Recortes de Prensa Sábado 22 Marzo 2025

Alemania asesta un duro golpe a la "flota en la sombra" rusa con una incautación millonaria
Berlín ha emitido una orden de confiscación sin precedentes sobre la flota de Putin
Marta Gallardo. la razon. 22 Marzo 2025

Alemania ha asestado un duro golpe a la conocida como "flota en la sombra" de Vladímir Putin tras incautar un petrolero que transportaba una carga valorada en más de 40 millones de dólares, la cual podría pasar a ser propiedad alemana. La noticia ha sido revelada este viernes por el medio Spiegel, aunque la embarcación fue interceptada en enero.


Según el citado medio, el petrolero, identificado como Eventin y registrado bajo bandera panameña, partió desde el puerto ruso de Ust-Luga con destino a Egipto, transportando más de 90.000 toneladas de petróleo valoradas en 43,33 millones de dólares. Sin embargo, a principios de año, la embarcación quedó a la deriva cerca de la isla de Rügen, en el mar Báltico, tras perder potencia y dirección.


Ante el riesgo de un vertido de petróleo con consecuencias medioambientales graves, las autoridades alemanas optaron por remolcarlo hasta un puerto cercano, donde quedó retenido hasta determinar su destino. Según The Times, Alemania ha prohibido que el buque continúe su viaje y actualmente se están evaluando los próximos pasos respecto a la embarcación y su cargamento.


Desde el Ministerio Federal de Finanzas han evitado proporcionar más detalles sobre el caso, aunque ha trascendido que se ha emitido una orden de confiscación para el Eventin. Una vez que la orden sea vinculante, tanto el barco como su carga pasarán oficialmente a ser propiedad de Alemania. Por su parte, el Kremlin ha negado a Reuters tener conocimiento sobre la embarcación o su propietario.


Así opera la "flota en la sombra" de Rusia

La flota en la sombra ha sido clave para que Rusia eluda las sanciones occidentales impuestas tras la invasión de Ucrania. Se estima que está compuesta por entre 200 y 1.000 embarcaciones, muchas de ellas en mal estado, que permiten al Kremlin comercializar petróleo, material militar y otras mercancías sin pasar por los canales oficiales.


Estos buques suelen operar bajo banderas de conveniencia y evitan los puertos occidentales para dificultar su rastreo. No obstante, desde el inicio del conflicto en Ucrania, han estado en el punto de mira de las potencias occidentales.


La incautación del Eventin representa la acción más contundente tomada hasta la fecha contra una de estas embarcaciones. En diciembre de 2024, la Unión Europea aprobó un nuevo paquete de sanciones para reforzar el control sobre la flota en la sombra y "mantener la presión sobre el Kremlin", según declaró la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen.


Rusia espera "algunos avances" en la próxima reunión con Estados Unidos
Noelia Marín. Santiago Saiz. Madrid. el mundo. 22 Marzo 2025

Mientras Donald Trump trata de buscar un final a la guerra en Ucrania, tanto los países europeos como el país agredido por Vladimir Putin acogen con cierta preocupación los detalles que sugieren en qué puede consistir ese final. Rusia ha adelantado este sábado que espera "algunos avances" de la reunión que va a mantener su delegación el próximo lunes con la estadounidense en Arabia Saudí. Y en un podcast con el prorruso Tucker Carlson, el enviado especial a esa negociación, Steve Witkoff, ha mostrado su confianza en el presidente ruso, dando por buenos sus argumentos para iniciar la guerra en Ucrania.


Ese acercamiento entre los presidentes de EEUU y de Rusia deja este sábado un detalle curioso. Witkoff ha contado que Putin le dijo que, cuando Trump sufrió un atentado en la campaña, "fue a su iglesia local, se reunió con su sacerdote y oró por él, no porque pudiera llegar a ser presidente de Estados Unidos, sino porque tenía una amistad con él y estaba orando por su amigo". Al margen de esa amistad, Washington no ha desvelado todavía qué concesiones va a hacer Rusia para favorecer el final de la guerra en Ucrania.


20:11

El negociador de Trump asume todas las tesis de Putin sobre la guerra: "No quiere absorber Ucrania ni marchar sobre Europa"

Witkoff, en una entrevista con el prorruso Tucker Carlson, asegura que Putin rezó por su "amigo" estadounidense después de su intento de asesinato en julio y se burla de los europeos que se "creen Winston Churchill".


19:42

Bombardeos rusos matan a tres personas en Pokrovsk, según el gobernador

Los bombardeos rusos mataron a tres personas el sábado en la ciudad de Pokrovsk, en el este de Ucrania, dijo el gobernador regional, uno de los focos del avance de las tropas rusas hacia el oeste. Vadym Filashkin, gobernador de la región de Donetsk, también escribió en la aplicación de mensajería Telegram que una persona resultó herida en el ataque ruso. Dijo que una persona resultó herida en Kramatorsk, una ciudad más al norte y casi con toda seguridad uno de los objetivos a largo plazo de Rusia en el este de Ucrania.


Durante meses, las fuerzas rusas se han centrado en avanzar hacia Pokrovsk, centro logístico y sede de la única mina de carbón de coque de Ucrania, cerrada a medida que se acercaban las tropas de Moscú, pero en las últimas semanas el ejército ucraniano ha logrado contener a las fuerzas rusas en la zona.


19:24

Meloni acudirá a la reunión de "coalición de voluntarios" convocada por Macrón en París

La primer ministra italiana, Giorgia Meloni, acudirá el próximo jueves a la reunión convocada por el presidente de Francia, Emmanuel Macron, en París de la "coalición de voluntarios" para hablar sobre la seguridad de Ucrania, a la que también asistirá el presidente ucraniano, Volodímir Zelenski. El viaje de Meloni a París aparece en la agenda de la próxima semana publicada este sábado por la oficina de prensa de la presidencia del Gobierno, que confirma así la presencia de la mandataria en la reunión convocada por Macron.


El encuentro servirá para "finalizar" los trabajos en apoyo a "corto plazo" al Ejército ucraniano, definir un "modelo" para las fuerzas armadas de Ucrania que sea "duradero y sostenible" para "evitar invasiones rusas" y concretar las "garantías de seguridad que pueden aportar los ejércitos europeos", según el presidente francés.


19:06

El enviado de EEUU: "No considero que Putin sea un mal tipo"

El enviado de EE.UU. Steve Witkoff ha elogiado a Vladimir Putin como digno de confianza y ha afirmado que el líder ruso le había dicho que había ido a la iglesia a rezar por su "amigo" Donald Trump.


"No considero que Putin sea un mal tipo. Es una situación complicada, esta guerra, y todos los ingredientes que llevaron a ella", ha dicho el enviado especial en el podcast del presentador conservador Tucker Carlson. Sobre Putin pesa una orden de detención desde marzo de 2023 por sospechas de deportación ilegal de niños ucranianos a Rusia. El enviado estadounidense se reunió con Vladimir Putin hace unos diez días en Moscú.


18:41

Pedro Sánchez: "Estamos en el lado correcto de la historia, con Ucrania y Gaza"

El secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, ha defendido este sábado en Pamplona la "coherencia" de España en los conflictos internacionales de Ucrania y Gaza y ha asegurado que "estamos en el lado correcto de la historia".


"Estamos siendo coherentes. En Ucrania ante el invasor y en Gaza ante quienes están perpetrando la mayor catástrofe humanitaria", porque "no podemos hablar de un mundo enorme con sociedades seguras si no se respeta el derechos internacional y se viola el derecho humanitario". Lo ha dicho en el cierre del 13 º Congreso del PSN-PSOE, en el que María Chivite ha sido reelegida secretaria general de los socialistas navarros.


18:23

Ucrania acusa a Rusia de destruir más de 300 instituciones sanitarias en 3 años de guerra

El ministro de ucraniano de Sanidad, Viktor Liashko, ha afirmado que en tres años de guerra Rusia ha destruido más de 300 instituciones sanitarias en el país y ha dañado casi 2.000. Durante una visita junto al presidente checo, Petr Pavel, a Ojmatdit en Kiev, el mayor hospital infantil del país y que fue bombardeado en julio de 2024 por Rusia, Liashko explicó que casi todos los departamentos de ese centro han reanudado sus actividades en edificios que no se vieron afectados por el ataque o solo sufrieron daños parciales.


El ministro ucraniano informó a Pavel de la magnitud de la destrucción de infraestructuras médicas por los bombardeos rusos. Según dijo, en los últimos tres años, los rusos han dañado 1.984 edificios de instituciones médicas y destruido otros 301.


17:54

Tensión en el gobierno italiano tras una llamada de Salvini y Vance para hablar de Ucrania

El jefe de la diplomacia italiana, Antonio Tajani, advirtió este sábado a su socio en el Gobierno y líder de la ultraderechista Liga, Matteo Salvini, que la política exterior italiana no es cosa suya, a raíz de la llamada telefónica que mantuvo la víspera con el vicepresidente de EEUU, JD Vance, para hablar de Ucrania.


"La política exterior la hacen la presidenta del Gobierno y el ministro de Asuntos Exteriores", dijo visiblemente molesto Tajani, líder de la conservadora Forza Italia e integrante de la coalición gubernamental junto a la Liga de Salvini y a los ultras Hermanos de Italia de la primera ministra, Giorgia Meloni. Tajani, que es también vicepresidente del Ejecutivo, al igual que Salvini, consideró "legítimo que un ministro quiera hablar con representantes de administraciones de varios países", antes de enfatizar: "Pero, repito, la línea de política exterior la dan la primera ministra y el ministro de Exteriores".


La llamada ha generado controversia, en la política italiana, después de que Salvini revelase que habían "hablado de tregua, de paz, de diálogo con Zelenski y Putin", mientras los medios aseguran que sirvió también para confirmar una "una relación directa" entre los dos vicepresidentes, generando malestar a Meloni.


17:18

Zelenski visita el puesto de mando en Pokrovsk, objetivo inmediato de Rusia

El presidente de Ucrania, Volodímir Zelenski, ha visitado este sábado el puesto de mando de las tropas que defienden la ciudad oriental de Pokrovsk, en la región de Donetsk y cuya conquista es uno de los objetivos más inmediatos del Ejército ruso. El mandatario ha informado en sus redes sociales de que escuchó de los comandantes un informe sobre los combates en dirección de Pokrovsk y honró a los soldados que luchan en esta sección del frente.


La visita de Zelenski a Pokrovsk se produce un día después de que el jefe del Estado Mayor ruso, Valeri Guerásimov, inspeccionara las tropas de la agrupación militar Centro que combaten en este sector del frente. Aunque el avance ruso en el sector de Pokrovsk se ha ralentizado en las últimas semanas, Rusia no ceja en su empeño de tomar este importante nudo logístico en el Donbás, cuya captura significaría un paso más para lograr el control total de la anexionada región de Donetsk.


13:48

Rusia advierte a Ucrania de que responderá si continúan los ataques contra la infraestructura energética del país

Rusia advirtió hoy a Ucrania que responderá si continúan los ataques contra la infraestructura energética en territorio ruso, pese a la tregua que Moscú declaró esta semana.


"Advertimos con firmeza que si el régimen de Kiev continúa su línea destructiva, la parte rusa se arroga el derecho a responder, incluido de manera simétrica", dijo María Zajárova, portavoz de Exteriores, en un comunicado colgado en la página web ministerial.


Denunció que Kiev prosige sus ataques "traicioneros" pese al acuerdo alcanzado con EEUU, que "Kiev, aparentemente, apoyó".


Recordó los ataques esta semana contra instalaciones en las regiones de Kursk y Krasnodar, donde alcanzó una estación compresora de gas y un depósito de petróleo, respectivamente.


12:47

Rusia espera "algunos avances" en las negociaciones del lunes sobre Ucrania en Arabia Saudita

Rusia espera "algunos avances" sobre el conflicto con Ucrania en las negociaciones que se realizarán el lunes con los delegados estadounidenses en Arabia Saudita, declaró el sábado Grigory Karassin, uno de los dos negociadores enviados por Vladimir Putin para esta nueva reunión con representantes de Estados Unidos.


"Esperamos lograr al menos algunos avances", declaró Karassin a la cadena de televisión pública Zvezda. "El estado de ánimo de Serguéi Orestovich (Besseda, el otro negociador, ndlr) y el mío propio es combativo y constructivo", agregó en la entrevista, en vísperas de su partida hacia Arabia Saudita.


11:10

Zelenski visita la zona este de Donetsk este sábado

El presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, ha visitado este sábado la frontera ucraniana en Donetsk.


11:06

Los ataques rusos causan tres muertos en Zaporiyia a pesar de la tregua limitada

Tres personas han muerto y otras 12 resultaron heridas en un ataque ruso con aviones no tripulados sobre la ciudad de Zaporiyia, han dicho funcionarios ucranianos este sábado, en una operación que subraya la intención de Moscú de seguir adelante con su campaña aérea a pesar de haber acordado un alto el fuego limitado.


