesita una verdadera catarsis moral para edificar un "ejército europeo", verdadero pilar de la Alianza Atlántica a este lado del Océano. Su construcción sólo puede ser fruto de la sinergia de las Fuerzas Armadas de las naciones del Viejo Continente que, siendo ellas mismas, inspiren la moral de sus militares en defensa de su identidad y de la adhesión a la libertad legados por nuestra Historia. El valor mostrado por Ucrania en su defensa nos honra y nos concita.


Agustín Rosety Fernández de Castro es General de Brigada (Ret.) del Cuerpo de Infantería de Marina.


Un misil ruso destruye un hotel en la localidad natal de Zelenski y deja 4 muertos y 31 heridos
Antonio Fernández. la razon. 6 Marzo 2025

Un ataque con misiles lanzado por las fuerzas rusas contra un hotel en Krivói Rih, en la región de Dnipropetrovsk, dejó un saldo de al menos cuatro muertos y 31 heridos, entre ellos un niño. El ataque ocurrió alrededor de las 22:00 horas, convirtiendo una tranquila noche en una escenario de horror. El misil impactó directamente en la infraestructura civil, provocando un incendio y la destrucción de una escalera del hotel. "Se produjo un incendio. La infraestructura civil resultó dañada. Es posible que haya gente bajo los escombros", informó Sergiy Lysak, jefe de la Administración Militar de Dnipropetrovsk. Las llamas se extendieron rápidamente, dificultando las labores de rescate.


Entre las primeras víctimas confirmadas se encontraba un hombre de 53 años. Con el paso de las horas, el número de fallecidos aumentó a cuatro, incluido un hombre de 43 años que murió en el hospital al día siguiente. "Los primeros heridos ya están en el hospital en el quirófano, están graves", declaró Oleksandr Vilkul, jefe del Consejo de Defensa de Krivói Rih.


A lo largo de la madrugada, el número de heridos ascendió a 31 personas, con 14 en estado grave. Entre los afectados se encontraba un niño cuya identidad no ha sido revelada. El Servicio Estatal de Emergencias de Ucrania informó que 19 personas fueron rescatadas de entre los escombros.


El ataque también causó graves daños materiales, afectando 14 edificios de apartamentos, una oficina de correos, un centro cultural, 12 tiendas y 19 automóviles. "Los equipos de rescate continúan despejando los escombros. Se ha desplegado el 'Punto de Invulnerabilidad' y los psicólogos ya han prestado asistencia a 10 víctimas", señaló el Servicio Estatal de Emergencias.


Reacciones y consecuencias

Krivói Rih, ciudad natal del presidente Volodimir Zelenski, ha sido blanco frecuente de ataques rusos debido a su ubicación estratégica a unos 70 kilómetros de la línea del frente. El presidente condenó el ataque y reiteró su llamado a la comunidad internacional para fortalecer la defensa aérea de Ucrania.


Las autoridades locales han expresado su indignación por el ataque a la población civil. "Esto es un acto de barbarie que deja claro que el enemigo no distingue entre objetivos militares y civiles", afirmó un residente afectado.


Esta mañana los servicios de emergencia han logrado extinguir el incendio y continuaban las labores de rescate con la esperanza de encontrar posibles supervivientes bajo los escombros. La ciudad se enfrenta ahora a la ardua tarea de reconstruir las vidas destrozadas y los edificios dañados, mientras las autoridades ucranianas insisten en la necesidad de mayor apoyo internacional para proteger a la población civil.


Trump suspende el intercambio de información de Inteligencia con Ucrania
La decisión se ha confirmado por el director de la CIA y afecta a los ataques de largo alcance dentro de Rusia
Marta Torres. okdiario. 6 Marzo 2025

Estados Unidos ha interrumpido gran parte de su intercambio de inteligencia con Ucrania, lo que ha reducido el flujo de información vital que Kiev ha utilizado para atacar Rusia. La suspensión del intercambio de inteligencia incluye el cese de envío de datos que las agencias de espionaje estadounidenses suministran a Kiev para atacar con drones y misiles de largo alcance Rusia. El director de la CIA, John Ratcliffe, ha confirmado este miércoles la citada suspensión del envío de información de inteligencia. En cambio, Ratcliffe ha destacado que Washington volverá a compartir estos datos con Zelenski cuando el ucraniano ofrezca muestras de que está comprometido con la paz.