El jefe regional, Ivan Fedorov, ha asegurado que "edificios residenciales, automóviles privados e instalaciones de infraestructura social se incendiaron" en el ataque del viernes por la noche, y publicó imágenes que mostraban a los servicios de emergencia buscando a sobrevivientes entre los escombros de los edificios residenciales dañados.


10:47

Rusia lanza casi 200 drones contra cuatro regiones ucranianas

Rusia lanzó anoche casi 200 drones contra las regiones ucranianas de Zaporiyia (sur), Járkov (este), Sumi (noreste) y Kiev (norte), informó este sábado la Fuerza Aérea ucraniana.


En su parte matutino, indica que Rusia atacó el país con 179 drones del tipo Shahed y varios tipos de drones imitadores.


De ellos las fuerzas antiaéreas de Ucrania lograron derribar cien.


Además, 63 drones imitadores, lanzados para engañar los sistemas antiaéreos, se perdieron.


El Supremo a Sánchez: no se puede traficar con las competencias exclusivas del Estado
OKDIARIO. 22 Marzo 2025

El Tribunal Supremo ha anulado, con el argumento inapelable de que «ha de ser competencia exclusiva del Estado», el Real Decreto del Gobierno por el que se traspasan al País Vasco los servicios y las funciones en materia de homologación y declaración de equivalencia de títulos de sistemas de educación superior extranjeros a un título universitario oficial español. Y deja esta frase como aviso a navegantes: la competencia, aun siendo ejecutiva, según se apunta, es del Estado. Por tanto, señala que «no caben traspasos de funciones y servicios a las comunidades autónomas en los términos en que se ha efectuado por el Real Decreto 366/2024 y el Acuerdo que contiene».


Si el Tribunal Supremo rechaza el traspaso de competencias al País Vasco en materia de homologación de títulos universitarios, con más motivo traspasar o ceder competencias en materia de política migratoria y control de fronteras -que es lo que ha conseguido sacarle Carles Puigdemont a Pedro Sánchez- es contrario a la Constitución, pues, como señala el alto tribunal, lo que es competencia exclusiva del Estado no se puede traspasar, ceder o arrendar y mucho menos por siete votos que garantizan la continuidad de Pedro Sánchez. El Gobierno pretende vendernos como constitucional la cesión a Cataluña de competencias en materia migratoria y control de fronteras, pero el Supremo, invocando la doctrina del Constitucional, ha dejado claro que hay materias del Estado indelegables, pues «no existen razones para entender que la competencia no sea estatal, de acuerdo con el artículo 149.1 de la Constitución».


Lo expresado por el Supremo es de total aplicación a la cesión de la política migratoria al separatismo catalán. No puede ser, por mucho que el Gobierno se abrace a la retórica para tratar de convencernos de que no es un traspaso, sino una delegación de competencias. El Supremo ha hablado claro y dejado con las posaderas al aire a un Gobierno que pretende saltarse la Constitución por la vía de una trampa retórica.


Sánchez es un fraude
Antonio R. Naranjo. el debate. 22 Marzo 2025

España no puede tolerar que un perdedor sin apoyos actúe como un dictador plenipotenciario


El compendio de astracanadas, trampas, atajos, excesos, mentiras y atracos de Sánchez tiene una virtud, al menos para él: ha naturalizado el escándalo, hasta hacerlo cotidiano y de algún modo asumible, como si todo tuviera una justificación en el peculiar universo paralelo donde habita la corte sanchista.


Ahora discutimos sobre la conveniencia de invertir más en armas, la posibilidad de que no haya Presupuestos, el encaje legal de transferir las competencias migratorias a un partido supremacista o incluso la idoneidad de crear o no una Agencia de Salud Pública para Fernando Simón, que debería estar en un juzgado pero quieren ponerle un despacho.


Y todo ello se debate con ardor, que en los defensores es el disfraz de la propaganda y en los detractores un cúmulo inapelable de argumentos, tan ciertos como inútiles. Y eso ya es una victoria para Sánchez, encantado de que se discuta sobre sus decisiones, pues con ello tapa el verdadero debate de fondo.


Que no es otro que el intolerable fraude democrático que perpetra con su mera existencia y su continuidad. La jugarreta comenzó cuando, tras perder las elecciones, aceptó vender su alma al diablo para obtener a cambio el elixir de la eterna juventud: llegar a la Presidencia gracias a Puigdemont, Otegi y Junqueras, a sabiendas del precio que le pondrían, ya fue una estafa, a la que bautizó con infinita caradura con el término de «mayoría social» para arrogarse uno votos que nunca tuvo.


Y con eso tiró, hasta encallar en los acantilados de la realidad, en el peor momento posible: justo cuando se esperaba que España estuviera a la altura del momento histórico que vive Europa, Sánchez se ha presentado en Bruselas en pelotas, sin Gobierno, sin socios, sin aliados, sin presupuestos, sin nada más allá que su palabrería hueca, sus poses de mal actor y su poca vergüenza habitual.


Tenemos así, y ésta es la cuestión y ninguna más, a un presidente estafador, el que tiene menos diputados propios de la historia democrática y el único que ha forzado su investidura pese a caer con estrépito en las urnas. Y ya sin las muletas artificiales de esa coalición de enemigos de España que le puso ahí para que les ayudara a destruirla.


La cuestión no es ya analizar cuál será el siguiente apaño que se inventará Sánchez para sobrevivir, sino poner el acento en que todo él es un apaño, una enmienda sucia a la democracia y una ofensa a los ciudadanos. Un tipo que gobierna sin votos, sin el Parlamento, sin Gobierno y sin capacidad para no aprobar nada limpiamente. Le falta entrar a tiros en el Congreso, pero por todo lo demás, ya es un dictador. Y a los dictadores se les responde, para empezar, diciéndoselo cada cinco minutos, a ver quién aguanta más la mirada.


Política de menas, política de pena
Fran Carrillo. okdiario. 22 Marzo 2025

El discurso facilón ha inundado hasta las mentes más preclaras. Todo se confunde en ese universo pagano de argumentarios baratos y consignas de todo a cien, donde la realidad molesta y la verdad se anula, sustituida por eslóganes oficiales de comodidad y consensos aburridos. Ahora, la dictadura censora te llama racista por cuestionar que por las fronteras entre todo aquel que excuse un motivo, sea real o no, y que las leyes y orden público estén supeditados a las necesidades políticas de un gobierno chantajeado por la xenofobia de verdad y que, sin embargo, no se quita la palabra racismo de la boca cada vez que convoca a la prensa. Hoy, exigir una inmigración legal, ordenada y con capacidad de aportar a la convivencia común es ser un intolerante, mientras que silenciar las violaciones, abusos y agresiones con arma blanca de quienes malviven en nuestras calles representa el ansiado progreso que nuestras élites vienen reclamando.


Lo de la izquierda con los menas es racismo. Puro racismo. Porque los usan para generar la inseguridad social que necesitan para alimentar así su discurso sobre el aumento de la ultraderecha -la real y la inventada- en España y Europa. No hay un reparto coordinado, ni tampoco una solución a la vista, resultado de una política sectaria e incoherente, basada en impulsos y argumentarios de propaganda, que es lo único que mueve a este Gobierno autocrático y desnortado y a sus huestes apesebradas, que defienden la inmigración, pero son los primeros en rehusar acoger inmigrantes en sus viviendas, como tampoco quieren que sus hijos frecuenten los barrios donde se amontonan aquellos como clanes y guetos. No hay una estrategia decente ni estudios sólidos que nos diga cuánta inmigración requiere España y por qué el flujo migratorio de menores que llegan a nuestras costas y se sueltan por las calles del país no se frenará a menos que se siga una política de firmeza y contención, como ya hicieron en Australia o Italia, sin ir más lejos.


La realidad molesta a quienes opinan con la venda en los ojos y el prejuicio en la cartera. Empero, aún así, hay que contarla. La mayoría de la migración que llega a España en los últimos años, en especial, y sobre todo, la magrebí, no está formada ni preparada para asumir puestos de trabajo a corto y medio plazo, no cotizan como el sistema requiere para su sostenibilidad futura, sino que, por el contrario, reciben prestaciones sociales por doquier, y además, por su origen cultural y social, protagonizan continuos episodios de violencia institucional (recluidos en centros) o callejera, donde la propia Policía confirma la impotencia que siente al ver cómo se libera a quienes han cometido crímenes o delitos menores con una impunidad propia de países pobres o en vías de desarrollo, que es adonde se dirige España sin remisión.


La pregunta es: ¿a quién beneficia todo esto? ¿Quién gana con la llegada descontrolada de inmigrantes, la mayoría jóvenes o menores, todos varones, provenientes de culturas donde se ejerce un dominio sobre la mujer y los homosexuales son lapidados o colgados en vía pública? ¿Por qué todo se resume al único discurso de «estamos obligados por el derecho internacional a acogerlos» y a destinar fondos sine die a un problema que no se quiere resolver? ¿Por qué se niega una evidencia palpable, la que nos explica que poniendo cubos de agua no se arregla la tubería que gotea, la misma realidad que nos dice que tú no puedes acoger en tu vivienda a mil inmigrantes, por mucho que tu corazón esté lleno de solidaridad?


Ningún niño debe ser arrebatado a sus padres. Pero aún menos, debe exiliarse de su hogar para satisfacer el negocio de unos mafiosos y la tranquilidad ideológica de unos políticos cómplices con su desgracia. Los menores que llegan a España lo hacen en condiciones de incertidumbre, acostumbrados a unas leyes y costumbres que aquí no representan los valores en los que se ha educado la sociedad española. Los datos no engañan: más de un tercio de los actos delictivos cometidos en España en la última década tienen como protagonistas a menas, niños (y no tan niños) procedentes del Magreb. Y los responsables son los mismos que aplaudieron en el Congreso a un tipo que dijo que en España no habría más de uno o dos contagiados por el covid. La siniestra realidad que la España progre y acomplejada no quiere ver supone una condena para las generaciones futuras. Sin política clara y determinante que nos lleve a concluir que el problema está en el origen, el mensaje a las mafias y a sus oenegés taxistas seguirá siendo el mismo: mientras no se corte el grifo, la gota seguirá llegando e inundando de problemas la convivencia social. Porque decir “todo el que llegue de manera ilegal, será devuelto” es demasiado racista, claro, aunque sea lo razonable y lo políticamente sensato. ¡Qué país!


Congreso en Babel
José Antonio Gómez Marín. Vozpópuli. 22 Marzo 2025

Me han impresionado las caras de explicable estupor del presidente y una vicepresidenta del Gobierno luciendo, desde el Banco Azul, un pinganillo en la oreja y reflejando una expresión que no sería distinta si lo que hubieran estado oyendo fuera el swahili que chamullan en Kenia o en Ruanda. ¿Acaso no andan por ahí los futurólogos de la nueva lingüística anunciando que, a través del spanglish, el español o castellano acabará en poco tiempo siendo la lengua nacional del nuevo Imperio? A uno le resulta difícil tragarse ese cándido camelo y hasta suele preguntarse cómo podría apoderarse del habla metropolitana una lengua que flaquea en su propia tierra, tesis negativista que creo compartir, entre otras lumbreras, con la que el profesor Martín Estudillo predica desde su cátedra de la Universidad de Iowa. Sobre cómo sería posible semejante mudanza son bastantes los que echan su carta a espadas pero ni uno aventura ni el cómo ni el cuándo de la proeza. ¿“Degenerando, degenerando”, como cuenta la leyenda que dijo Belmonte del banderillero que llegó a Gobernador? Pues tal vez.


En el castizo bar donde comienzo el día –en el que se ha pasado en un pispás de la castiza tostada con “manteca colorá” al desayuno “antioxidante”—compruebo cada mañana la extinción generalizada del “usteo” y su reemplazo por un “tuteo” plebeyo del que, llegado el caso, no se salvaría ya ni Matusalén revestido de pontifical, un fenómeno que no debe sorprender considerando que ya, en la generación de nuestros abuelos, se extinguió sin dejar rastro el “voseo” colonial, y el hecho comprobado de que nuestra lengua histórica procede, como hace siglos advirtiera Valdés, más allá del latín y del griego, de diversos idiomas pre-romances. La lengua que iba a ser compañera del Imperio evoluciona a todo trapo en volandas de un alarde demótico que no hay quien lo pare, y eso es algo que hay que asumir hoy desde el desayuno al telediario.


El español decae y se corrompe al ritmo de la decadencia y de la corrupción, y su crisis parlamentaria no es más que un capítulo de la moribundia en que sobrevivimos los españoles de hoy. No hay por qué lamentar, en consecuencia, la confusión de lenguas que resuena en la Babel que concelebra día tras día en el Congreso


Lo que no es imaginable, desde luego, es un diputado bretón dirigiéndose a sus colegas en el Parlamento francés en su viejo dialecto celta, ni a uno inglés hacer lo propio en gaélico o empeñarse en perorar en el brumoso cúmbrico, tal como hoy día hacen en nuestro Parlamento un español nacido en Cataluña o un bizkaitarra devoto de su arcaica y restaurada lengua tenga o no los ocho apellidos vascos de reglamento. Y eso es algo que no debería ser un derecho parlamentario ni aunque resultara gratis –que no es el caso, ni mucho menos-- como no lo ha sido en la vida en ningún parlamento español y para qué les cuento lo que ocurriría si alguien pretendiera introducirlo en el Congreso o en el Senado imperial sobre el que hoy surfea el trumpismo.


Claro que el mamarracho que supone traducir una lengua identitaria en el Parlamento español no es la única novedad idiomática que han traído los tiempos, como puede comprobarse sin más que prestar atención a la velocidad de crucero que lleva la invasión de anglicismos que nos aflige --woke, like, streaming, coaching, etc.-- por no hablar de las novedades gráficas debidas a la influencia digital, culminante de momento en esos emoticonos que liberan al receptor del mensaje de cualquier comentario comprometido: al diablo con el lenguaje mientras el signo quede a mano. El español decae y se corrompe al ritmo de la decadencia y de la corrupción, y su crisis parlamentaria no es más que un capítulo de la moribundia en que sobrevivimos los españoles de hoy. No hay por qué lamentar, en consecuencia, la confusión de lenguas que resuena en la Babel que concelebra día tras día en el Congreso menos ilustrado de que haya memoria y en franca derrota de la imprescindible autoridad. Ya lo avisó Edgar Morin, el de “El paradigma perdido”: el mono vuelve a la braquiación en cuanto se descuida el primatólogo.


El programa está financiado por el Gobierno de Marruecos

VOX registra una propuesta para acabar con las clases de árabe y cultura marroquí en los colegios de Cataluña: «Fuera islamistas de nuestras aulas»
Agustín Benito. gaceta. 22 Marzo 2025

VOX ha registrado en el Parlamento de Cataluña una propuesta para acabar con las clases de árabe y cultura marroquí en los colegios.


Así, insta a suprimir la aplicación del «Programa para la Enseñanza de Lengua Árabe y Cultura Marroquí», de diciembre de 2012, «con el objetivo de garantizar la cohesión social y nuestra identidad cultural, así como promover la adaptación de alumnos de origen extranjero a nuestra cultura». «Combatimos la islamización en las calles y también en las instituciones. Fuera islamistas de nuestras aulas», ha manifestado la formación en un mensaje en la red social X.


El grupo parlamentario señala que, según el Observatorio Permanente de Inmigración (2024), en España hay 896.076 marroquíes, de los cuales 226.859 están en Cataluña. «Teniendo en cuenta que la tendencia demográfica implica el incremento exponencial de población inmigrante de procedencia marroquí (…) no podemos admitir la promoción, financiación y dotación de aulas cuyo objetivo pretende menoscabar la cultura nacional y crear confrontaciones culturales que no llevan más que a la segregación», ha aseverado.


Así, recuerda que el programa está financiado por el Gobierno de Marruecos, a través de la Fundación Hassan II —fundación que se dedica a enviar imanes a países europeos para guiar a los inmigrantes marroquíes residentes en estas naciones—, coordinado por personal de la Embajada de Marruecos en España y el Ministerio de Educación. «Los profesores son funcionarios elegidos por el Gobierno de Marruecos para ejercer en España esta profesión. Entre sus objetivos destacan el fomento identitario de los marroquíes en España», concluye.


HISTORIA

Francisco Franco, campo historiográfico y democracia morbosa
A los cincuenta años de su muerte, y en plena conmemoración gubernamental, un repaso a la evolución de su consideración política y a lo publicado sobre su figura
Pedro Carlos González Cuevas. gaceta. 22 Marzo 2025

En su obra Tótem y tabú, Sigmund Freud describió el nacimiento de la sociedad mediante la descripción imaginaria de un proceso en el que una horda primitiva, bajo la égida de un tiránico viejo macho que disfrutaba de las mujeres y de los bienes materiales, imponiendo su despótica voluntad sobre los machos jóvenes. Pero un día los adolescentes se conjuran y asesinan al odiado patriarca, devorando su cuerpo en un banquete caníbal. Es el día de la liberación. Viene esto a colación, a causa la iniciativa del actual presidente del gobierno Pedro Sánchez Pérez-Castejón de considerar el año 2025 como año de Francisco Franco, a la hora de conmemorar el medio siglo de su muerte. La muerte de Franco ha de ser celebrada, en multitud de actos políticos y académicos, como génesis del actual régimen político español. No existe la menor duda de que este programa tiene un innegable sesgo psicoanalítico. Nuestra derecha más superficial, es decir, el Partido Popular, se ha apresurado, como de costumbre, a denunciar esa iniciativa del ejecutivo como una cortina de humo que intenta encubrir los casos de corrupción en que se hayan insertos algunos miembros del gobierno y de la propia familia del presidente del gobierno; y, de paso, hacer olvidar los problemas reales, es decir, materiales, del conjunto de la población. Naturalmente, discrepo de esa interpretación tópica. Como ya he adelantado, la iniciativa gubernamental tiene un claro fundamento psicoanalítico. Y, en ese sentido, posee toda una lógica. Como luego analizaré, lo criticable no es la iniciativa en sí, sino la forma de abordar el tema.


Y es que, por lo menos a mi modo de ver, Francisco Franco ha sido la principal figura de nuestra historia contemporánea. Esto no pretende ser, en principio, un juicio de valor, sino la descripción de un hecho, que puede ser interpretado en sentido positivo o negativo. En el caso de los convocantes de esa campaña mediática, política e historiográfica, la figura de Franco ocupa claramente el rol del viejo patriarca explotador, del “Padre Malo”, al que aquellos jóvenes más o menos rebeldes fueron incapaces de asesinar o derrocar. Un año después de la muerte del dictador español, se estrenó la película de Jaime Chávarri, El desencanto, en la que se describía esa profunda frustración, personificada en la familia de uno de los poetas afines al régimen, aunque no a la figura de Franco, Leopoldo Panero, prototipo del patriarca opresivo y castrador, en un universo simbólico en el que, de una manera u otra, la presencia del dictador era ubicua y permanente. En realidad, el síndrome venía de lejos. A la altura de 1965, el poeta Jaime Gil de Biedma afirma, en una página de su diario: “No cabe decir, como dicen algunos frívolos, que Franco es simplemente un individuo grotesco que tiene buena suerte, porque eso no es más que la versión invertida de la imagen de Franco, hombre providencial difundida por la propaganda. ¿Puede, en efecto, imaginarse nada más providencial que veinticinco años de buena suerte? España y los españoles han cambiado, y aunque forzosamente hubieran cambiado también sin Franco, el hecho es que han cambiado con él. De la España que Franco deje han de partir quienes vengan, cuando él acabe, no de ninguna anterior”. Otro escritor, Juan Goytisolo, denunciaba, poco después de la muerte de Franco, la impotencia de su generación a la hora de vivir al margen de su imagen en los espacios sociales: “Sólo él no cambiaba. Dorian Grey en los sellos, diarios o enmarcados en los despachos oficiales en tanto que los niños se volvían jóvenes, los jóvenes alcanzaban la edad adulta , los adultos perdían cabellos y dientes”. El historiador Santos Juliá Díaz se ha referido a Franco como “el gran padre”, en un sentido igualmente psicoanalítico. Y el ensayista Fernando Savater, en su Panfleto contra el Todo, profundizaría elocuentemente en el problema: “¿Les descubriré el gran secreto, el mysterium tremendum que configura el final de la democracia en España y determinará medularmente los acontecimientos del postfranquismo? Es un secreto a voces que nadie divulga, una alarmante novedad que nadie ignora y pocos comentan: Franco murió de viejo en la cama”.


Tras la muerte de Franco, se produjo inevitablemente el cambio político. El régimen nacido de la guerra civil fue en todo momento un sistema personalista, que dependía de la vida de quien fue su fundador y guía. Como señaló Gil de Biedma en uno de sus poemas, Franco era el “arquitrabe” del sistema, sin cuya mediación no podía funcionar. Nunca existió, en el régimen, un partido único, a semejanza de Italia, Alemania o la Unión Soviética que pudiera garantizar su continuidad. El franquismo fue una coalición de fuerzas sociales y políticas bajo el control de Franco y con el apoyo de la Iglesia católica y del Ejército. En ese sentido, el cambio político era una necesidad inexorable. Como historiador, no soy determinista, pero creo que, en ciertos casos, como el que nos ocupa, es preciso aceptar, como señalaba el siempre lúcido Raymond Aron, la validez de un cierto “determinismo probabilístico”; y es que la libertad de decisión y de elección humanas siempre funcionan dentro de ciertos contextos o restricciones derivadas del pasado. El desarrollo económico y social de los años sesenta, la expansión de las clases medias y de las clases obreras cualificadas, las consecuencias políticas del Concilio Vaticano II, el contexto de una Europa liberal y socialdemócrata, la emergencia del Mercado Común, la influencia militar y política de los Estados Unidos, etc; todo lo cual abocaba en esa dirección. Claro que el cambio político podía hacerse mejor o peor, según los contextos; pero el perfil político del futuro estaba trazado en sus líneas generales. Lo milagroso hubiese sido la pervivencia del sistema político vigente hasta 1978.


El conjunto de la derecha, salvo una minoría exigua, era consciente de la situación y actuó en consecuencia. Las izquierdas fracasaron en su intento de forzar la ruptura social, aunque finalmente lograron una indudable ruptura política y simbólica. Sin embargo, como denunciaron izquierdistas puros como el historiador Josep Fontana y el filósofo Manuel Sacristán, tanto el PSOE como el PCE abandonaron pronto sus proyectos de transformación social, para integrarse, con todas las consecuencias, en las instituciones del nuevo régimen. En términos gramscianos, la sociedad española asistió a una especie de “revolución pasiva”. El más beneficiado fue, sin duda, el PSOE , mientras que el PCE pereció en el intento de adaptación a las nuevas circunstancias. Conviene, en ese sentido, desacralizar un poco el sistema político autodenominado “democrático”. Porque no estamos ante un sistema basado en una hipotética voluntad nacional, popular o general, sino, como afirman politólogos de la talla de Robert Dahl o Raymond Aron, ante “poliarquías” o regímenes de “oligarquías competitivas”, que suelen degenerar en partitocracias, No hay duda de que, con respecto a dictaduras militares, regímenes autoritarios o totalitarios, ese sistema posee grandes virtualidades, ya que garantiza un cierto pluralismo social y en mayor o menor la autonomía individual, pero está muy lejos, desde luego, de representar las ideas y los intereses del conjunto de la sociedad. Algo, por otra parte, muy difícil de lograr. España es un ejemplo paradigmático de todo ello. La transición política generó un sistema político de acusados rasgos y contenidos partitocráticos. No por casualidad, su marco histórico de referencia fue, al menos en sus primeros momentos, el régimen de la Restauración, es decir, un sistema político de pluralismo restringido, en el que dos partidos liberales monopolizaron el poder político. A partir de 1978, se buscó una forma de bipartidismo, cuyo fundamento fue un pacto entre liberales y socialdemócratas. A este modelo se sumarían los nacionalismos periféricos catalán y vasco, en sus respectivos feudos autonómicos. Como legitimador del consenso de masas se instauró un sistema mediático al servicio del poder político. Y la hegemonía social y económica del capital financiero. El texto constitucional de 1978, canonizado por las fuerzas políticas hegemónicas, se caracterizó por su ambigüedad; en realidad, se trata de un documento escrito que no constituía nada, que lo dejaba todo entreabierto y entrecerrado; a lo sumo, prendido de alfileres. Hoy lo estamos contemplando dramáticamente con el tema de la unidad nacional y las contradicciones del denominado Estado de las autonomías. A nivel cultural, la izquierda, representada por el PSOE, consiguió una hegemonía indiscutida. Y no ha existido, hasta ahora, ningún intento serio de disputársela por parte de las derechas, ya fuera UCD, AP o PP. El PSOE instauró con facilidad un sistema de oligarquía cultural, capaz de segregar coactivamente, mediante la utilización sistemática de la violencia simbólica, las opiniones consideradas políticamente incorrectas o ilegítimas, en el campo de la esfera pública. Todo lo cual ha dado lugar a un fenómeno político-social muy próxima a lo que José Ortega y Gasset denominaba “democracia morbosa”, si se quiere “partitocracia morbosa”, cuyo fundamento ha sido el igualitarismo grosero, la corrupción sistemática y el nihilismo político y social. El genial cineasta Luis García Berlanga hizo un retrato arquetípico de esta situación en una de sus últimas películas, Todos a la cárcel. Aunque quizá su retratista fílmico más próximo haya sido, y es, el inefable y tortuoso Pedro Almodóvar Caballero, genuino represente del kitsch nacional. Sin duda, vivimos bajo la férula de una partitocracia kitsch, chabacana. El propio Almodovar reconoció que su filmografía era inseparable del contexto generado por el régimen de 1978. De ello no me cabe la menor duda. Y define el conjunto de su obra, es decir, el kitsch, la vulgaridad, la chabacanería.