La suspensión se ha producido después de que Donald Trump haya congelado las futuras entregas de armas a Ucrania. Esta orden se ha realizado para presionar al presidente ucraniano Volodímir Zelenski a entablar negociaciones de paz con Rusia. Estos movimientos de Trump se han producido después de la bronca del pasado viernes en el Despacho Oval entre Trump y Zelenski. Entonces, el presidente ucraniano se había desplazado a Washington para la firma del acuerdo de tierras raras. El pacto estaba destinado a allanar el compromiso de EEUU de prestar apoyo político y militar a Ucrania frente a Rusia. En cambio, las tensiones salieron a relucir después de que Zelenski se quejase de la falta de garantías de Trump. La visita estalló cuando Zelenski le echó en cara a Trump que creyese a un «asesino» en referencia al presidente de Rusia Vladímir Putin.


La inteligencia proporcionada por Estados Unidos se considera clave para la capacidad de ataque profundo de Ucrania -con misiles como Storm Shadow y Atacms- y para identificar a las fuerzas rusas tras las líneas enemigas. Los ataques ucranianos a las líneas de suministro y al interior de Rusia han contribuido a frenar el avance del ejército ruso.


Starmer y Macron irán con Zelenski a ver a Trump

El primer ministro británico Keir Starmer y el presidente de Francia Emmanuel Macron han destacado que valoran acompañar a Zelenski a la Casa Blanca en las próximas semanas para salvar la relación de Ucrania con Trump tras la bronca en el Despacho Oval. La visita formaría parte de un plan a tres bandas, elaborado por los aliados europeos de Kiev.


Trump espera ahora que Zelenski ofreciera algo más que el acuerdo sobre tierras raras para hacer avanzar las conversaciones de paz.


La Casa Blanca ha confirmado que ha abierto conversaciones sobre una nueva ronda de conversaciones este miércoles. Trump leyó el pasado martes ante el Congreso durante su discurso la carta que le ha mandado Zelenski tras la bronca en el Despacho Oval. Entre las concesiones de Zelenski, se encuentran la liberación de prisioneros y la prohibición de disparar misiles de largo alcance.


Keir Starmer y Emmanuel Macron, como líderes de una «coalición de voluntarios» europeos, han elaborado propuestas para un acuerdo y garantías de seguridad tras la guerra junto a Kiev, que se presentarán a Trump como parte de los esfuerzos para recuperar su apoyo. En cambio, en los últimos días, ya han empezado a surgir las grietas entre los líderes europeos sobre quién lideraría las diferentes propuestas y el grado de compromiso de cada país europeo.


Gruñidos imperiales
Luis Alejandre. la razon. 6 Marzo 2025

Con el título original «Imperial Grunts», Robert Kaplan (1) dedicaba emocionado, respetuoso, cercano, un magnífico ensayo, a los marines estadounidenses muertos o heridos en los combates de Faluya, Irak, en abril de 2004. Eran otros tiempos. Entonces, ya adelantaba que americanos y europeos no compartían una misma visión del mundo. En la importantísima cuestión del poder (su utilidad o su moralidad) se habían separado aún más, si es que alguna vez coincidieron. «Mientras la UE defiende que sea el estado de Derecho y no la fuerza bruta, quien decida cómo se gobierna el mundo, los EE.UU. ven el mundo como un lugar anárquico y violento en el que a veces la única forma de resolver los problemas internacionales, es demostrando quién manda, sin descartar el uso de la fuerza», escribía a su vez Robert Kagan (2), el también tratadista americano, que nos recordaba aquel viejo dicho: «En cuanto se tiene un martillo, todos los problemas empiezan a parecer clavos; pero las naciones con escaso poderío militar, corren también el peligro inverso: si no se tiene un martillo, no se quiere ver nada que se parezca a un clavo».


El problema no es nuevo, dice Kagan. Madelaine Albright pasó por ser «la primera secretaria de Estado en la historia de los Estados Unidos, cuya especialidad diplomática consistía en sermonear a otros gobiernos, emplear un lenguaje amenazante y jactarse sin ninguna gracia del poder y la virtud de su país».