En este contexto, la figura de Francisco Franco ha pasado por diversas fases. En un primer momento, su figura quedó como eclipsada a nivel mediático, para pasar en la actualidad a ser un representante del mal radical. La generación de políticos que ocupó el poder a finales de los años setenta no pareció sentir la necesidad perentoria de “matar al padre”. Optó por la denominada política de reconciliación, que aceptaba la legitimidad de ambos bandos, aunque la visión oficial del régimen franquista pasó a ser abiertamente negativa. Por otra parte, es preciso reconocer que el dictador español no ha tenido suerte con sus biógrafos. A diferencia de Hitler o Mussolini, Franco no ha tenido su Renzo de Felice, Allan Bullock, Joachin C. Fest o Ian Kershaw. Ricardo de la Cierva nunca pasó de ser un periodista con ínfulas de erudición histórica, cuya ambición fue ante todo política. Su biografía de Franco resulta superficial y apologética en algunos casos. La del insigne medievalista Luis Suárez Fernández, adolece de un escaso conocimiento de la historia y de la sociedad española contemporánea. Su biografía es erudita, pero aburrida y carente de una visión de conjunto. Nada positivo puede decirse, a mi juicio, de la obra del hispanista británico Paul Preston, Franco. Caudillo de España, en la que se intenta establecer paralelo entre el dictador español y Adolfo Hitler. Reductio ad hitlerum, que diría Leo Strauss. Preston es un historiador absolutamente vulgar, carente de formación metodológica, cultural y sociológica. En las páginas de su obra, Franco aparece como un remedo histórico, no ya de Hitler, sino de Felipe II, tan negativo en el imaginario británico, como “Demonio del Mediodía”. Demonología pura. Sin interés. Quizás la mejor obra dedicada a la figura del dictador español haya sido la de Juan Pablo Fusi, Franco. Autoritarismo y poder personal. Escrita desde una perspectiva liberal, se trata de un ensayo crítico, pero, al mismo tiempo, empático y moderado en sus juicios e interpretaciones, Su único defecto es que no se trata propiamente hablando de una biografía exhaustiva y sistemática, sino de un ensayo interpretativo. No obstante, creo que la obra del discípulo de Raymond Carr marca el camino a seguir para una biografía de Franco a la altura de los tiempos.


Durante algunos años, la figura de Franco fue sometida a una especie de desdén historiográfico y mediático. No sin razón, el historiador Enrique Moradiellos publicaba, en 2002, un opúsculo biográfico titulado Franco. Crónica de un caudillo casi olvidado. Este libro seguía un método muy próximo al de Fusi, pero no aportaba nada nuevo. En una crítica, el periodista y editor Javier Pradera, uno de los grandes inquisidores mediáticos de la España contemporánea, atribuía ese olvido a la “mediocridad” del dictador español. El tema de la supuesta “mediocridad” de Franco, ya planteado como hemos visto por Jaime Gil de Biedma, siempre me ha parecido el último recurso de los perezosos mentales, que en los campos historiográfico, cultural y mediático, son legión. Es como atribuir todos los males de España a, por ejemplo, la Inquisición. Algo que nunca he comprendido. ¿Cómo un hombre tan mediocre pudo ser el general más joven de Europa, ganar una guerra civil terrible, ocupar durante tanto tiempo el poder, morir en la cama y presidir la mayor transformación social y económica experimentada por la sociedad española en siglos? Franco siempre me ha parecido un maestro del realismo político y me resulta asombrosa su capacidad de adaptación a diversas situaciones y contextos políticos y sociales. Alguien que comparte fotografías, a lo largo de su mandato, con personajes históricos tan diversos e incluso antagónicos como Adolfo Hitler, Benito Mussolini, Philippe Pétain, Dwight Eisehower, Gamal Adber Nasser, Haile Selassie, Charles de Gaulle, Antonio de Oliveira Salazar, Grace Kelly, James Stewart, Danny Kaye, Eva Perón, Héctor J. Cámpora, el Sha de Irán, Norodón Sihanuk, Saud de Arabia, Richard Nixon, Gerald Ford, Juan Domingo Perón, Henry Kissinger, Ronald Reagan, Habid Bourgiba, Konrad Adenauer, etc, etc, no puede ser caracterizado como un personaje mediocre. Sin embargo, nuestra historiografía lo ha desdeñado; y seguimos sin tener una biografía exhaustiva sobre su figura, personalidad y trayectoria política.


A falta de obras académicamente serias, han proliferado, en cambio, libros absolutamente esperpénticos y biodegradables, fruto sin duda del resentimiento personal, como las del coronel de Caballería Carlos Blanco Escolá, La incompetencia militar de Franco, o Vicente Rojo, el general que humilló a Franco; los del discípulo de Manuel Tuñón de Lara Alberto Reig Tapia, Franco, Caudillo. Mito y realidad, y Franco. El Cesar superlativo; y el del comandante de Infantería y miembro de la UMD Gabriel Cardona, Franco no estudió en West Point. Obras que sirven más para conocer la personalidad de sus autores que la de su objeto de estudio.


En un libro desdichado y prescindible, El resurgir del pasado en España. Fosas de víctimas y confesiones de verdugos, las politólogas Paloma Aguilar y Leigh A. Payne, sostienen que el asesinato del “Padre” o más bien “El Abuelo” recayó en los “nietos de la guerra civil”, “muy comprometidos con los principios de justicia universal (¡) y la rendición de cuentas”. Las politólogas defienden una concepción conflictual de democracia, la “coexistencia contenciosa”. Sostengo que este libro es desdichado y prescindible no por ese testimonio, sino por su crasa ignorancia histórica. En su discurso, parece como si el 18 de julio de 1936 hubiese sido algo semejante a, por ejemplo, el golpe de Estado de Augusto Pinochet en Chile. No; estamos ante una guerra civil en la que ambos bandos cometieron crímenes y deplorables excesos. Tampoco parecen tener en cuenta el permanente insureccionalismo anarquista y socialista. Y que en el bando denominado “republicano” –hubo igualmente republicanos en el bando nacional, como los militantes del Partido Radical, cruelmente perseguidos por los revolucionarios, entre ellos el asesinado exministro Rafael Salazar Alonso— se produjo un auténtico genocidio con el clero católico. ¿Han contemplado estas politólogas el fetichismo criminal expresado en ciertas zonas bajo la férula revolucionaria por la exhibición pública de las momias de miembros del clero? Seguramente no, pero ello dice muy mucho del nivel mental de una parte de la izquierda española. En nuestra opinión, esa zona no debe ser designada como “republicana”, sino como revolucionaria y frentepopulista.


El relativo silencio más o menos persistente comenzó a desaparecer cuando el PSOE vio peligrar su longeva hegemonía política. Felipe González Márquez rompió el pacto tácito de no recurrir al pasado en las luchas políticas utilizando no ya el mítico video del feroz dóberman, sino las figuras de Miguel Primo de Rivera y Francisco Franco como antecedentes políticos en ideológicos del PP. La mención a Primo de Rivera no dejaba de ser curiosa, pues el PSOE colaboró con su régimen. La victoria de José Luis Rodríguez Zapatero en marzo de 2004 abrió la espita de la ofensiva de la denominada “memoria histórica”, luego “memoria democrática”, no del conjunto del pueblo español, sino de los vencidos en la guerra civil, presentada como una dramática lucha entre la democracia y el fascismo, entre la luz y las tinieblas. Y es que las izquierdas españolas, en el fondo, no respetan la memoria de los que dicen defender, de sus ancestros políticos e ideológicos. Porque la guerra civil no fue realmente una lucha entre fascismo y democracia, entendiendo por tal la liberal o poliarquía. Fue un conflicto entre revolucionarios y contrarrevolucionarios; ni más ni menos. Pretender que los anarquistas, los comunistas y los socialistas radicales, es decir, la inmensa mayoría de los componentes del bando republicano, eran defensores de la democracia liberal no es solo una tremenda y brutal falsedad histórica, sino una ofensa a los ideales de las fuerzas revolucionarias. ¿Qué dirían Buenaventura Durruti, Federica Montseny, José Díaz, Dolores Ibárruri, Enrique Líster o Juan García Oliver?


El 16 de marzo de 2005 se produjo un hecho que simbolizaba este cambio de paradigma. En la madrileña Plaza de Santa Cruz, al lado de los Nuevos Ministerios, coexistían las estatuas de Francisco Franco, de estilo clasicista, y un amasijo de piedra que decía representar al líder socialista Indalecio Prieto, que paracía un King Kong con boina. A unos metros, ya en el Paseo de la Castellana, se había instalado otra estatua, la de Francisco Largo Caballero, cuyo aspecto era todavía más caótico y amazacotado que la de su correligionario de lides socialistas. Esta coexistencia de estatuas fue interpretada por algunos como una muestra de esa política de reconciliación avalada por el nuevo régimen. Rodríguez Zapatero acabó con aquella ilusión, cuando, en aquella fecha, como regalo de cumpleaños a Santiago Carrillo, decidió suprimir la estatua de Franco. Las de Prieto y Largo Caballero aún permanecen en el mismo lugar. Toda una agresión simbólica. Y es que el conjunto de las izquierdas cree en la razón histórica de sus antepasados, mientras que la derecha oficial se avergüenza de ellos. Buena prueba de ello es que José María Aznar, influido por Jiménez Losantos, reivindicó la figura de Manuel Azaña. Seguramente, el líder popular no leyó al alcalaíno nunca, pero el mal ya estaba hecho. Aznar, que había militado en su juventud en el falangismo, se avergonzaba así de sus ancestros. No lo ha vuelto a hacer, pero su partido carece, hoy por hoy, de referentes históricos. Quizás cree no necesitarlos, A lo mejor, algún día reivindica a los krausistas o a Melquiades Álvarez. Todo se andará. En cualquier caso, la ofensiva antifranquista, sin oposición por parte del PP, continuó por ciudades, pueblos y plazas. El Valle de los Caídos fue objeto preferente de ese proceso de agresión simbólica. No obstante, víctima de sus contradicciones e insuficiencias, Rodríguez Zapatero cayó en 2011. Sin embargo, su sucesor Mariano Rajoy Brey no revisó la legislación socialista, limitándose a paralizar su financiación. Lo cual dejó el camino libre a una nueva ofensiva antifranquista cuando el PSOE volvió a acceder al gobierno. Pedro Sánchez aplicó, con una coherencia y un malthusianismo implacable una radical legislación al respecto. Su Ley de Memoria Democrática no sólo condena las dictaduras de Primo de Rivera y Franco, sino toda la trayectoria política de la derecha española. No obstante, su objetivo máximo fue la exhumación de los restos mortales de Franco de su tumba en el Valle de los Caídos. Lo cual consiguió, finalmente, tras no pocos debates y conflictos jurídicos, el 24 de octubre de 2019. Sólo VOX se opuso; el PP se abstuvo. Así se consumaba, en gran medida, el asesinato del Padre/Abuelo por parte de los nietos discordes. Una gran victoria de carácter simbólico cuyas consecuencias el PP fue incapaz de calibrar. Sánchez lo interpretó como una “victoria de la democracia”. Y recalcó su esperanza en pasar a la Historia por aquella decisión. Desde entonces, su interés se ha centrado en poner fuera de la ley a la Fundación Francisco Franco. Pero ahí no acabó la riada antifranquista.


LA MOJIGANGA DE SÁNCHEZ

Y es que, a finales de 2024, el incansable Sánchez anunció la conmemoración oficial del medio siglo de la muerte de Franco, bajo la denominación de “50 años de libertad”, mediante la celebración de un centenar a actos diversos a lo largo de 2025. Celebración de la muerte del Padre/Abuelo, puro psicoanálisis. Para ello, se creó un comisionado especial, un comité formado por expertos. Como hemos señalado al comienzo de este artículo, no sólo era efecto de ese impulso asesino hacia la figura del Padre/Abuelo, sino que, al menos en principio, podía ser la plataforma de un necesario debate historiográfico sobre nuestra historia contemporánea. En Francia, Italia y Alemania han tenido lugar interesantes controversias historiográficas sobre la Revolución de 1789, el fascismo o el nacional-socialismo, protagonizadas, entre otros, por François Furet, Renzo de Felice o Ernst Nolte. Pero en España no ha sido así; todo lo contrario. La selección de los colaboradores del proyecto no deja lugar a dudas; todo está tenebrosamente claro. No existe el menor atisbo de pluralidad; la totalidad pertenecen a lo que podemos denominar izquierda historiográfica; Carme Molinero, Julián Casanova, Paloma Aguilar, Ismael Saz, Miguel Ángel del Arco, Zira Box, Nicolás Sesma, Alejandro Pérez Olivares, Margarita Vilar Rodríguez, Ana Cabana, etc. Historiadores sectarios y alguna que otra politóloga carente de formación histórica. La comisionada especial es una historiadora desconocida, Carmina Gustrán Loscos, experta, dicen, en cine español de la transición. Tampoco podía faltar Fernando Martínez, catedrático de parva obra, que preside una orwelliana Dirección de Estado de Memoria Democrática. Una institución que no debería existir en una sociedad y en un sistema político cuyo fundamento dice ser el pluralismo social y político. Sin embargo, su mera existencia no parece haber suscitado el menor escándalo en el campo historiográfico español. La instauración de este comité supone la consagración de la hegemonía indiscutida de aquellos que he denominado “Guardianes de la Historia”, cuya función es divulgar la interpretación oficial y canónica de la historia contemporánea española presente en la Ley de Memoria Democrática. Estos historiadores han renunciado a su función crítica para convertirse en meros sicarios del poder. Nada nuevo en la trayectoria histórica de la izquierda intelectual española siempre presta a monopolizar las instituciones culturales y universitarias, como lograron los krausistas. Nada ha cambiado. Como denunciaba Marcelino Menéndez Pelayo: “Se ayudaban y protegían unos a otros, cuando mandaban se repartían las cátedras como botín conquistado; todos hablaban igual…”.