Zelenski en la televisada reprimenda, pagaba pecados de muchos, durante mucho tiempo. Ni De Gaulle ni la «ostpolitik» que lucharon en pro de una unidad militar, consiguieron que una Europa preocupada por la economía y el bienestar, también se preocupase por su propia defensa. Sus iniciativas solo sirvieron para conservar el honor y cierta libertad de acción. Poco más. Cuando Francia, ya en 1958, se negó a poner su flota del Mediterráneo a las órdenes de la OTAN y se retiró finalmente de su mando integrado en 1966, no lo hizo por antiamericanismo. De Gaulle era más que consciente del esencial apoyo americano durante la Segunda Guerra Mundial. Lo hizo, porque entendía que Europa no podía delegar su seguridad en un país externo y porque intuía que, en una guerra nuclear, Washington no sacrificaría Nueva York o Filadelfia por defender a París o Berlín. De ahí su iniciativa de crear una propia capacidad nuclear, su «force de frappe», iniciativa que también asumió el Reino Unido. Otras propuestas tampoco prosperaron. Churchill y Pleven, durante la crisis de Corea, ya plantearon unir esfuerzos. La UEO (3) nacería en1954 con vocación de integrar contingentes militares nacionales bajo mando de la OTAN. El mismo Tratado de Cooperación franco alemán de 1963 ya preveía integración de sus fuerzas como núcleo duro de un futuro ejército. El hoy testimonial Cuerpo Europeo.


El final de la Guerra Fría no hizo más que ahondar la ya profunda sima que desnivelaba el poderío europeo respecto al estadounidense. El hecho de que el 11-S los americanos sintiesen en sus propias carnes los efectos de una guerra, les hizo aún más conscientes de su papel de policía universal. Dos océanos habían resguardado a sus ciudades del efecto de las guerras mundiales, salvo la externa Pearl Harbor. Y ya sabe el lector cómo reaccionaron.


Intuyo lo que opinan hoy Robert Kaplan («nos dirigimos a aguas desconocidas») y Kagan sobre la postura de su presidente. Como puedo imaginar lo que opinan muchos militares americanos que conozco. Imagino que sintieron la vergüenza que sentí yo el viernes 27 de febrero, al presenciar aquella encerrona bufa en el Despacho Oval, más propia de los Carnavales de Cádiz que del lugar en que se decide –salvo Clinton con traje y su becaria– la política internacional. La tragedia de una guerra, el respeto a muertos, heridos y prisioneros, incluidos rusos y ucranianos, merecían que el tema fuese tratado en la confidencialidad de un despacho, con respeto a las más elementales reglas de la diplomacia y el Derecho Internacional. Responsabilidad y respeto, que llevarán seguramente a Zelenski a asumir condiciones.


Hoy, jueves 6 de marzo, nueva cumbre en Bruselas a la que seguirán muchas más. Difícil recomponer en semanas décadas de desarme, conformadas en aquel fatídico «ellos preparan la cena; nosotros lavamos los platos». Como señala el teniente coronel Vindman (4): «Trump comparte con Putin la idea de que solo los más fuertes tienen derecho a la soberanía y todos los demás son piezas de cambio y de conquista». España debe tomar nota: los fosfatos norteafricanos y las tierras raras ucranianas.


Aunque insuficiente, indiscutible prestigio moral ganado por Zelenski, sereno ante los vergonzosos «gruñidos imperiales» de Trump y Vance. Su vida corre indiscutible peligro; pero si yo fuese el jefe de seguridad de Trump, estaría seriamente preocupado.


(1) Ediciones B. 2007. (2) «Poder y debilidad» Taurus. 2003. (3) Unión Europea Occidental. (4) Responsable de Ucrania en el primer Consejo de Seguridad Nacional presidido por Trump. Destituido al finalizarlo.


Luis Alejandre Sintes es general (r).


Liquidación
Juan Carlos Girauta. el debate. 6 Marzo 2025

El gran traidor, el gran mentiroso, el gran arrogante se venderá la nación y la soberanía, la fuerza de la ley y la viabilidad de España a trozos hasta que no quede nada. Salvo que se le detenga antes. Lo primero lo saben todos, los que lo deploramos y los que se benefician con la continuidad del régimen. Lo segundo, parar este infernal proceso, solo puede hacerse en las urnas. Pero a condición de que antes se comprendan las dimensiones del asunto, de la amenaza, y de que se actúe en consecuencia también antes de la hora de votar. Y la única manera de actuar en consecuencia con un autócrata peligroso y patético (chulito dentro, nulo fuera) es tratarle como tal. Cualquier equívoco al respecto es fatal. Quienes lo sigan señalando como el dictadorzuelo inmoral, nepotista y falsario que es solamente en los momentos en que se produce la enajenación de lo que es nuestro y sagrado, procurándole en los ínterin las formas habituales de relación propias de un país normal en una etapa normal, contribuirán a la liquidación de España.