Echamos de menos, sin embargo, la presencia del intempestivo paleohistoridor Ángel Viñas Martín, aspirante eterno al puesto de Führer de la historiografía progre española; el Joaquín Arrarás de nuestra izquierda y autor de libros tan deleznables historiográficamente hablando como La conspiración del general Franco, El primer asesinato de Franco, o La otra cara del Caudillo. Viñas desprecia radicalmente a Franco, pero el personaje ha constituido para él una obsesión grafómana. Su antifranquismo es visceral; y resulta un tanto difícil de explicar racionalmente, ya que el irascible hombre de la pajarita fue, de la mano de su mentor Enrique Fuentes Quintana, un niño mimado del régimen. Como reconoce en sus pretenciosas memorias, nunca militó en la oposición clandestina. Su bilis antifranquista se hizo explícita, ya que la guardó concienzudamente en su fuero interno, tras la muerte del dictador; ni un minuto antes. En cualquier caso, su lucha contra el fantasma de Franco ha dado sentido, según él mismo reconoce, a su obra e incluso a su vida: “He demostrado documentalmente que Franco fue un embustero, un asesino, un ladrón de guante blanco, y que, por lo menos durante algunos meses, estuvo muy cerca de entrar en la guerra con Hitler. Se lo impidieron”, Demonología unilateral y de bajo perfil que este autor intenta ocultar bajo el manto de una erudición de guardarropía. Algún día habrá que desenmascarar sus trampas, mentiras y tergiversaciones. Por otra parte, es un ignorante en sociología política e historia de las ideas.


Sin embargo, el maestro de ceremonias de esta mojiganga pseudohistoriográfica no ha sido Viñas, sino Julián Casanova Ruíz, catedrático de Historia Contemporánea en la Universidad de Zaragoza, que recientemente ha publicado Franco, otra biografía que luego comentaremos. Casanova ha sido presentado por la prensa más o menos izquierdista como “el mayor historiador de su generación y el máximo especialista en el período”. Nada menos. A mi modo de ver, se trata de un espejismo, en el mejor de los casos, o de una broma de mal gusto en el peor. Estamos ante un historiador muy mediocre aupado artificialmente a la fama por motivos políticos y relaciones mediáticas. Su especialidad es el anarquismo español. Si le sacas de ese tema, desbarrar o se limita a la divulgación trivial. Hizo una presentación del libro Los historiadores marxistas británicos, de Harvey J. Kaye, y demostró no haberse enterado de nada de la producción de Dobb, Hilton, Hill, Hobsbawn y Thompson. Su impericia metodológica resulta igualmente significativa. En La historia social y los historiadores, denunciaba el “el secano español” en materia metodológica. Y él era un buen ejemplo de esa carencia. El libro no aportaba nada, era de una pobreza estilística y especulativa absolutamente escandalosa. En El pasado oculto, demostró, por si había alguna duda, su ignorancia absoluta sobre la nueva bibliografía e interpretaciones en torno al fenómeno fascista. Su interpretación recordaba a Dimitrov y la III Internacional. Mijail Suslov hubiese sido, sin duda, más sutil. Sin embargo, su mayor fracaso ha sido, a mi entender, La Iglesia de Franco, que más que una obra de investigación histórica parece la autobiografía de un exseminarista que ha sufrido abusos por parte curas pederastas. Su pseudobiografía de Franco no aporta nada. Y es a Casanova no le interesa la derecha española; ni le interesa ni la entiende; simplemente, la desprecia. En ese sentido, tampoco le interesa nada la figura del dictador español. Franco es una típica obra de encargo; hecha a desgana; sin convicción ni empatía. Sin duda, hubiera preferido al feroz Buenaventura Durruti o a la homófoba Federica Montseny.


Otro historiador muy jaleado por la prensa de izquierdas ha sido Nicolás Sesma, autor de otro libro prescindible sobre el régimen de Franco titulado significativamente Ni una ni Grande ni Libre, cuya principal aportación, un tanto risible, es la definición del franquismo como “fascismo poliédrico”. Y es que aquí, en España, el que no corre vuela, sobre todo en historiografía, a la hora de hacer el ridículo, con tal de conseguir una efímera celebridad mediática.


El primer acto de la mojiganga tuvo lugar el 8 de enero de este año en el Museo Reina Sofía de Madri., bajo el lema “España en libertad, 50 años”. Al acto asistió la plana mayor del gobierno, junto a periodistas e intelectuales de izquierda. Comenzó con una esotérica danza de la bailarina Inmaculada Salmerón, miembro del Ballet Nacional de España. La periodista Eva Maruja ejerció de maestro de ceremonias de la mojiganga, ensalzando el contenido del programa. Carmina Gustrán expuso las líneas generales del programa. Aparecieron los periodistas Soledad Gallego Díaz, vieja comunista, que contó sus batallitas; y Javier Padilla, que vino a promocionar un libro suyo. A continuación se proyectó un video grotesco presentado por una tal Albalta San Román en el que preguntaba en la calle sobre lo que se podía o no hacer en la España de Franco. No deja de resultar paradójico que los entrevistados fueran la inmensa mayoría adolescentes, que no conocieron la época. El delirio llegó al extremo cuando la periodista llegó a decir que durante el franquismo no podía verse películas como Con faldas y a lo loco, ni leer Los miserables, de Víctor Hugo. El culmen de la mojiganga corrió a cargo, naturalmente, de Pedro Sánchez, narcisista de libro. El dirigente socialista es un hombre de poder, un hombre unidimensional, sin cultura ni curiosidad intelectual alguna. Siempre va a lo suyo, a conservar el poder y a exhibir su imagen ante las cámaras. En su discurso, dio una imagen grotesca de la España de Franco. De nuevo, pura demonología. “La gente no podía ser lo que quería ser”. Por lo visto ahora sí, sobre todo a una juventud incapaz de llevar a cabo un proyecto de vida, por las circunstancias materiales en que se desenvuelve. Sobre todo, exhibió su crasa ignorancia histórica, sociológica y económica cuando comparó la renta per cápita española de 1975 con la renta per cápita actual. El conjunto de los economistas se le echaron encima, destacando el mediocre crecimiento español a lo largo de la etapa partitocrática. Y es que no debería olvidarse que, como señalan historiadores antifranquistas como Gabriel Tortella o Pablo Martín Aceña, el franquismo fue “la edad de oro del capitalismo español”; y el período de mayor movilidad social de su historia. El régimen de Franco era, sin duda, una dictadura. Y no lo ocultaba: uno de sus pensadores oficiales Rodrigo Fernández Carvajal lo definió, en su libro La Constitución española, publicado en 1969, por Editora Nacional, como una “dictadura constituyente y de desarrollo”. Sin embargo, ello no debería ocultar sus logros.


Como colofón la joven cantante Jimena Amarillo intentó cantar la célebre Libertad sin ira, pero lo hizo muy mal, incluso se trabucó. Un desastre.


Así lo vio el conjunto de la opinión pública, entre carcajadas y befas. La mojiganga fue un fracaso. Y es que, al menos en nuestra opinión, esta iniciativa puede ser contraproducente, no ya desde el punto de vista académico, sino desde el directamente político, que es, no lo duden, el que le interesa a Sánchez. Quizá le ocurra como al personaje de la película de John Huston, Casino Royale, una brillante parodia de las películas de James Bond: “Es una trampa. Esta pistola dispara hacia atrás. Acabo de matarme”. Que así sea. Políticamente hablando, se entiende.


Una ley nacional del español
Jorge Campos Asensi. el debate. 22 Marzo 2025

No podemos permitir que se siga persiguiendo y marginando la lengua común de todos los españoles y mucho menos que sean las propias administraciones públicas las que lo promuevan


El idioma español es la máxima expresión de la inmensa riqueza cultural de España, que a lo largo de los siglos ha conformado la mayor gesta civilizatoria y de hermandad de la historia que es la Hispanidad. Esta gesta es la que nos ha permitido compartir nuestra lengua con más de 600 millones de personas en todo el mundo.


El español es la lengua común y propia de todos los españoles y todos tenemos el derecho y el deber de conocerla. Además, gracias a la enorme riqueza y pluralidad cultural de nuestra nación existen, en algunas regiones, junto a la lengua común otras lenguas españolas cuyo uso cotidiano nunca ha supuesto problema alguno.


Lo que es una enorme riqueza y patrimonio de todos los españoles ha sido retorcido por el separatismo, con el visto bueno del PP y del PSOE, con el único objetivo de dividirnos y enfrentarnos, y para exacerbar diferencias entre territorios en detrimento de todo lo que nos une. Han llegado, incluso, a modificar la toponimia histórica con fines políticos.


Las constantes cesiones del bipartidismo al separatismo durante décadas y el desarrollo paralelo del fallido modelo autonómico han permitido el arrinconamiento institucional del español en las regiones con lenguas regionales cooficiales.


En la enseñanza, separatistas, PP y PSOE, han marginado al español sacándolo de las aulas y atropellando los derechos de las familias. Las denuncias por adoctrinamiento separatista a través de las lenguas regionales son constantes. Esto, además de provocar profundas heridas emocionales y sociales, ha tenido consecuencias nefastas en la calidad educativa.


Los españoles tienen el derecho a estudiar en la lengua común en cualquier parte del territorio nacional. Todas las familias deben tener garantizado el derecho a que sus hijos estudien y conozcan el español en todos los niveles de enseñanza y en cualquier centro educativo. La libertad de elección de lengua es un derecho de las familias, reconocido por nuestro Tribunal Constitucional y Tribunal Supremo, vulnerado sistemáticamente en las regiones bilingües, donde los ciudadanos que tienen el español como lengua materna sufren el apartheid lingüístico. El adoctrinamiento político debe salir de las aulas.


En el acceso a la función pública, separatistas, PP y PSOE, han permitido que las imposiciones lingüísticas devalúen y degraden nuestros servicios públicos al primarse los conocimientos lingüísticos sobre los técnicos.


Todos los españoles deben tener igualdad de oportunidades en el acceso a la función pública en base a criterios de mérito y capacidad. Las lenguas regionales pueden ser un mérito según las funciones específicas del puesto de trabajo, pero en ningún caso pueden ser un requisito excluyente.


En las relaciones con la Administración pública, todos los españoles tienen derecho a usar el español en sus relaciones con cualquier administración pública sea local, provincial, insular o autonómica.


Las imposiciones lingüísticas del separatismo, del PP y del PSOE han levantado barreras y fronteras artificiales dentro de España que impiden la movilidad de los trabajadores por el propio territorio nacional. Todo ello atenta contra derechos básicos como la libertad de circulación, la libertad de residencia y la libertad de empresa, y además han tenido consecuencias nefastas para la economía de muchas partes de España que han visto deteriorada la prosperidad y la riqueza de familias, trabajadores y empresas.


Las administraciones públicas deben promover la libertad lingüística, especialmente en las actividades laborales, profesionales, industriales y comerciales, y en general, en todo el ámbito socioeconómico.


El separatismo, el PP y el PSOE han utilizado las subvenciones que pagamos todos los españoles para implementar su agenda lingüística totalitaria marginando y arrinconando al español.


Ninguna ayuda o subvención pública debería estar supeditada al uso de una lengua cooficial, como sucede actualmente, debiendo otorgarse en todo caso en base a criterios objetivos que redunden en el bien común y el interés general. El uso de la lengua regional nunca debería ser requisito para la recepción de ayudas públicas por parte de empresas, profesionales y particulares.


No podemos permitir que se siga persiguiendo y marginando la lengua común de todos los españoles y mucho menos que sean las propias administraciones públicas las que lo promuevan. Es absolutamente necesario poner fin de inmediato a toda normativa nacional, regional, provincial o municipal que atente contra la libertad lingüística y pretenda perseguir al español en cualquier ámbito ya sea educativo, sanitario, económico, profesional, político o social.


Los españoles necesitamos una solución para acabar con la utilización política de las lenguas regionales como armas de separación entre españoles y de vulneración de derechos y libertades. La solución: Una ley nacional del español. Es de vital urgencia.


Jorge Campos Asensi es responsable de las jornadas en defensa del español y de la libertad lingüística


Menos leyes, más sentido común
Nota del Editor. 22 Marzo 2025

" Por favor, no más leyes ", más leyes significan más incumplimientos (o peor aún si miramos la c.e. y mucho peor si queda el t.c). Lo mejor es derogar todas las leyes de lenguas regionales y listo.


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Sin presupuestos y sin elecciones
Hermann Tertsch. el debate. 22 Marzo 2025

Dice Pedro Sánchez que no necesita presupuestos para seguir gobernando. Que aquello que le decía él mismo a Mariano Rajoy de que «si no hay presupuestos, hay que ir a elecciones» era una mera añagaza política para echar a los pardillos de los populares del poder. Cosa que en efecto logró. Pero deja claro que a él no le vengan con idioteces porque por segundo año consecutivo piensa gobernar sin presupuestos, prorrogando aquellos ya casi olvidados que nada tienen que ver con la realidad española actual y no pueden servir para siquiera intentar un año de cabal y eficaz gobierno.


Eso a Sánchez le trae sin cuidado porque sus prioridades son otras. Sánchez quiere quedarse. Y nadie dude de que si tiene que crear tensiones para prorrogar no solo presupuestos sino la legislatura sin convocar elecciones lo hará. Se les ocurrirán formas de generar estados de excepción con la misma facilidad con la que se propone destruir la cruz y la basílica del Valle de los Caídos.


En los países considerados democráticos uno de los elementos más consolidados de la higiene institucional era esa asumida obligación de cumplir con la presentación de la ley máxima de gobierno que son los presupuestos. En caso de no poder hacerlo por falta de mayoría se planteaba la cuestión de confianza o directamente la disolución del parlamento y elecciones porque el gobierno había dejado de tener el apoyo de una mayoría y por tanto quedaba despojado de legitimidad.


Pero imaginen lo que le puede importar a Pedro Sánchez la legitimidad, cuando le importa una higa la propia legalidad. Él no necesita unos presupuestos porque gobernar el país con unos proyectos generales para del bien nacional y común es algo que no ha hecho nunca ni tiene intención ni interés en hacer ahora.


Hoy más que ayer pero menos que mañana Sánchez gobierna exclusivamente para mantener el poder en aras de la impunidad propia, de su familia y de todo un gobierno y cúpula cómplice en el brutal saqueo del que son víctimas los españoles y el patrimonio nacional.


Sánchez, sin haber asesinado y torturado como ha hecho su aliado y socio Nicolás Maduro, está en la misma situación que el criminal dictador venezolano: si pierde el poder va a tener inmensas dificultades para que no caiga sobre él y su tropa el peso de la ley.


Ni siquiera la segura disposición del Partido Popular a olvidar todo lo sucedido y barrer todas las montañas de fechorías socialistas bajo la alfombra, –hoy por ti, mañana por mí–, van a poder salvarlos esta vez porque el descaro y la prisa que se han dado tantos en enriquecerse los ha llevado al exceso y al descuido. La República Dominicana está en todas partes. Por eso, deberíamos ser todos conscientes de que la gente que gobierna con Sánchez a su cabeza hoy son capaces de todo por seguir.


Y piensen en el contexto. El virtual partido único de la socialdemocracia que componen en Europa los populares y los socialistas se siente acosado por los partidos nacionales y soberanistas que llaman «ultraderecha». El pánico se ha disparado tras la victoria de Trump. Por eso están tomando todo tipo de medidas para preservar su hegemonía y poder que creían eternos y ahora vez en peligro. Y las medidas no andan sobradas de escrúpulos democráticos.


En Rumanía suspenden las elecciones porque no gusta el candidato y Bruselas aplaude y se pone una medalla por ello. En Austria, las obscenas injerencias externas han impedido un gobierno de coalición de las fuerzas conservadoras el Partido Popular y el Partido Popular, alianza que ya ha existido en Austria y que sin embargo ahora no se ha tolerado desde Alemania y Bruselas.


Y en la propia Alemania se ha producido un acontecimiento grotesco que sin embargo todos los medios de la opinión sincronizada socialdemócrata y la propia Unión Europea han asumido con total tranquilidad y aplauso. En Berlín se ha aprobado una triple y profunda reforma constitucional con el parlamento saliente y caduco un mes después de las elecciones, porque en el nuevo parlamento no hay mayoría para esa reforma.


Todo eso ha sucedido en estos últimos meses en países de la UE sin que nadie alce la voz más que contra Hungría y la conocida manía de Viktor Orban de cumplir con sus promesas electorales, defender su soberanía nacional y la voluntad expresa de los húngaros. Imaginen la que se puede organizar en la España de Pedro Sánchez, Bolaños, Junts, Delcy Rodríguez, Acento, Zapatero, la embajada china, Otegui y el narcoforo de Sao Paulo triunfante por el Guadalquivir para buscar un pretexto que prolongue la vida política del usurpador con o sin abrazo del partido de Núñez Feijóo y Úrsula von der Leyen.


Pactar con Vox es pecado, con ETA es tolerancia
Eduardo Inda. la razón. 22 Marzo 2025

Resultó un placer lindante con el orgasmo contemplar a periodistas y políticos de izquierda reaccionar como hienas en celo al acuerdo alcanzado entre Carlos Mazón y Vox para los Presupuestos de la Comunidad Valenciana 2025. Va para cinco meses el tiempo que llevan intentando derribar al mandamás de la Generalitat tirando de contadísimas verdades, bastantes medias verdades y un sinfín de lo que toda la vida de Dios se llamó trolas y ahora se conoce como «fake news». Y, entre medias, se inventan cabreos de Feijóo con Mazón que sólo existen en sus calenturientas mentes, actos de desobediencia del president valenciano a Génova 13 que constituyen fantasías animadas de ayer y hoy e indignaciones de otros barones que venden como una regla cuando representan una insolidaria y minoritaria excepción.


El sanchismo político y mediático se las prometía muy felices las dos últimas semanas gracias a la congénita estupidez de la derecha patria, que se ha puesto al frente de la manifestación para pasar por la guillotina al barón popular por su gestión de la DANA. Todo ello con la ayuda de la juez roja de Catarroja que, al igual que la derechita tontita y la izquierda diabólica, ha obviado el elemental hecho de que en las consecuencias del diluvio del 29 de octubre más responsabilidad atesora esa Aemet que pronosticó que lo peor terminaría a las seis de la tarde y sobrevino entre las seis y veinte y las ocho y media y una Confederación Hidrográfica del Júcar que no informó del rebose del barranco del Poyo.


El sanchismo periodístico estaba más cabreado que la mona Chita cuando Tarzán no le daba de comer. Normal: su gozo de cobrarse la pieza del president de una región decisiva para la gobernabilidad de España había acabado en el pozo de sus miserias. Se desahogaron llamando de todo y por su orden a Mazón por acostarse políticamente con Vox. La historia de siempre: «ultraderecha» por aquí, «extrema derecha» por allá y el recurrente y coñazo «fascista» por acullá. El éxito del líder de los populares de la Comunidad Valenciana es indiscutible: ya cuenta con los Presupuestos de los que carecen Pedro Sánchez, que cumple su segundo ejercicio con los de 2023 prorrogados, el aragonés Jorge Azcón, el murciano López Miras, la extremeña Guardiola y el castellanoleonés Mañueco.


La cantosa doble vara de medir queda tanto más clara si trazamos una comparación entre la energúmena reacción a los Presupuestos de Mazón y la moderada y muy democrática que suscitó que Pedro Sánchez recibiera por todo lo alto, y entre sonrisas, a la ex portavoz de ETA y actual jefa de Bildu en el Congreso, Mertxe Aizpurua. La mayoría de los políticos y periodistas zurdos, y algún que otro espécimen de eso que yo denomino derechita tontita, aplaudió el gesto de «normalidad» que supone agasajar en Moncloa a una basura humana que publicó dos portadas que espero se vuelvan contra ella cual karma: la primera, «Ortega Lara vuelve a la cárcel», publicada el día después de la liberación del funcionario de prisiones; y una segunda tanto más repugnante, «El edil del PP apareció con dos tiros», difundida tras el asesinato a cañón tocante de Miguel Ángel Blanco. Vamos, que a esta chusma les parece maravilloso que la vocera de la banda que asesinó a 856 españoles, dejó malheridos a miles y forzó el exilio de cientos de miles sea socia del Gobierno de España y recibida en Palacio y fatal que el PP cierre tratos con una formación impecablemente democrática que no ha matado a nadie. Lo cual refleja lo enferma que está nuestra querida España.


El caso del inconstitucional Tribunal Constitucional
Santiago Navajas. libertad digital. 22 Marzo 2025

Una Constitución puede sobrevivir a un artículo inconstitucional, véase artículo 57 de la Constitución española (siempre que no se aplique), pero no a unos miembros de un Tribunal Constitucional que puedan manipular su espíritu retorciendo sus palabras. Ahora mismo tenemos en España una Constitución zombi dado que no cumple su principal misión: ejercer de último cortafuegos contra el incendio de vulneración de derechos, el pacto democrático y el contrato social que ha provocado el pirómano de la Moncloa al servicio de los intereses espurios de los nacionalistas que detestan la monarquía constitucional española, las feministas de género que odian conceptos básicos del Estado de Derecho como la presunción de inocencia y activistas de extrema izquierda que atizan las tertulias y las tribunas para provocar el guerracivilismo y la subversión.


Una mujer que denuncia a un hombre por viogen puede llevarse al hijo, aunque un juez tenga la "certeza" de que la denuncia es "espuria". Es el atropello final, no a la presunción de inocencia, sino a la inocencia misma.


Las recientes sentencias sobre el escándalo de corrupción de los ERE de Andalucía que afecta a políticos socialistas o, por otro lado, el amparo a una mujer que se llevó a su hijo tras denunciar espuriamente a su marido por viogen, negando la presunción de inocencia de los hombres –defendidas por magistrados como Cándido Conde-Pumpido, María Luisa Balaguer y el exministro de Justicia de Pedro Sánchez, Juan Carlos Campo– son muestras paradigmáticas de un sesgo que va más allá de lo ideológico y la politización para caer de lleno en el abismo de lo inconstitucional. Lejos de ser un árbitro neutral, con sentencias como estas el TC se ha convertido en un instrumento al servicio de agendas de izquierda, erosionando la confianza pública y su propia legitimidad.


El escándalo de los ERE, un caso de corrupción que desvió 680 millones de euros de fondos públicos en Andalucía, marcó un hito en la justicia española. Las condenas del Tribunal Supremo a figuras como José Antonio Griñán, expresidente de la Junta y miembro del PSOE, parecían cerrar un capítulo de falta de rendimiento de cuentas por parte de los que debían ser servidores públicos, pero se habían convertido en parásitos del Estado. ¿Recuerdan a la también socialista andaluza Carmen Calvo y su "el dinero público no es de nadie" para justificar la arbitrariedad y el interés espurio en el manejo irresponsable? Sin embargo, en 2024, el TC, con Cándido Conde-Pumpido como presidente, anuló parcialmente estas sentencias, diluyendo el delito en un tecnicismo legal.


No son casos aislados. La sentencia sobre el estado de alarma de 2020 (avalando que el estado de alarma puede restringir derechos fundamentales, una sentencia intrínsecamente totalitaria para justificar retrospectivamente las acciones del Gobierno de Sánchez), el aval a reformas del CGPJ en 2022 (otro alineamiento con el sanchismo, que impulsó esa reforma para desbloquear nombramientos clave) y la tolerancia hacia la Ley de Vivienda catalana en 2024 (un guiño a políticas socialistas y nacionalistas) muestran un patrón: el TC, bajo la égida de Conde-Pumpido, tiende a respaldar medidas o actores afines al Gobierno de coalición Frankenstein entre socialistas sanchistas, nacionalistas golpistas y legatarios de los terroristas. El aún pendiente fallo sobre los indultos del procés podría ser el próximo capítulo de esta deriva, con Conde-Pumpido en posición de moldear un desenlace que muchos anticipan como favorable al Ejecutivo.


El Tribunal Constitucional debería ser un faro de imparcialidad, en la estela que plantearon Adam Smith, Kelsen y Rawls, pero las decisiones pilotadas por Conde-Pumpido lo acercan peligrosamente a un tribunal de partido, a un tribunal popular, en suma, a un tribunal inconstitucional. Con González y Guerra, los socialistas trataron de enterrar la separación de poderes del enfoque liberal de Locke en tiempos de Rumasa; ahora, con Sánchez y Conde-Pumpido, tratan de cargarse el espíritu de las leyes que defendió Montesquieu. Los ERE y el amparo a una secuestradora no son meras anomalías; son síntomas de un TC secuestrado por un sesgo socialista y de ideología de género que antepone la política a la justicia. Si este trío y su mayoría no revierten esta percepción, el tribunal no solo perderá su credibilidad, sino que pondrá en jaque su propia constitucionalidad. España merece un TC que juzgue con la ley en la mano imparcial, no con el carnet de partido en la faltriquera.