Liquidar España no se hace en un día. Si así fuera, el canalla ya lo habría hecho. Desmontar la cohesión de una vieja nación toma su tiempo, y estoy dispuesto a aceptar que, en la mente del ignaro presidente, el horizonte de nuestra disolución ni siquiera se contemple. Aterrizó hace seis años en la cima de una estructura largamente construida, llena de equilibrios, historia, tecnicismos, cuerpos de élite, tradiciones, usos y costumbres… y un Estado que se comporta financieramente como un obeso mórbido. Allí subido se dijo que podía cambiar fichas de poder legítimo, fichas que son de otros, de todos, nuestras, por poder personal, por permanencia en el cargo y por control del BOE. De los cachos de soberanía que se va vendiendo hacen acopio sus chantajistas, delincuentes con partidos políticos que dan la mayoría. Hace ya mucho que se dejó atrás lo razonablemente negociable en un Estado compuesto. Y cuando digo mucho me refiero a los momentos anteriores al pacto del Majestic, con Aznar eliminando la mili y regalando los puertos.


Hay una negligencia terrible en las dejaciones de los dos partidos de turno que se puede reconducir a una renuncia cultural. De eso me he cansado de hablar y de escribir. La inmersión se ha impuesto contra las sentencias judiciales, y ni PSOE ni PP han movido un dedo para detener la aculturación de la gran mayoría de los catalanes, castellanoparlantes de primera o única lengua. La desaparición de España, su borrado en el mejor de los casos y su demonización en el peor, ha sido rematadamente fácil por la misma razón. Los separatas saben cómo amenazar, como acosar y cómo reventarte la tranquilidad. Pero lo que se podía luchar en una guerra cultural, de ideas, está muerto. Solo unos cuantos quisimos pelearlo, pero la mayoría de los afectados por el tratamiento pujolista (el andaluz no tiene alma y hay que darle una) están encantados


Sánchez desguaza en España lo que defiende en Ucrania
Agustín de Grado. okdiario. 6 Marzo 2025

¿Se imagina usted, admirado Volodímir Zelenski, apoyándose en los prorrusos ucranianos, que los hay, para defender la soberanía e integridad territorial de su valiente nación? Pues eso es lo que hace Pedro Sánchez exactamente: gobernar España con quienes pretenden romperla. Así que recele del supuesto aliado que llegó queriendo suprimir el gasto militar y ahora se pone en primera línea de combate para defender un país lejano mientras fomenta el desguace del suyo. No se crea sus sentidos abrazos cuando los perpetre en las cumbres internacionales. Está utilizándole, como hace con todo y con todos, para un fin exclusivamente particular, el de conservar el poder. Aunque el precio sea dinamitar el Estado desde dentro del propio Estado.


¿No le extraña que nuestro presidente se refiera a Putin como nazi, cuando usted y todos sus sufridos compatriotas saben que el dictador ruso hoy, ex agente del KGB soviético ayer, es un heredero político de Stalin y aquella tropa de genocidas que sacrificó a millones de campesinos ucranianos en el altar del colectivismo socialista?


Busque las fotos en la hemeroteca. A la vez que la hambruna provocada por el sóviet llevaba a las madres ucranianas a comerse a sus hijos, según el estremecedor relato de Grossman, en la Puerta de Alcalá de Madrid colgaban los retratos de Lenin y Stalin durante el gobierno del Frente Popular del que participaba el PSOE. Una época de nuestra historia que ahora el Gobierno de España pretende transformar en una pacífica Arcadia democrática mediante la magia de una ley de memoria que reescribe el pasado al antojo de quien gobierna. Y de quien tiene capacidad para chantajearle.