Kelsen, en su ensayo de 1928, afirmó que "el Tribunal Constitucional puede ser, en las manos de la minoría, un instrumento propicio para impedir que la mayoría viole inconstitucionalmente sus intereses jurídicamente protegidos y para oponerse, en última instancia, a la dictadura de la mayoría". Pero, y esto es lo que más temía el jurista alemán, en manos de agentes ideológicos de la mayoría puede derivar un TC en el último eslabón de una cadena que conduzca a la servidumbre y el autoritarismo. Para Kelsen, la justicia constitucional es fundamentalmente un dique contra la "tiranía de la mayoría". Poner el TC al servicio de la mayoría parlamentaria, todavía más si es Frankenstein, es, por tanto, la peor manera de contribuir a la tiranía de la mayoría.


Por el contrario, la deriva del TC está de acuerdo con la visión que tenía Schmitt de un TC con una connotación altamente política, con función de legisladores constitucionales. Schmitt temía que un TC se opusiese al poder absoluto que él defendía encarnado en la figura del presidente. Sánchez –mejor, los que piensan en su gobierno, como el propio Conde Pumpido y Bolaños– están convirtiendo el TC en una mera cámara de eco del ejecutivo. Schmitt lo aprobaría. Kelsen, en absoluto, porque con Conde Pumpido y compañía, el TC ha renunciado a ser un "legislador negativo", un vigilante de los legisladores, pero no él mismo un legislador.


Schmitt arguyó que un grupo de "jueces profesionales e inamovibles" como los de una corte constitucional, diseñada para examinar cuestiones constitucionales, se convertiría inevitablemente en una segunda cámara. Aunque ellos carecían de una legitimación democrática, devendrían en un cuerpo con una "connotación altamente política"; con "funciones de legisladores constitucionales"


El TC debería encarnar la imparcialidad, pero las decisiones lideradas Conde Pumpido alimentan la percepción de un tribunal alineado con ciertas prioridades políticas y paradigmas filosóficos que niegan la verdad, la objetividad y la imparcialidad. Los diversos casos mencionados no prueban una conspiración, pero sí plantean preguntas sobre el equilibrio entre justicia e ideología. Si esta tendencia persiste, el TC corre el riesgo de perder su autoridad como garante constitucional. España necesita un tribunal que se rija por la ley, no por sombras de parcialidad.


Bildu mató, Vox no
Carlos Dávila. okdiario. 22 Marzo 2025

De verdad que resulta repugnante afirmar cosa tan obvia: Bildu es la coalición separatista vasca es sucesora directa de la banda terrorista ETA que durante más de cuarenta años obsequió a los españoles de bien con la friolera de ¡857 asesinatos! Muchos de los actuales dirigentes de Bildu fueron en su momento los criminales que sometieron a la sociedad española al estrés de soportar, por ejemplo en 1981, un atentado cada cuatro días. Ahora, estos forajidos están definitivamente no sólo perdonados, sino olvidados y blanqueados. Fíjense: una de las instituciones más afectadas por el terrorismo etarra fue la patronal vasca, la Confebask de antes y de ahora que, desde el asesinato en 1976 del industrial Ángel Berazadi, aguantó de forma a veces muy poco gallarda otros ¡48 homicidios más! Y fue víctima de la extorsión económica a ¡no menos de 10.000 personas! Pues bien, ya todo parece una historieta quemada u obsoleta, como la de los tebeos de Pulgarcito.


Esta misma semana, la cúpula de la organización empresarial se ha reunido, de igual a igual, con los colaboradores del antiguo terrorista Otegi, un asesino que se sintió muy frustrado cuando no pudo terminar ni con Javier Rupérez, ni con el padre constitucional, Gabriel Cisneros. O sea, las víctimas, los empresarios, sucesores de antiguos colegas secuestrados, chantajeados y asesinados, han participado en una «sesión de trabajo» (así la han llamado) con los chicarrones de Bildu, los cuales, sin enrojecer, han planteado a los interlocutores sus recetas para la paz y el crecimiento en el País Vasco. Sólo leyendo la noticia cualquier hombre/mujer de bien ha sentido la necesidad de vomitar.


Es decir: Bildu sardónicamente es una entidad política respetable con la que no sólo se puede contar sino que se debe negociar, y en su caso pactar, como ha hecho el psicópata (lo tienen diagnosticado los especialistas) Pedro Sánchez. Y sin embargo, en la otra orilla ninguna caridad con Vox; no, Vox irónicamente es un partido culpable, esencialmente contrario a los usos democráticos. Y esto -escrito con gran sarcasmo- puede debatirse, pero ni una sola coma más, porque Vox, el partido de Abascal, el Capitán Trueno de ahora mismo, nunca ha matado a nadie, ni siquiera ha amenazado de muerte a nadie, tampoco se ha forrado con el cruel «impuesto revolucionario» que, durante años, exprimió la conciencia y las cuentas corrientes de miles de empresarios y directivos vascos. Es de suponer que los muchos analistas que celebran el blanqueo de Bildu, aprecian que entre este partido y el de Abascal existe una distancia sideral: la que media entre unos tipos, los de Vox, representantes de la nueva derecha iliberal, y otros, los de Bildu, herederos ufanos de una banda de criminales que dejó a España exhausta ante tanto crimen y tanta sangre.


Pero, la verdad: este cronista no guarda mucha esperanza de que modifiquen su versión la multitud de cronistas y contertulios de diferente jaez que se dan el morro con gentes de mal como la repulsiva Merche Aizpurúa, la terrorista -fue condenada por ello- que, día a día, en los periódicos que se sostenían con la exigente recaudación del citado «impuesto revolucionario», apuntaba con celo y sin recelo a los objetivos que debían abatir sus colegas pistoleros de la banda. Establecer comparaciones entre estos dos partidos, Bildu y Vox, como si ambos fueran de igual perversidad, es una acción francamente nauseabunda. Pero se está produciendo a cada hora. ¡Con qué fiereza se está atacando a Mazón, y por tanto a Feijóo, por haber suscrito un pacto de Presupuestos con Vox en Valencia! Se ha escrito incluso que Feijóo ha firmado su segunda sentencia de muerte política por haber autorizado tal acuerdo. Y digo yo: si en julio de 2023 ya se murió porque, según estos propagandistas, su gran pecado imperdonable fue aliarse con Vox, ¿cómo así va a volver a entregar la cuchara porque lo dictan los renacidos apóstoles de la limpieza democrática? Que se sepa, nadie se ha muerto dos veces, una detrás de otra.


La Moncloa imparte sus consignas y se producen, casi al tiempo, dos reacciones. La primera, la de los que siguen la reiterada monserga al pie de la letra: Vox es un partido antidemocrático y como tal debe ser tratado. Nada con ellos, infectan. La segunda es la de los compañeros de viaje (la denominación es de Franco ¡qué le vamos a hacer!) que se apuntan al sarao porque así cuadriplican su calidad de personas de derechas pero también de gente progre que se opone a todo lo que suene a pasado, en este caso al franquismo, o, de forma más actual, a lo que representa un asentamiento de la ultraderecha europea y por tanto española. No se detienen estos epígonos ni un minuto en resaltar el abismo que existe entre una coalición, la de Bildu, que todavía está sin condenar los 857 asesinatos que perpetró su querida banda, y Vox cuyo solo pecado es haber metabolizado su antieuropeísmo militante, su apuesta por la revisión de los postulados democráticos, su renuncia a reconocer la eficacia de nuestro Estado Autonómico, y algunas otras lindezas que realmente están haciendo verdadero daño a sus posibilidades electorales. Pero ellos verán.


Siendo eso, todo eso, discutible, no existe ni un solo motivo para encuadrar a Vox en el armario de los partidos que no aceptan el orden democrático; otra cosa, desde luego, son las recetas liberales que marchan por otro camino. Ni un motivo, por eso resulta una verdadera asquerosidad aceptar la presencia de Bildu en la política nacional y sin embargo condenar a Vox a las tinieblas exteriores como si se tratara de una organización similar a la que dirigen individuos tan repulsivos como el mencionado Otegi o la cuadra de colegas, todos ellos condenados por terrorismo o por su encubrimiento, que no hace ni siquiera un mes se han encaramado a la dirección de la propia Bildu. Por tanto, quede claro: no a estos antiguos delincuentes, a Bildu, que no guarda similitud alguna con Vox, son el agua más o menos sódica y el cianuro.


Guetos islámicos en Cataluña
Xavier Rius. gaceta. 22 Marzo 2025

Bueno, ya es oficial. Hay guetos islámicos en Cataluña. Y sospecho que también en el resto de España. La prueba definitiva es que VOX ha pedido hacer este sábado una manifestación en el barrio de ca n’Anglada, en Terrassa. Con un elevado porcentaje de población magrebí. Los Mossos les han dicho que no. Que no podían garantizar su seguridad.


El primero que me dio la noticia fue precisamente el presidente VOX en Barcelona y portavoz en el Parlamento catalán, Joan Garriga. El sábado en un acto del partido. Fui porque quería escuchar a Samuel Vázquez. El policía reconvertido en verdadero especialista en seguridad. Todo lo que ha ido anunciando, incluso hace años, se ha ido cumpliendo a rajatabla.


Garriga —no confundir con su primo Ignacio— me dijo que los Mossos d’Esquadra les habían puesto pegas. Que no podían garantizar su protección. Ni siquiera la de los propios agentes del cuerpo. Que preveían la asistencia de unos 4.000 musulmanes. Fui raudo a colgar la noticia en mi canal de YouTube. Pero la verdad es que, en este caso, entiendo la preocupación de los mandos policiales. Pasearse con una pancarta que diga «No la islamización» por la zona es jugarse el tipo.


Yo estuve hace poco y me lanzaron una lata de coca que, felizmente, impactó en una pared cercana. Me consta también que Alicia Tomás, la alcaldable de VOX por esta localidad, cuando va tiene que ir con escolta. Pero mal asunto cuando un diputado, en este caso autonómico, no puede ir a cualquier pueblo de Cataluña. Señal de que lo decía: hay ya guetos. Zonas no-go. Donde la autoridad del Estado está seriamente en entredicho.


Estuve por primera vez en el barrio en el 2012 y ya lo era. Habían detenido al imán por comentarios contra la integridad física de la mujer. Creo que la cosa, al final, quedó en nada porque no he encontrado la sentencia. Nada más aparcar el coche, interpelé a una joven que me dijo: «Mire, yo soy del barrio de toda la vida, pero si pudiera me iría». Se quejó de que un día le mataron un cordero —supongo que por el final del Ramadán— en el capó del vehículo. Ante su sorpresa, le dijeron que no se preocupara, que le darían un trozo. Tampoco era eso.


Si quieren otra prueba de que hay guetos vayan a Salt, al lado de Gerona. La historia es conocida. Otro imán ha estado cinco años sin pagar el alquiler. Cuando consiguen echarlo vuelve al día siguiente y ocupa el piso. En cuanto lo vuelven a desalojar, se arma la de San Quintín e intentan asaltar la comisaría de los Mossos. Lo mejor es que salió el alcalde de ERC, Jordi Viñas, por TV3 culpando a la Sareb, el banco malo. Y a la falta de vivienda pública. No hay peor ciego que el que no quiere ver.


Ahora parece que al imán en cuestión —si no lo remedia algún funcionario cabal— le han ofrecido un piso de protección oficial. Saltándose no solo los requisitos sino la lista de espera.


Hace diez o quince años intuí que la inmigración —o mejor dicho: la falta de integración— sería un problema. Entonces comencé a patearme barrios y localidades problemáticas. Perdonen la redundancia. Además de ca n’Anglada o Salt; Sant Llorenç —también en Terrassa—; Rocafonda en Mataró; o Llefià y la Salut en Badalona. Ya era evidente que teníamos un problema. Sin embargo, si te ocurría escribir sobre ello eras tildado automáticamente de «racista», «xenófobo» o «islamófobo», expresión que se puso de moda por esa época.


Nuestros representantes políticos prefirieron esconder la cuestión debajo de la alfombra. O meter la cabeza bajo el ala. Que es lo peor que se puede hacer con un problema: se agrava. Sobre todo los de izquierda, porque rompía el relato oficial de que la multiculturalidad era la solución. Se nota que no viven en barrios obreros o populares. Aunque también los de Junts que, durante el proceso, silenciaron el tema. Entonces sólo les interesaba atraer el voto inmigrante a la causa. Pregunten si no a Àngel Colom.


El buenismo, que ya ha criticado en alguna ocasión desde este mismo espacio, es letal. En el bien entendido que puede ser político, pero también mediático o incluso académico. Recuerdo, por ejemplo, una información publicada en La Vanguardia el 25 de junio del 2013. Todavía guardo el artículo. «En Cataluña no hay guetos», rezaba el titular. «Un estudio resalta que la inmigración está muy repartida geográficamente», añadía el subtítulo.