No se deje engañar. Sánchez pretende identificar a Putin con el nazismo para ocultarle a usted y a su brava nación, víctima del comunismo, que gobierna España con el apoyo de los nostálgicos de la hoz y el martillo y jóvenes putinistas, hermanados por su odio a EEUU y todo lo que represente los valores de Occidente. Si la ayuda militar que España le va a prestar dependiera de una votación en el Congreso, usted tendría que dar las gracias a Feijóo, a quien nuestro presidente compara con los colaboradores de Hitler para alimentar su política de polarización interna. Porque tenga seguro que esto, la división entre los españoles, es lo único que le interesa de su guerra, una vez ha descubierto que algunas torpezas de Trump funcionan mejor ante el votante TikTok de encefalograma plano que esa cantinela del franquismo en blanco y negro.


Esta semana, Sánchez ha rendido el control de las fronteras al partido que buscó el apoyo de Putin al golpe que pretendía acabar con nuestra unidad nacional. ¿Usted tendría a gente así cerca de su Gobierno para proteger la de Ucrania? Pues aquí se les concede todo lo que pidan para no perder sus siete votos. De tal forma que lo que para nuestro presidente es un día «competencia exclusiva del Estado» pasa al siguiente a estar en manos del feudo independentista, y Puigdemont lo celebra como un paso de gigante hacia el futuro Estado catalán y su proyecto de pureza étnica. Es la normalidad cotidiana en una nación amenazada desde dentro por quien presume defender la integridad de otra a más de 3.000 kilómetros de distancia.


El sanchismo hace de Franco un negocio
OKDIARIO. 6 Marzo 2025

OKDIARIO viene informando de la pretensión del Gobierno de convertir las aulas en una reedición del viejo enfrentamiento entre las dos Españas. El plan del Ejecutivo pasa por llevar a los colegios la Guerra Civil y la dictadura franquista a fin de fomentar los debates entre los alumnos, que serán separados en dos bandos en función de sus respuestas. En el colmo del delirio se marcarán espacios físicos diferenciados para situar a los estudiantes a izquierda o derecha.


La encargada de poner en práctica este plan será la Fundación Cives, que es quien hará el diseño de las unidades didácticas para llevar a las aulas la polémica Ley de «memoria democrática». Y qué casualidad, la fundación está presidida por Victorino Mayoral, ex diputado del PSOE y cargo histórico socialista. Afiliado al partido desde 1975 fue, entre otros, consejero de la Junta de Extremadura entre 1993 y 2000, además de delegado de Educación del PSOE. Esta fundación se presenta como «independiente y laica» y afirma que «trabaja por una educación al servicio de los valores de ciudadanía, democracia y derechos humanos». Laica, por la cuenta que le tiene, e independiente, un cuerno. Se llevará por esta martingala 257.040 euros.


Entre las actividades propuestas está un Barómetro de valores, que divide a los alumnos según sus opiniones sobre Franco. Los alumnos tendrán que ir situándose de un lado a otro en función de lo que opinen sobre varias afirmaciones: «En la Guerra Civil mataron tanto unos como otros, fueran del bando que fueran», «si la guerra la hubiera ganado la República, habría existido la misma represión que con el franquismo», «España le debe mucho a Franco y a sus 40 años de paz», «las heridas de la guerra se cerraron hace ya mucho tiempo y no merece la pena reabrirlas», «lo que pasó durante la Guerra Civil no podría volver a pasar en la sociedad actual» o «quienes muestran más interés en estas cuestiones de la Guerra Civil son personas de izquierda o muy implicadas en la política». Lo que faltaba: el socialismo ha hecho de la figura de Francisco Franco un negocio.


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¿La Constitución?
Juan Abreu. Vozpópuli. 6 Marzo 2025

Provoca un enorme estupor en cualquier observador más o menos cuerdo, que el nuevo Golpe de Estado del tribalismo catalán (léase nacionalismo o catalanismo, como prefieran) se lleve a cabo con la complicidad del Gobierno de España. Esto es posible, dejemos a un lado la cháchara política y el pensamiento grupal, porque los intereses de los ciudadanos españoles han dejado de coincidir con los intereses del Gobierno de España.


Olviden el Congreso (del Senado, mullido retiro de chupópteros de los partidos políticos, mejor no hablar), el Congreso de los Diputados es una función de teatro bufo en el que los partidos representan sus grotescos papeles con el mayor cinismo, analfabetismo, y sin el menor pudor. La corrupta socialdemocracia bipartidista española nos ha traído hasta este vergonzoso pudridero comarcal. La burricie y el pandillerismo partidista son las marcas de agua de la política española. Los hombres pasan, pero el Partido es inmortal. Ya lo decían los fidelistas.


Sánchez ejerce el Poder gracias a los enemigos de la nación española


Su único interés es permanecer en el Poder y controlar y envilecer las estructuras democráticas españolas, no por razones ideológicas, sino porque ese envilecimiento es lo que asegura que no terminará en la cárcel. El destino de Sánchez en un país democrático sería la cárcel, por traición. Pero, es su cálculo, si consigue permanecer en el Poder el tiempo suficiente para politizar y emporcar (aún más) el sistema judicial y la democracia española en general, no sólo saldrá impune de sus tropelías sino que podría perdurar muchos años, a saber cuántos, en el Poder.


¿La Constitución? Bueno, no me hagan reír. El problema español es precisamente su Constitución: nació infectada por el virus tribal. Es un documento que va creando cuartadas a los tribales a cada paso. Quiero decir, que conspira contra la igualdad de los españoles y contra la unidad del Estado, reconociendo y dignificando imaginerías forales, inexistentes naciones culturales, y elevando jerigonzas inútiles a rango identitario cuasi sacro y patrio. La Constitución ya contiene el veneno de la cobardía y la traición que han hecho posible el triunfo del tribalismo catalán y vasco y su guerra durante años soterrada, y hoy abierta y declarada gracias al traidor PSOE y al sanchismo, contra lo español y contra la única nación que hay en España, la española.


Es una Constitución que en un artículo establece que el Estado tiene competencia exclusiva sobre nacionalidad, inmigración y extranjería, para a continuación, decir que el Estado podrá transferir o delegar a las Comunidades Autónomas facultades correspondientes a materia de titularidad estatal que por su propia naturaleza sean susceptibles de transferencia o delegación. Hasta la redacción apesta a postración ante el tribalismo. La pestilente huella tribal puede hallarse en toda la Constitución española y juega en contra de los ciudadanos españoles libres e iguales. De aquellos redactores, estos aquelarres tribales. La senda seguida durante décadas por la política española es la fórmula perfecta para la involución civilizatoria: la Civilización consiste en alejarse de la tribu, debilitarla primero y aniquilarla después. La política española ha hecho exactamente lo contrario.


Mientras tanto, la llamada oposición (el PP) no consigue distinguirse lo suficiente del entramado que dice combatir, por la sencilla razón de que pertenece a ese mismo entramado. La partitocracia española ha derivado en dos tumores antidemocráticos, aparentemente enfrentados, pero en verdad hermanos de sangre, quiero decir, hermanos de células cancerosas. Células cuya razón de ser son los intereses del Partido, no los intereses de los ciudadanos.


Vivíamos en una partitocracia corrupta y culogordista y ahora, gracias a Sánchez, vasalla de las tribus vasca y catalana. España se ha perdido entre las aspiraciones castristas de Sánchez y el camino a la independencia de nacionalistas catalanes y vascos. Y, aceptémoslo de una vez, el Estado español carece de armas para defenderse. ¿La cárcel? Dejarán caer a algunos, pero a los cómplices y sirvientes principales los indultarán, amnistiarán o ya se inventarán algo para que no paguen, aunque el robo (comprar votos con dinero de los contribuyentes es robar) sea de cientos de millones de euros por sevillanas.


Por otro lado, hay que ser o imbécil o cómplice de los tribales para decir que Salvador Illa no es un jefecillo tribal más. Un español que es primero catalán. Lo que constituye la característica más común del tribalismo endémico y del manicomio autonómico español.


Y en medio del derrumbe, Sánchez entrega las fronteras españolas a los aldeanos más fanáticos, llena sus arcas, permite la subnormal batalla contra el gran idioma común, y pavimenta la pista por la que saldrán pateados la Guardia Civil y la Policía Nacional, ¿qué hace el Rey de España? Pues el Rey se reúne, todo sonrisas, con el presidente de la Generalitat, pieza principal del desmantelamiento del Reino. Y me pregunto: si el Rey no puede o no quiere enfrentarse a los enemigos del reino, que son los enemigos de los españoles libres e iguales, ¿para qué sirve?