Para eso, la verdad, no había que hacer un estudio. Muchos municipios catalanes tienen ya porcentajes del 15 o el 20%. Incluso más porque los sin papeles no salen en las estadísticas y los nacionalizados dejan de salir. Cuando supera el umbral del 5 o el 10% difícilmente habrá integración. Pues imaginen con umbrales del 35 o el 40%.


El estudio en cuestión, presentado incluso en un congreso de sociología en Francia, concluía que «no existe lo que algunos expertos llaman un gueto, un enclave exclusivo que se caracteriza por la presencia de un solo grupo de extranjeros que representa el 60% o más del total de la población de esa zona y al menos el 30% del total de miembros de este mismo colectivo en el municipio».


«El enclave del Raval no es un gueto», insistía. Yo el otro día pasé por este distrito y vi a un nicab meterse en una tienda. Ni siquiera era el núcleo duro del barrio, sino la Ronda Sant Antoni, que sigue el recorrido de la antigua muralla de Barcelona. Pero como dicen sesudos profesores universitarios: no hay guetos.


El Golpe de Estado de Armengol en el Congreso
Emilio Martínez Montilla. libertad digital. 22 Marzo 2025

Decía Hans Kelsen que toda modificación de la Constitución mediante un procedimiento no previsto en ella supone un golpe de Estado.


Decía Hans Kelsen, uno de los padres del constitucionalismo contemporáneo, que toda modificación de la Constitución mediante un procedimiento no previsto en ella supone un golpe de Estado.


Kelsen era de origen judío y había comprobado con horror cómo el Partido Nazi usó a las instituciones para destruirlas desde dentro e imponer un régimen de terror.


Ayer, en el Congreso de los Diputados, se traspasaron todos los límites constitucionales y se practicó justamente lo que denunciaba Kelsen.


Francina Armengol, junto al resto de miembros de la Mesa del PSOE y de Sumar, decidió vetar las enmiendas a la Ley de Prevención de Pérdidas y Desperdicio Alimentario que había propuesto el Senado.


Entre esas enmiendas, se encontraba la introducida por el PP que proponía reducir el IVA a los alimentos básicos al 2% hasta el 31 de diciembre.


Armengol, en un ejercicio de despotismo institucional nunca visto hasta ahora, dio luz verde a la petición del Gobierno de utilizar el artículo 134.6 de la Constitución, el cual le otorga al Ejecutivo la potestad para excluir iniciativas parlamentarias cuando estas impliquen una disminución de los ingresos o un aumento del gasto.


Dicho artículo ha sido usado hasta la extenuación para evitar que se debata cualquier iniciativa que tenga visos de salir, lo cual es habitual teniendo en cuenta la situación de debilidad parlamentaria en la que se encuentra inmerso Pedro Sánchez.


Sin embargo, Armengol no podía utilizar dicho artículo para vetar las enmiendas que traía el Senado y evitar que estas se pudieran votar. La doctrina del Constitucional es muy clara al respecto: se pueden vetar las enmiendas en el proceso de tramitación de la ley, pero ese proceso ya había pasado, la ley ya había ido al Senado y el momento procesal no permitía tal exclusión.


Pero lo peor no es eso, sino que se ha privado al Senado de una de sus principales potestades constitucionales: es el artículo 90 de la Constitución el que faculta al Senado a presentar enmiendas a las iniciativas parlamentarias que apruebe el Congreso.


El PSOE está usurpando de sus funciones constitucionales al Senado, llevando a España a un choque institucional nunca antes visto.


El propio secretario general del Congreso, Fernando Galindo, advirtió que estos vetos eran manifiestamente inconstitucionales. Y lo mejor es que la izquierda no puede decir que este señor es un peligroso ultraderechista que practica lawfare: fue elegido por el PSOE y Sumar en el año 2023.


Nuestro sistema es bicameral por una razón fundamental: establece contrapesos democráticos. Para ciertas iniciativas, como modificaciones constitucionales de calado o la aplicación del famoso artículo 155, se requiere del respaldo de ambas cámaras.


Esto es así por un motivo muy concreto que fue diseñado por el Constituyente: el Senado representa a los territorios, los cuales eligen tres senadores por provincia en las Elecciones Generales, y un senador por designación autonómica (al que se le suma un senador extra por millón de habitantes).


El Constituyente quiso al diseñar la arquitectura de nuestro sistema democrático que hubiera un equilibrio en la representación de la ciudadanía que encarna el Congreso y la representación de los territorios que materializa el Senado, sumando todo ello lo que es el concepto de soberanía nacional. Podemos entrar a debatir sobre si esto tiene sentido o no, o sobre si es necesario mantener una cámara con tan pocas funciones, pero mientras no se cambie se respeta.


Lo que es aberrante, intolerable y vergonzoso desde cualquier punto de vista institucional, es que justamente ahora que las funciones del Senado eran importantes porque le permitían a la oposición someter a votación iniciativas que habían sido vetadas por el Gobierno, se le supriman al Senado sus funciones.


Y, para mayor escándalo democrático, esto se hace a través de una mayoría absolutamente artificial en la Mesa del Congreso, ya que el PSOE y Sumar ostentan el 55% de los puestos en la Mesa frente al 43,4% de los escaños que suman en la Cámara.


Sin embargo, aún no hemos llegado al colmo de esta situación: lo que se ha hecho constituye un ataque sin precedentes a la soberanía nacional.


El motivo porque el que se han practicado esta serie de arbitrariedades es que las iniciativas planteadas, especialmente la rebaja del IVA, tenían muchas probabilidades de salir adelante.


Es decir, el PSOE está recurriendo a métodos inconstitucionales para que no se pueda votar en la sede de la soberanía nacional y no se pueda expresar la voluntad del pueblo español.


El Poder Ejecutivo, liderado por ese aspirante a tirano que es Pedro Sánchez, no solamente arremete constantemente contra el Poder Judicial e intenta controlarlo, sino que mantiene secuestrado al Poder Legislativo.


Por eso defiendo públicamente que ayer Francina Armengol perpetró un Golpe de Estado: no sólo usurpó las funciones de forma inconstitucional a la otra cámara que encarna la soberanía nacional, sino que lo hizo precisamente para que los diputados que representan a la ciudadanía no pudieran ejercer su derecho a la participación política.


Y lo más insólito de todo es podríamos tener la excepcionalidad de contar con una presidenta del Congreso imputada, como ya ocurriera en el 2017 ante el golpe secesionista del procés. En opinión de varios juristas relevantes, lo perpetrado ayer por los miembros de la Mesa podía ser constitutivo de tres delitos: prevaricación, falsedad documental e infidelidad en la custodia de documentos. Continuando con la analogía, los letrados de la Cámara también avisaron en 2017 de que lo que se estaba haciendo era ilegal.


El Gobierno se vanagloria continuamente de que ya no padecemos el procés en Cataluña, pero esto es debido únicamente a que han conseguido extenderlo al conjunto del territorio nacional y hacer que vivamos nuestro particular "proceso".


No nos equivoquemos: lo que se está construyendo es un régimen en el que el poder, de espaldas a la ciudadanía, legisla, ejecuta y controla a su antojo. Armengol, como hiciera Forcadell, no desobedeció por error, sino por diseño. Si hoy miramos hacia otro lado, mañana será demasiado tarde para exigir un límites institucionales que hemos permitido quebrarse.


Las triquiñuelas educativas de una escuela de Cataluña para sortear el 25% de castellano al que obliga la ley
José Antonio Lavilla. Barcelona. la razon. 22 Marzo 2025

Actualmente, según diversas sentencias judiciales, que incluyen al Tribunal Supremo y al Tribunal Superior de Justicia de Cataluña (TSJC), la Generalitat de Cataluña está obligada a garantizar que los centros educativos impartan al menos un 25% de las horas lectivas de las asignaturas en lengua castellana. Este porcentaje incluye la asignatura de Lengua Castellana y, al menos, otra materia troncal o análoga.


A pesar de ello, muchas escuelas de Cataluña siguen sin dar el mínimo de horas en español. Aunque distintos portavoces de la Generalitat no paran de repetir que con el Govern del PSC ha vuelto la normalidad a la autonomía y que en las aulas lo que predomina es el bilingüismo (a pesar del dineral que gastan en promocionar el catalán en la educación, a veces incluso por encima del presupuesto), lo cierto es que no es así, y hay un caso en concreto que sirve para llevarle la contraria a ese discurso: se trata de el Institut Escola El Pi Gros, un centro educativo situado en Sant Cebrià de Vallalta, un pequeño municipio de menos de 4.000 habitantes situado en el interior de la comarca del Maresme, cerca de Barcelona.


Una sentencia del Tribunal Superior de Justícia de Cataluña (TSJC), dictada a finales de mayo o principios de junio de 2024, determinó que el centro no estaba cumpliendo con el mínimo exigido de enseñanza en castellano y obligó a la Generalitat a aplicar medidas correctivas.


Un modelo que excluye el castellano

El centro no estaba cumpliendo con ese 25% estipulado por ley. A raíz de ello, familias contactaron con la Asamblea por una Escuela Bilingüe (AEB), una asociación que fomenta el bilingüismo en Cataluña llevando a cabo acciones judiciales para contrarrestar la imposición del catalán como única lengua. AEB recurrió el caso al TSJC. Ante la postura del centro de que sí que cumplían con las horas, el tribunal solicitó un certificado al Departament d'Ensenyament un certificado en el que detallara qué asignaturas se impartían en cada lengua en las etapas de educación infantil y primaria.


El documento oficial, entregado por el propio centro y al que ha tenido acceso este medio, confirmó que, salvo la asignatura de Lengua Castellana, el resto de materias se impartían exclusivamente en catalán, con algunas clases puntuales en inglés, lo que equivalía a que solo se impartían en castellano el 10% de las horas. Este hecho evidenció que el castellano estaba excluido de la enseñanza habitual, contrariamente a lo que sostenía la Generalitat ante el tribunal, que insistía en que existía un modelo de bilingüismo.


"Ellos pueden decir misa sobre el bilingüismo, pero la realidad de cuando la ley pide cuentas a los centros, no pueden mentir y dicen que no dan nada en castellano", comenta al respecto Ana Losada, presidente de Escuela Bilingüe.


Ante esta evidencia, el TSJC dictó medidas cautelares que obligaban a El Pi Gros a impartir al menos una asignatura adicional en castellano, además de la propia materia de Lengua Castellana. Como las medidas cautelares se dictaron quedando apenas medio mes para que acabase el curso 2023-2024, el centro dijo que lo haría ya a inicios del actual, el 2024-2025.


Vandalización del centro

El centro decidió que la materia impartida en castellano sería Matemáticas, aunque no en todos los cursos, sino sólo en algunos, tal y como acreditó en otro documento al que también ha tenido acceso este medio. El cumplimiento de la orden judicial ha sido mínimo, ya que la asignatura seleccionada para impartirse en castellano es Matemáticas, una materia donde la expresión escrita es reducida.


La decisión judicial y el consiguiente cambio llevado a cabo en el centro, aunque mínimo, trajo reacciones fuera de la escuela. En septiembre de 2024, a inicios de curso, las fachadas de la escuela aparecieron con pintadas en contra del 25% de enseñanza en castellano, con consignas como "No al 25%. Escuela en catalán" y "Nuestra patria es nuestra lengua", acompañada de una estelada. Esta última una cita del escritor nacionalista valenciano Joan Fuster. Desde Escuela Bilingüe señalan que estas pintadas podrían haber sido realizadas por miembros de Arran, la organización juvenil vinculada a la CUP, famosa por sus acciones violentas e intimidatorias. Pese a las peticiones de algunos padres para que se retiraran, las pintadas continúan visibles.


Por otro lado, el centro en cuestión se adhiere al programa ULAE (Usos Lingüísticos en el Ámbito Educativo), un plan educativo subvencionado por la Generalitat de Cataluña desde 2021. El objetivo principal de este programa es promover el uso del catalán en el ámbito escolar, tanto entre alumnos como entre docentes, personal y familias. Para ello, los centros que se suman voluntariamente al ULAE deben analizar la situación lingüística de su comunidad educativa y proponer medidas para aumentar el uso del catalán en todos los ámbitos. Entre las acciones destacadas se encuentran la evaluación favorable a los estudiantes que emplean el catalán y la concienciación del profesorado sobre la necesidad de usar esta lengua tanto dentro como fuera del aula.


El ULAE fue aprobado por el Departamento de Educación durante el mandato del consejero Josep González-Cambray, en el marco del Govern presidido por Pere Aragonès. Además de las medidas mencionadas, el programa contempla la creación de grupos supervisores dentro de los centros, que incluyen figuras como el Comisario Lingüístico, responsables de velar por el cumplimiento de los usos del catalán. En algunos casos, se aplican estrategias para fomentar el uso del idioma incluso en espacios no lectivos, como patios o comedores. Los centros que participan en este plan reciben un presupuesto anual para financiar actividades que fomenten la lengua catalana, con un importe que, en 2023, ascendió a 1.300 euros por centro.


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