Españoles, extranjeros de segunda clase en Cataluña
Pablo Planas. libertad digital. 6 Marzo 2025

El comunicado del PSOE para anunciar el acuerdo con el partido de Puigdemont sobre fronteras e inmigración asegura que "el 18% de la población catalana tiene nacionalidad extranjera y un 24% han (sic) nacido fuera de Cataluña", datos sobre los que el partido de Sánchez sustenta la cesión, delegación, traspaso o más bien dación en pago de las competencias.


No queda claro si al 18% de extranjeros hay que sumar un 24% de españoles no nacidos en Cataluña o si en ese 24% están incluidas las personas de nacionalidad extranjera más los de nacionalidad española pero nacidos en Bilbao, Ceuta o Las Palmas de Gran Canaria.


En cualquier caso, se infiere que la dirección del PSOE considera que no haber nacido en Cataluña, aunque se sea español, es un detalle que justifica entregar a la Generalidad las competencias en inmigración. De modo que un inmigrante del área del Magreb o un expat del Reino Unido serían lo mismo que una familia de Cuenca instalada en Cataluña por razones laborales, familiares, formativas, sentimentales o de cualquier otro orden.


En el PSOE negarán que quisieran decir eso, pero está escrito y la continuación del texto del comunicado avala esa tesis entre xenófoba, racista y estúpida: "La situación en 'Catalunya' determina, de acuerdo con la voluntad de la sociedad catalana, la necesidad de asumir la gestión de dicho fenómeno por parte de la 'Generalitat de Catalunya' y las entidades locales que la integran, como administraciones más cercanas a la población. Para este supuesto se diseñó el art. 150.2 de la Constitución. Con esta ley 'Catalunya' podrá dar respuesta con capacidades suficientes a la necesaria plena integración en el país -incluida la integración lingüística- basada en un marco de derechos y deberes y el respeto a los derechos fundamentales, que es condición para la cohesión social y el progreso".


Vaya, la "voluntad de la sociedad catalana". ¿Y en qué programa electoral del PSC, ganador de las últimas elecciones, ponía que se iban a pedir las competencias de inmigración? Y eso del artículo 150.2 de la Constitución, ¿están seguros de que se "diseñó" para tal fin? Veamos lo que dice: "El Estado podrá transferir o delegar en las Comunidades Autónomas, mediante ley orgánica, facultades correspondientes a materia de titularidad estatal que por su propia naturaleza sean susceptibles de transferencia o delegación".


¿Pero sin excepciones? Pues no, resulta que hay excepciones. Sin ir más lejos, el artículo 149 de la misma Constitución en su segundo punto indica que el Estado tiene competencia exclusiva sobre "nacionalidad, inmigración, emigración, extranjería y derecho de asilo", precisamente las atribuciones que graciosamente Sánchez ha entregado a los nacionalistas tras llamar extranjeros a los ciudadanos españoles que viven en Cataluña pero no han nacido en Cataluña.


Esa consideración de extranjeros en su país, que es además el título de una extraordinaria obra premonitoria de Antonio Robles (uno de los fundadores de Ciudadanos y a quien pueden leer los viernes aquí, en Libertad Digital), parece facultar a la Generalidad para "dar respuesta con capacidades suficientes a la necesaria plena integración en el país, incluida la integración lingüística". Eso de la "integración lingüística" no es ni más ni menos que la erradicación del idioma español, considerado impropio frente a la lengua catalana, la propia. "Plena integración". Claro, porque quienes no hablan catalán son unos marginales, ¿verdad?


El asunto es extremadamente grave. El nacionalismo quiere camareros que hablen catalán. Y también médicos. Este mismo miércoles, horas después de que trascendiera el traspaso de competencias, el consejero de Política Lingüística, Francesc Xavier Vila, declaraba en el parlamento catalán que "hay 1,6 millones de personas que viven en Cataluña sin decir ni 'bon dia'".


Los nacionalistas sospechan que este millón y medio de irredentos lingüísticos que no saben o no quieren decir "bon dia", "bona nit" o "aneu-vos a prendre pel cul" serían los culpables de que el resto de la población de Cataluña (catalanes, no catalanes, extranjeros en general y extranjeros españoles en particular) no puedan ejercer sus derechos lingüísticos. En catalán y sólo en catalán, claro está. Porque los que hablan español no tienen ningún derecho y son unos "colonos" y unos "ñordos", categorías que los socialistas de Cataluña y los del resto de España acaban de ratificar con su acuerdo con los catalanistas de Junts.


Es lo que hay. Los que dieron el golpe de Estado en 2017 han ganado. Pasaron un rato en la cárcel algunos. Unas cárceles que eran las suyas. El Gran Hotel Lledoners le llamaban al centro penitenciario donde estaban Junqueras, Rull, Turull y Tururull. Otros, ni eso. Puigdemont se ríe en su mansión de Waterloo mientras prepara los papeles para expulsar de Cataluña a quien le rote. Y Junqueras impone una Agencia Tributaria catalana para cobrar todos los impuestos. El 3% fue una broma en comparación. Sánchez, mientras tanto, acepta, traga y traiciona a los españoles que no han nacido en Cataluña pero que viven en una región que creíamos parte de España.


Otra rendición de Illa: los médicos usarán el catalán «en las interacciones iniciales» con los pacientes
Rafael Molina. OkDiario.Pablo Planas. LD. 6 Marzo 2025

El PSC de Salvador Illa ha apoyado una resolución redactada por la CUP en el Parlament en la que se pide a los profesionales sanitarios el «uso efectivo» del catalán en las «interacciones iniciales» con los pacientes. Es decir, que por defecto los médicos tengan que dirigirse en catalán a las personas que lleguen a su consulta. Además, los socialistas han pedido al Govern encabezado por ellos mismos que ponga en marcha normativas para que los médicos utilicen la lengua cooficial «en todas las interacciones con ciudadanos que se dirigen al personal de las administraciones en catalán».


La Comisión de Salud del Parlament catalán aprobó una resolución en la que se exigía al Govern de la Generalitat de Illa tomar ciertas medidas sobre los denominados «derechos civiles lingüísticos en los servicios de salud». El texto inicial lo redactó la CUP y lo enmendaron ERC y el PSC, quienes finalmente apoyaron esta medida. Las únicas formaciones que votaron en contra de esta iniciativa fueron las formaciones de PP y Vox.


Los socialistas han instado a su propio líder a «actualizar» las normativas sanitarias para «garantizar que los profesionales de la salud que se forman adquieran plenas competencias lingüísticas en catalán».


De este modo, la resolución aprobada por el PSC ha exigido al propio Govern de Illa asegurar que los pacientes gocen de «la atención oral y escrita en catalán». Esta obligación se extendería a los profesionales sanitarios, del personal administrativo y de trabajo social. Los socialistas se piden a sí mismos que se asegure ese trato «en las residencias de personas mayores, los centros sociosanitarios y todos los servicios pediátricos».


Desde el momento en que Illa ponga en marcha la iniciativa que su propio grupo ha apoyado, los pacientes podrán optar a recibir «todos los impresos» sanitarios en catalán y en occitano. Es decir, que podrán exigir los volantes, documentos de consentimiento de pruebas e intervenciones e informes médicos en la lengua cooficial.


Y todas estas medidas no se tomarán sólo en los centros médicos en los que el Instituto Catalán de la Salud sea el encargado de prestar este servicio, sino que se asegurará que también se actúe de la misma forma en aquellos gestionados por otras entidades.


Formación sobre «lengua minorizada»

Y para que todo esto se pueda llevar a cabo, las fuerzas de izquierda se ponen como meta realizar «un plan de formación y sensibilización» entre los médicos «sobre el respeto a los derechos lingüísticos en general y sobre el catalán, como lengua minorizada y oficial en el territorio».


También llevarán a cabo «campañas informativas» para que los ciudadanos sepan cuáles son sus «derechos lingüísticos en el ámbito de la salud». Para eso, asegurarán que hay «rótulos e información visible» en el que sepan qué pueden exigirle a los profesionales de la salud desde que se ponga en práctica esta medida.


Por otro lado, la resolución de la CUP apoyada por el PSOE también exige «evitar el uso abusivo de medidas de urgencia para contratar» porque en ocasiones no se sigue «el proceso selectivo correspondiente» en el que se revisa el control del catalán de los profesionales médicos. Los anticapitalistas proponen que, en el futuro, se asegure que los sanitarios poseen «el requisito lingüístico necesario del conocimiento activo de la lengua catalana».


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